Bob Avakian | 29 de junio de 2023 | revcom.us
Las contribuciones de Mao a la teoría comunista y a la emancipación humana son verdaderamente profundas — Pero la “línea de masas” está mal
La revolución china, y en particular el auge revolucionario de lucha de la Revolución Cultural de China (¡una revolución dentro de la propia sociedad socialista!) y el papel de Mao Zedong como el líder de esa Revolución Cultural, durante los años 1960 e inicios de los 1970, tenían un importante impacto positivo sobre las masas de personas en todo el mundo. Esto incluía a grandes cantidades de personas oprimidas y jóvenes con estudios en Estados Unidos. El Libro Rojo de citas de Mao se encontraba en las manos de literalmente millones de personas en países por todo el mundo, incluido Estados Unidos, además de dar una orientación revolucionaria básica para las masas de personas al interior de la China misma.
(Hablo del verdadero papel de Mao y del carácter emancipador esencial de la Revolución Cultural en China, y no de las tergiversaciones burdas al respecto por parte de personas que manifiestan su ignorancia supina y de aquellos funcionarios políticos anticomunistas que se dedican a hacer tergiversaciones deliberadas y sistemáticas. Un análisis científico serio de la necesidad, los objetivos y el curso de la Revolución Cultural en China —incluidas las contradicciones que ésta buscaba abordar y las contradicciones que caracterizaban el proceso de esta Revolución Cultural— se encuentra en obras de mi autoría, y de otras personas, en revcom.us.)
El continuo avance en el desarrollo de la teoría comunista que hizo Mao se expresó en varias dimensiones, más que todo al analizar el peligro y la base para la revocación de la revolución y la restauración del capitalismo en un país socialista — y los medios para combatir esto, plasmados concretamente en la Revolución Cultural.
Un aspecto significativo del pensamiento de Mao (y un capítulo en el Libro Rojo) se trataba de lo que Mao llamaba la “línea de masas”. Se trataba de una herramienta importante la que adoptamos muchos de los que en aquellos tiempos no solo llegamos a tener una mentalidad revolucionaria en un sentido general sino que nos convertimos en comunistas revolucionarios a los que nos inspiraba y nos influenciaba la Revolución Cultural en China. No obstante, tal como se ha puesto en claro en las décadas transcurridas desde ese entonces, este concepto de la “línea de masas” no es correcto y de hecho va en contra de la adhesión general de Mao a la teoría comunista, y su continuo desarrollo de ésta.
Como he aprendido de manera cada vez más profundizada, es necesario asumir y aplicar la teoría comunista como un método y enfoque científico de conocer y transformar la realidad. Es necesario desarrollarla continuamente a medida que el mundo más amplio continúe desarrollándose y cambiando — y esto tiene que abarcar interrogar continuamente a la propia teoría comunista, a la luz de la acumulación de experiencia y conocimiento, no simplemente en la esfera de la práctica revolucionaria sino en las dimensiones más amplias de la actividad humana, entre ellas las ciencias naturales así como sociales, la esfera del arte y la cultura, etcétera. Como parte de este proceso — que se inició tras la derrota de la Revolución Cultural y el revés de la revolución en general en China, y la restauración del capitalismo ahí después de la muerte de Mao en 1976— he estado realizando y dirigiendo un proceso de someter la teoría comunista a un interrogatorio científico crítico, incluido en mi propio entendimiento anterior de esta teoría tal como ésta se ha desarrollado, primero con Marx (y Engels) y tal como se ha hecho avanzar por Lenin y luego Mao. El resultado ha sido el desarrollo de una nueva síntesis del comunismo —a la que se refiere en forma popular como el nuevo comunismo— que es una continuación, pero también representa un salto cualitativo más allá, de la teoría comunista tal como se había desarrollado anteriormente, y en algunos sentidos importantes representa una ruptura con ésta. Esto abarca una crítica y en lo fundamental un rechazo a la “línea de masas” como un método básico y un medio para hacer avanzar la revolución comunista.
Lo que tiene de mal la “línea de masas”
Al examinar en lo siguiente cómo la “línea de masas” no representa un método y enfoque correcto y científico de la estrategia y política revolucionaria, voy a enfocarme en la representación concentrada del pensamiento de Mao sobre la “línea de masas” en el Libro Rojo de citas de Mao.
El capítulo sobre la “línea de masas” en el Libro Rojo contiene puntos de orientación que definitivamente son correctos e importantes — por ejemplo, argumentos que se oponen a alejarse de las masas de personas y a despreciarlas, y críticas a los esfuerzos por implementar líneas y políticas sin la participación de las masas. Pero el método básico de la “línea de masas” está contenido en el siguiente pasaje de Mao:
En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda dirección justa es necesariamente “de las masas, a las masas”. Esto significa: recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de modo que las masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza de esas ideas; luego, volver a resumir las ideas de las masas y a llevarlas a las masas para que perseveren en ellas. Esto se repite infinitamente, y las ideas se tornan cada vez más justas, más vivas y más ricos de contenido. Tal es la teoría marxista del conocimiento.
Pero, en realidad, tal no es la teoría marxista del conocimiento. Esta teoría del conocimiento —tal como la desarrolló en primer lugar Marx (en colaboración con Engels) y tal como se ha desarrollado desde ese entonces— se ha tomado de una gama mucho más amplia de experiencia y conocimiento que “las ideas de las masas”. (Y, en diferentes obras suyas que abordan cuestiones aparte de la “línea de masas”, Mao hace una presentación más correcta de la verdadera teoría comunista del conocimiento.) Además, como escribí en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico (lo que también está disponible en revcom.us): la aplicación de la “línea de masas” no es lo que en realidad Mao asumía en un sentido básico para desarrollar líneas, políticas y estrategias para hacer avanzar la lucha revolucionaria. Eso lo hizo Mao principalmente sobre una base científica, y no recoger las ideas de las masas y resumirlas para luego llevarlas a las masas. Mao lo hizo analizando las contradicciones a las cuales se tenía que enfrentar y transformar — para citar Breakthroughs (Abriendo Brechas), lo hizo al “determinar cuáles eran las contradicciones esenciales en que habría que centrarse en un momento dado”.
(En una Nota en adelante, enumero algunas de las decisiones importantes de Mao con respecto a estrategia y política, durante el curso de la revolución china —antes y después de la toma de poder a nivel nacional en 1949— a las que él llegó a tomar no por medio de la aplicación de la “línea de masas”, sino sobre la base del método y enfoque que he resumido en Breakthroughs (Abriendo Brechas), tal como se cita aquí. Y he abordado no sólo las líneas y políticas correctas cuya adopción y aplicación Mao dirigía, sino también algunas líneas y políticas erróneas secundarias pero significativas.)
Para hacer énfasis en este punto importante una vez más, la “línea de masas” —“recoger las ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de modo que las masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción; al mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza de esas ideas”— no constituye el medio para llegar a tener una línea (estrategia, política, etc.) correcta. Esto, una vez más, se debe a que tomar las ideas de las masas como el punto de partida para las líneas y políticas —e incluso un proceso de “resumir” las ideas de las masas (“transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el estudio”)— es una fuente de conocimiento demasiado estrecha y un proceso demasiado limitado como para llegar a entender correctamente lo que hay que hacer para hacer avanzar la revolución y superar los obstáculos a ese avance.
Aquí, admito que durante un tiempo yo mismo traté de hacer “más profundo” lo que Mao dice sobre la “línea de masas” reinterpretándola para que significara algo como aplicar el método científico del comunismo en un sentido amplio para sintetizar lo correcto en las ideas de las masas… pero simplemente no contaba con una base. Por más que uno le dé vueltas y le dé mejor interpretación, es un hecho que las ideas de las masas —e incluso las ideas más “avanzadas” de las masas— simplemente constituyen una fuente demasiada estrecha, y “resumir las ideas de las masas” es un proceso demasiado limitado, como para llegar a tener una línea y política correctas.
Seguir a la cola, en vez de luchar en contra, de las ideas atrasadas entre las masas
La siguiente declaración de Mao concentra el problema esencial con la “línea de masas”:
La experiencia de los últimos veinticuatro años nos demuestra que toda tarea, política y estilo de trabajo correctos responden a las demandas de las masas en un tiempo y lugar determinados y nos unen con ellas, y que toda tarea, política y estilo de trabajo incorrectos van en contra de las demandas de las masas en determinado tiempo y lugar y nos apartan de ellas.
Esta declaración —que sí va al meollo del asunto— es incorrecta, en términos de la teoría del conocimiento que expresa y específicamente su afirmación básica de que “las demandas de las masas en determinado tiempo y lugar” son el estándar y el criterio para determinar si las líneas y políticas sean correctas (o no). Una cosa es, lo que es importante, estar atentos y conscientes respecto a los sentimientos de las masas (que incluye el hecho de que dichos sentimientos no serán “uniformes” ni estáticos: diferentes personas entre “las masas” tendrán diferentes sentimientos, y los sentimientos de las masas pueden cambiar de manera importante al cambiar las condiciones). Otra cosa es —no es un enfoque correcto— basar las políticas comunistas en los sentimientos (o las “demandas”) de las masas en cualquier momento determinado.
La realidad es que, bajo este sistema capitalista-imperialista (o bajo cualquier sistema de explotación y opresión), en una medida muy grande los sentimientos y demandas de las masas los viene configurando la operación de este sistema — su sistema económico de explotación, sus relaciones sociales de opresión y las instituciones políticas y la cultura dominante que constante y masivamente racionalizan y refuerzan esta explotación y opresión. (Incluso en una sociedad socialista, es cierto que entre las masas habrá ideas que todavía reflejan, en diverso grado, la influencia de relaciones explotadoras y opresivas, las cuales no es posible eliminar por completo dentro de la sociedad socialista, y las que continuarán caracterizando una buena parte del mundo durante lo que será un proceso prolongado de avanzar hacia el comunismo por todo el mundo.)
No es difícil captar la manera en que “recoger las ideas de las masas” como punto de partida para la estrategia y política comunistas, etc. —y operar según el estándar de que “toda tarea, política y estilo de trabajo correctos responden a las demandas de las masas en un tiempo y lugar determinados”— fácilmente podría conducir a seguir a la cola de las ideas y “demandas” muy malas que las masas de personas tengan en cualquier tiempo determinado. No son pocos los comunistas que han caído precisamente en seguir a la cola de las masas de esta manera mediante la aplicación de la “línea de masas”. En oposición a eso, una razón por la que es importante estar atentos y conscientes respecto a los sentimientos de las masas es que es necesario hacerlo a fin de luchar de manera concreta contra los sentimientos y demandas de las masas (de al menos muchas de ellas), en diferentes situaciones — en vez de simplemente tratar de “resumir” las ideas de las masas en cualquier momento dado. Y cabe enfatizar al respecto que sí es posible determinar lo que son los verdaderos intereses objetivos de las masas de personas, y actuar de acuerdo con éstos —en situaciones particulares y en general en términos fundamentales— haciendo un análisis científico, y aplicando ese análisis científico, y no siguiendo a la cola de la masas.
La resolución de una contradicción crítica — entre el concepto erróneo de la “línea de masas” y la base concreta para hacer avanzar la revolución comunista
Afortunadamente, la aplicación de la “línea de masas” no es la manera en que Mao en realidad desarrolló líneas decisivas —estrategia, política, etc.— al dirigir a la revolución china hacia la victoria en 1949 y de ahí llevar adelante la revolución, en las condiciones de la nueva sociedad socialista, que alcanzó su apogeo en la Revolución Cultural, antes de la revocación de ésta tras la muerte de Mao en 1976. Como ya enfaticé, al citar Breakthroughs (Abriendo Brechas), Mao lo hizo analizando las contradicciones a las que se tenía que enfrentar y transformar — al “determinar cuáles eran las contradicciones esenciales en que habría que centrarse en un momento dado”.
No obstante, existe una contradicción crítica aquí, entre el método y enfoque concreto que Mao aplicó para desarrollar las líneas y políticas, y lo que él dice en la “línea de masas” como la base para hacerlo. Es necesario resolver esta contradicción —y solamente se puede resolver de manera positiva— adoptando y aplicando sistemáticamente un método y enfoque científico de conocer y transformar la realidad, en el desarrollo y la aplicación de una línea comunista (que incluye la estrategia y la política en cualquier momento dado), en oposición al método y enfoque incorrecto de la “línea de masas”.
Además, esta transformación de la realidad abarcará, como un aspecto muy importante, librar una lucha ideológica para transformar los modos de pensar incorrectos entre las masas de personas, y ganárselas hacia un punto de vista y objetivos revolucionarios, sobre la base del enfoque científico de la realidad que ha caracterizado, por lo general, el comunismo desde sus principios, y que se ha seguido desarrollando, de manera más consecuentemente científica, con el nuevo comunismo.
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Una nota importante
Tal como ya se mencionó, lo siguiente son (algunas de las) decisiones importantes —decisiones correctas e importantes— respecto a la estrategia, política, etc., las que Mao adoptó, en el curso de la revolución china, no por medio de la aplicación de la “línea de masas” sino por medio de analizar las contradicciones a las cuales se tenía que enfrentar y transformar — al “determinar cuáles eran las contradicciones esenciales en que habría que centrarse en un momento dado”.
* El inicio de la lucha armada revolucionaria a fines de los años 1920 contra las fuerzas gobernantes concentradas en el gobierno Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek (y apoyado por los imperialistas “occidentales” importantes).
* A mediados de los años 1930, en el contexto de la invasión y ocupación a China por parte del imperialismo japonés, cambiar de los combates en contra del Kuomintang, al Frente Unido con el Kuomintang contra Japón.
* La decisión de negociar con el Kuomintang a fines de la Segunda Guerra Mundial, en 1945… y la reanudación de la guerra popular —ahora dirigida en contra del Kuomintang— después del colapso de esas negociaciones.
* La decisión de entrar en la Guerra de Corea en 1950, después de que las fuerzas imperialistas invasoras, encabezadas por Estados Unidos, ocuparan regiones de Corea del Norte y avanzaran hacia la frontera de China con Corea del Norte (y ante la amenaza del comandante de esas fuerzas imperialistas, MacArthur, de atacar a China directamente).
* El inicio y el curso de la Revolución Cultural en los años 1960 y principios de los 1970.
Para repetir, ninguna de estas decisiones —y otras decisiones importantes en torno a la adopción (y el cambio) de las estrategias y políticas— se tomaron sobre la base de la línea de masas, sino de un análisis, y clasificación, de las contradicciones.
Al mismo tiempo, es necesario reconocer que, aunque las líneas y políticas que se adoptaron bajo la dirección de Mao eran correctas en lo principal, en su inmensa mayoría a lo largo del curso de la revolución china —tanto antes como después del triunfo a nivel nacional en 1949— y condujeron a avances cruciales para la revolución, un ejemplo agudo en que no fue así es la política que China adoptó a principios de los años 1970 que se podría caracterizar como una “apertura hacia el Oeste”. Dicha política abarcó no simplemente el establecimiento de relaciones con Estados Unidos, a fin de utilizar las contradicciones entre Estados Unidos y su rival principal en ese tiempo, la Unión Soviética. En realidad, el enfoque chino respecto a las relaciones y acontecimientos internacionales en ese período provino de un análisis incorrecto de que la Unión Soviética era en ese entonces el principal enemigo de la gente del mundo. Sí que se daba una tendencia clara a evaluar y manejar las cosas a nivel internacional según si contribuían, o no, a oponerse a los objetivos y las maniobras de la Unión Soviética en el escenario internacional. (Desde los años 1950, la Unión Soviética ya no era un país socialista sino que se había convertido en una potencia capitalista-imperialista, al tiempo que durante un tiempo seguía presentándose como un país socialista. Mao y el Partido Comunista de China que él dirigía muy correcta e importantemente analizaron que la Unión Soviética se había vuelto “social-imperialista” —socialista en nombre pero imperialista en los hechos— pero no era correcto, e hizo daño concreto, singularizar a la Unión Soviética como el enemigo principal de la gente del mundo, y actuar de acuerdo con este análisis infundado — y alentar a que otras personas también actuaran así.)
Una de las dimensiones más perjudiciales de esto era el apoyo que China dio a gobiernos terriblemente opresores en el tercer mundo, tales como el régimen torturador encabezado por el Sha de Irán y el régimen de Marcos en las Filipinas (un país donde, irónicamente, los revolucionarios maoístas en ese entonces estaban librando una lucha armada contra ese mismo régimen).
Estos errores serios eran un reflejo y una expresión tanto de una necesidad real —importantemente la verdadera amenaza de un importante ataque contra China por parte de la Unión Soviética— pero también de unas tendencias nacionalistas de parte de Mao (tendencias a evaluar las cosas principalmente en términos de su efecto sobre China) las que iban en contra, de manera secundaria pero significativa, de la orientación comunista-internacionalista general de Mao.
En mi autobiografía (From Ike to Mao and Beyond), cuento una situación durante el curso de una visita a China en 1974, en que yo (junto con otra persona que era parte de esa visita) hicimos críticas y libramos lucha con los representantes del Comité Central del Partido Comunista de China con relación a estas políticas muy incorrectas y perjudiciales. Y, empezando con ¿Conquistar el mundo? y Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica en los años 1980, he hecho un análisis crítico de esta política incorrecta. (¿Conquistar el mundo? Deber y destino del proletariado internacional y Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica están disponibles en revcom.us en Obras escogidas de BA.
Al mismo tiempo, se ha hecho esta crítica necesaria con fundamentación científica en el contexto del análisis también con fundamentación científica de que, si bien esta política muy incorrecta se estaba aplicando e hizo daño real, en los primeros años de los 1970, Mao y aquellos que seguían su dirección en el Partido Comunista de China sí continuaban apoyando a varias luchas revolucionarias en diferentes partes del mundo durante ese tiempo, al tiempo que daban dirección a la Revolución Cultural al interior de la misma China — una revolución que constituía, como ya he mencionado, no sólo un movimiento revolucionario sin precedentes de las masas de personas en la misma China sino una profunda inspiración para literalmente cientos de millones de personas oprimidas y de mentalidad revolucionaria por todo el mundo.
Una vez más, a pesar de estos errores significativos, en general y en su inmensa mayoría, durante el curso de la revolución china —tanto antes como después de alcanzar el triunfo a nivel nacional en 1949— las líneas y políticas que se adoptaron bajo la dirección de Mao eran correctas y condujeron a avances cruciales para la revolución en China a la vez que hicieron contribuciones cruciales a esta revolución en el mundo en su conjunto. Como enfaticé al principio, como una evaluación general es cierto que las contribuciones de Mao a la teoría comunista y a la emancipación humana son verdaderamente profundas.