Las raíces globales y la lucha global contra la opresión de las mujeres

OSYAN | 31 de agosto de 2022

Nota de los editores (revcom.us): Recibimos la siguiente declaración de OSYAN (Osyan significa “rebelión” en lengua persa). Osyan/Rebelión es un grupo de mujeres iraníes y afganas que son la voz de la rebelión femenina para expresar la determinación, y servir a la lucha, en contra de la República Islámica de Irán y el Talibán. Este texto es un discurso pronunciado por Shirin Mazedi en una reunión vía Zoom el 17 de agosto, un foro en línea sobre la liberación de las mujeres organizado por un grupo de personas y organizaciones de Irán y Afganistán. Se celebró justo después del primer aniversario de la retirada de Estados Unidos de Afganistán y tras un año de gobierno del Talibán, el que ha sacado a las mujeres de la vida pública, de la educación secundaria y de cualquier viaje sin el acompañamiento de un acompañante masculino bajo la teocrática ley de la sharia. Los ponentes de este foro en línea procedían de diferentes perspectivas en relación a la forma de ver el problema de la opresión de las mujeres y las posibles soluciones, intercambiaron opiniones y expresaron su deseo de que haya formas de conectar esta lucha internacional. Vea el discurso de Toni RedTree en este foro aquí.
La traducción al inglés y algunas revisiones menores fueron realizadas por voluntarios de revcom.us.

Hola a todos y gracias por su invitación. Soy de la revista y el grupo Osyan. Permítanme contarles cómo vemos la universalidad de los problemas de las mujeres.

Es un hecho que vivimos bajo un sistema del capitalismo imperialista. “¿Qué significa esto?” El capitalismo es un sistema económico y político basado en la explotación y la opresión, y el imperialismo es la naturaleza global de este sistema.

Este sistema está dominado por empresas, bancos y otras instituciones financieras capitalistas que controlan enormes cantidades de dinero, y Estados Unidos ha estado en la cima de este sistema o en la cima de esta pirámide de este sistema imperialista durante años.

Los capitalistas están envueltos en una competencia implacable y destructiva entre sí, que los lleva a penetrar a todo el mundo, especialmente a los países más pobres, a fin de explotar más brutalmente a la gente.

Es este sistema el que crea constantemente condiciones que hacen que la vida sea muy desesperanzada o incluso peligrosa para un número cada vez mayor de personas, incluso en Afganistán.

Estas condiciones obligan a las personas a emigrar a otros países e incluso a distintos continentes, y luego, cuando emigran en busca de asilo o para escapar de las condiciones insoportables, son tratados como criminales.

Es este sistema y las necesidades de este sistema los que conducen a las guerras: guerras para conquistar naciones y pueblos, guerras para controlar partes clave del mundo como el Medio Oriente, e incluso guerras entre países capitalista-imperialistas armados con armas nucleares para determinar cuál de ellos es el tirano más poderoso del mundo. Por supuesto, no está claro que después de una guerra así, quede algo de este mundo…

Aunque la opresión de las mujeres no es únicamente producto del capitalismo imperialista, ha asumido otras dimensiones propias y ha introducido nuevas formas, además de integrar formas anteriores de opresión de las mujeres. Por eso decimos que todas las mujeres del mundo están oprimidas.

Con un año de gobierno del Talibán, las muchachas no pueden estudiar en la escuela. En la imagen: unas muchachas afganas asisten a clases en una escuela clandestina, en Kabul, Afganistán, 30 de julio de 2022.    Foto: AP

En los países de Irán y Afganistán, se agrava esta opresión con la dimensión adicional del hiyab obligatorio y las leyes discriminatorias y opresivas de la sharia islámica. En un país como Estados Unidos, es la negación del derecho al aborto, etc. Todo esto es la opresión de las mujeres, solo que en diferentes formas y en diferentes partes del mundo.

Por eso subrayo que vivimos bajo un enorme sistema llamado capitalismo imperialista, pero los países del mundo se dividen generalmente en dos: categorías imperialistas, como Estados Unidos, Rusia y China; o naciones dominadas y oprimidas, como Irán y Afganistán.

Es la función de este sistema capitalista-imperialista la que ha engendrado los dos sistemas históricamente anticuados. Estos dos sectores anticuados aluden a dos estructuras cuya utilidad se ha caducado, como comida putrefacta. Que sobrevivan y prosperen significa el sufrimiento de la humanidad, especialmente de las mujeres.

Una de estas dos podredumbres (o sectores anticuados) es el imperialismo, y la otra es el fundamentalismo islámico. Osyan no formuló esta teoría, sino que pertenece a Bob Avakian, el autor de la nueva síntesis del comunismo1.

Pero permítanme señalar brevemente que la situación en el sistema mundial es tal que casi todas las fuerzas y movimientos políticos acaban alineándose y uniéndose a uno de estos dos sectores obsoletos/anticuados. Es decir, o se convierten en aliados del imperialismo o se ponen del lado del fundamentalismo islámico bajo el estandarte de estar en contra del imperialismo.

Es cierto que los islamistas contaron con el apoyo de Estados Unidos durante el período de formación de la República Islámica de Irán, pero este apoyo no significa que sea la creación de Estados Unidos, y ni siquiera significa que el fundamentalismo islámico y el imperialismo, especialmente el estadounidense, no estén enfrentados entre sí o que no hagan la guerra entre sí.

El islam político ha sido principalmente un problema para Estados Unidos, especialmente en la forma de yihad antioccidental. En realidad, los intereses y el enfoque de estos dos sistemas anticuados son diferentes en cuanto a la gestión de la sociedad. Pero, al mismo tiempo, ponerse del lado de cualquiera de estos sistemas anticuados contribuye a fortalecer a ambas fuerzas anticuadas. Favorecer y ponerse del lado de los fundamentalistas islámicos hace que los imperialistas promuevan su agenda y sus intereses utilizando el temor de la gente a las fuerzas islamistas.

Del mismo modo, apoyar, solidarizarse y fortalecer al imperialismo conduce a más intervenciones y guerras por parte de los imperialistas, y los fundamentalistas islámicos pueden movilizar a la gente contra los imperialistas con su línea y pensar, y sus ideologías.

Lo que ocurrió exactamente durante los 20 años de ocupación de Afganistán por parte de Estados Unidos llevó al Talibán al poder de nuevo, y esta vez con mucho más apoyo popular que la primera vez que llegaron al poder.

Permítanme mostrar la manifestación de esta orientación y división entre estos dos sectores anticuados con ejemplos en Irán, Afganistán y Estados Unidos.

En Irán, existía una amplia gama de ideas reformistas que intentaban conseguir cambios dentro de la estructura del sistema de la República Islámica por medio de diversas reformas que legitimaban a la República Islámica.

Uno de los aspectos de esta perspectiva era pensar que para estar en oposición contra los imperialistas, especialmente los occidentales, había que apoyar al islamismo podrido en el poder, es decir, a la República Islámica de Irán. Este pensar reformista en el movimiento de las mujeres se manifestó en forma de una campaña de UN MILLÓN DE FIRMAS, una campaña cuyas bases intelectuales estaban formadas por mujeres laicas y a veces antiguas izquierdistas, y más tarde, además de este espectro, fue apoyada por una parte de las mujeres en el gobierno. El propósito de este movimiento era modificar algunas leyes relativas a las mujeres, como la igualdad de la dote entre hombres y mujeres, o la modificación de la ley de sucesiones y otras similares.

Nunca buscaron las causas raíz de la opresión de las mujeres y siempre reconocieron y respetaron las líneas rojas que la República Islámica había trazado sobre la cuestión de las mujeres.

Obviamente, hablar del hiyab obligatorio era una de las principales líneas rojas de la campaña del millón de firmas. Entre los formuladores y partidarios y principales activistas de la campaña se encontraban varias personas cuyos nombres son ahora familiares para muchos hoy, a diferencia de aquellos días.

Lo que ocurrió con el fracaso de las reformas, aunque la ilusión de reformar la República Islámica desapareció entre algunas de ellas, pero el pensar y la perspectiva del reformismo no desaparecieron y las obligó a alinearse ahora con el imperialismo estadounidense. Dejar de lado uno de los dos sectores anticuados ha llevado a perseguir y a sentirse atraído por otra potencia podrida. La cara mediática de este ejemplo entre el movimiento de mujeres puede verse en personas de la calaña de Masih Alinejad.

Naturalmente, debido a los sucesivos fracasos del imperialismo estadounidense en Irak y Afganistán, esta tendencia no podía predecirse ni verse claramente hace 20 años, pero este pensar y deseo de ponerse del lado de Estados Unidos puede verse en la política de centrarse en el trabajo de las mujeres en Irán y Afganistán. Y el silencio sobre lo que les ocurre a las mujeres en Estados Unidos, especialmente tras la abolición del derecho al aborto, es un claro ejemplo de la tendencia pro estadounidense.

En Afganistán, es posible ver dos sistemas podridos y anticuados en diferentes corrientes políticas e intelectuales, incluido el movimiento de las mujeres.

Una mujer de 19 años llamada Rokhshana fue lapidada bárbaramente hasta la muerte en una aldea controlada por el Talibán en 2016 por negarse a un matrimonio forzado y huir con otro hombre. La guerra imperialista de Estados Unidos impulsó el resurgimiento del Talibán y su fundamentalismo islámico patriarcal y reaccionario.

La línea que defendió el ataque de Estados Unidos a Afganistán, e incluso después de 20 años de presencia inútil hoy o, más correctamente, la presencia destructiva de Estados Unidos en Afganistán, esa línea sigue defendiendo este ataque y esta ocupación.

16 de octubre de 2015: Hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, después de un ataque aéreo estadounidense que mató a 42 miembros del personal y pacientes. “El ataque se llevó a cabo con el propósito de matar y destruir. No sabemos por qué”.    Foto: AP

Esta perspectiva política, cuya actividad operativa en Afganistán se concentró generalmente en las ONG y en las organizaciones e instituciones cercanas al poder, no sólo no ayudó a la liberación de las mujeres, sino que convirtió la cuestión de la opresión de las mujeres principalmente en ocupaciones y en obtener puestos de trabajo para las mujeres dentro de este gobierno y de las empresas. Se hicieron de la vista gorda a la hora de oponerse a los crímenes del gobierno yihadí de Ashraf Ghani y gente de esa calaña. Guardaron silencio a la hora de oponerse a los crímenes del imperialismo estadounidense bajo el estandarte de la lucha contra el Talibán, lo que desempeñó un papel importante a la hora de conducir a las masas desesperadas hacia el Talibán. Hoy, muchas de estas personas añoran la “era brillante” de la presencia de Estados Unidos en enfrentamiento al gobierno del Talibán.

Al mismo tiempo, se circula otra perspectiva errónea, que es después de ver lo que Afganistán y sus mujeres han soportado bajo la invasión y la ocupación del imperialismo estadounidense en los últimos 20 años. La perspectiva equivocada es alinearse con otro sector podrido/anticuado y apoyar las actividades de uno u otro tipo de fundamentalistas islámicos, tal como apoyar a las actividades de fuerzas como las Fuerzas Quds (es decir, ramas del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, o IRGC, que opera fuera de Irán en otros países de la región). Apoya la intervención y las matanzas de la República Islámica de Irán e incluso apoya a algunos de los vestigios de los yihadíes afganos.

Aunque debe quedar claro que la opresión de las mujeres es uno de los pilares intelectuales de estas fuerzas islamistas, la aparición de estas dos sectores anticuados no se da únicamente en el Medio Oriente. Más bien, en Estados Unidos en sí, una parte de los movimientos sociales de “izquierda” que justificaron la agresión militar de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán, ya sea el Partido Republicano o el Partido Demócrata, permanecen en silencio [hoy] contra la abolición del derecho al aborto o aprueban esta abolición.

Como se puede ver en los ejemplos, estos dos sistemas podridos y anticuados son como dos remolinos de fuerzas y corrientes de pensar diferentes, desde Irán y Afganistán hasta Estados Unidos y muchas otras partes del mundo. La falta de comprensión del funcionamiento de este sistema en el que vivimos hace que el imperialismo-capitalismo no permita que una gran parte de las corrientes intelectuales tenga un horizonte más allá de reformar este sistema y las conduce a ver la opción entre este o el otro sistema caduco.

A pesar de todas sus diferencias, estos dos sistemas anticuados y podridos comparten la opresión de las mujeres en sus raíces. La opresión de las mujeres es global porque el capitalismo imperialista es global, y por lo tanto la lucha contra la opresión de las mujeres también ha de ser global, y al identificar las verdaderas raíces de la opresión de las mujeres mediante una comprensión científica y global, podemos ponernos a trabajar.

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NOTAS:

1. Bob Avakian, Lo BAsico 1:28:

Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses.