Declaración del Movimiento del Nuevo Comunismo de Afganistán (JAKNA) llamando a solidarizarse, en el aniversario del restablecimiento del poder de los talibanes, con ¡la necesidad de la lucha de las mujeres de Afganistán!
Hace un año se izó en Afganistán la reaccionaria bandera del Emirato Islámico de los talibanes. El mundo entero, desde los fascistas cristianos del Partido Republicano estadounidense hasta el Partido Demócrata, desde la Unión Europea hasta Pakistán, Irán y Qatar, China, Rusia e India, todos ellos pusieron una alfombra roja a los talibanes e hicieron la vista gorda ante sus pasados crímenes. Para que los fundamentalistas islámicos contrarios al pueblo y a las mujeres pudieran llegar al poder, jugaron con el destino de millones de personas en Afganistán. Llevaron al poder precisamente a las mismas fuerzas que los imperialistas de la OTAN juraron una vez aniquilar cuando invadieron el país con bombardeos y matanzas, con la promesa de que eso traería “la libertad para las mujeres de Afganistán”.
Uno de los primeros actos reaccionarios del grupo terrorista talibán al llegar al poder fue excluir a las mujeres de todos los ámbitos sociales, incluidos los lugares de trabajo y los centros educativos. Los talibanes también privaron a las mujeres del derecho a elegir su propia vestimenta, lo que provocó protestas generalizadas y que las mujeres salieran a la calle con furiosos gritos de rebeldía. Desde el primer día, las mujeres de Afganistán se enfrentaron cara a cara a los talibanes y alzaron la voz: “¡No a los reaccionarios! ¡O muerte o libertad!”.
Los talibanes, al igual que otros fundamentalistas islámicos, empezaron a aplicar la sharia encarcelando a las mujeres y esclavizándolas dentro de la fortaleza de estas leyes religiosas fundamentalistas. Esto se hizo con el fin de reconstruir las viejas relaciones patriarcales, encadenando los pies de las mujeres para reorganizar la sociedad a su propia imagen lo más rápido posible. Lo que ocurrió en Afganistán en un año —lo que se impuso a las mujeres— ¡no ha sido ni más ni menos que un programa organizado para esclavizarlas!
Ninguna persona decente debería permanecer en silencio y hacer la vista gorda ante esta esclavitud. Nadie debería unirse a los talibanes y a sus ideas misóginas. Nadie debe hacerse ilusiones de que la ideología y la mentalidad medieval de los talibanes puedan traer cambios mendigando concesiones insignificantes para las mujeres y el pueblo de Afganistán.
Los múltiples niveles de esclavitud de las mujeres en Afganistán por parte de los islamistas están en consonancia con la esclavización de cada vez más mujeres que se está produciendo a escala mundial. Hoy somos testigos de ataques a los derechos y la libertad de las mujeres no sólo en Oriente Medio, el Norte de África y el subcontinente indio, sino también en Afganistán, Irán, Irak, Yemen y Turquía. Incluso vemos a fundamentalistas/fascistas cristianos prohibiendo el aborto en Europa y Estados Unidos, en El Salvador, Polonia y Ghana. Por otro lado, también vemos la expansión y promoción sin precedentes de la industria del sexo y la esclavitud sexual de las mujeres en los cuatro rincones del mundo. Todas estas son expresiones de los diferentes aspectos del horror y la porquería que el sistema capitalista inflige a las mujeres. A pesar de todo este horror, las mujeres están en primera línea de la resistencia contra los reaccionarios y el patriarcado. Desde el movimiento de protesta contra el hiyab obligatorio en Irán, al movimiento contra los crímenes de honor en Turquía, pasando por el movimiento por el derecho al aborto en Estados Unidos hasta Chile…, mucha gente está alzando la voz “¡No a los reaccionarios! ¡O libertad o muerte!”.
Necesitamos impulsar la lucha de las mujeres de Afganistán al unísono con la lucha de las mujeres por sus derechos y la justicia en todo el mundo contra la esclavitud y el patriarcado.
Queremos subrayar que en este momento la opresión de las mujeres en muchas partes del mundo está jugando el papel de una falla sísmica fundamental para la revolución. A pesar de las diferencias en las dinámicas regionales, todas operan dentro del mismo marco económico capitalista imperialista global.
Es necesario y esencial comprender que la opresión histórica de la mujer, que se agrava día a día, se debe a la conexión directa entre el sistema social de clases, y el modo de producción al mando. Este funcionamiento impone a miles de millones de personas en todo el mundo un desastre, con sufrimientos innecesarios, miseria insoportable y horror.
Por tanto, para eliminar toda opresión, no sólo tenemos que prestar mucha atención a contradicciones particulares como la opresión de la mujer, sino que, al mismo tiempo, debemos comprender la necesidad de sustituir el sistema económico, o modo de producción, por uno que permita cambios en las relaciones sociales.
Esta necesidad no puede plasmarse sin una revolución en la superestructura política. “La revolución comunista y nada menos” es la necesidad de los oprimidos y explotados de todo el mundo, incluidas las mujeres. La solución a los problemas de las mujeres en Afganistán no puede plasmarse con políticas identitarias o con las estrechas limitaciones del reformismo exigiendo pequeños cambios, sino sólo con una revolución que requiere organizar y avanzar en la comprensión de las masas de mujeres respecto a la necesidad de la revolución. Las valientes manifestaciones de mujeres en las calles de Kabul y otras provincias en el último año fueron importantes e inspiradoras, pero no conducen a un cambio fundamental y permanecerán en el marco de este sistema.
La solución temporal que propone la política de identidad o el concentrarse en ciertas reivindicaciones menores desvía el horizonte de las mujeres enfurecidas con el patriarcado y su conexión con el sistema capitalista. Este sistema es incapaz de eliminar la raíz del problema. Algunas mujeres activistas de Afganistán siguen atrapadas entre los dos sistemas anticuados: el imperialismo y el fundamentalismo islámico. Piden ayuda a los imperialistas (o a la llamada comunidad internacional) y al mismo tiempo se reúnen y negocian con los talibanes, pero ninguno de estos les liberará de la opresión.
La situación de las mujeres en Afganistán en el último año, al igual que en los últimos 20 años, demuestra que no se puede liberar a las mujeres de la opresión planteando unas cuantas reivindicaciones concretas. Por el contrario, la liberación de las mujeres debe ser una parte urgente de una estrategia general de la revolución en el país y en todo el mundo. En este momento, la opresión de la mujer en Afganistán tiene el mayor potencial para galvanizar la rebelión contra los talibanes y todos los demás tipos de conceptos y tradiciones yihadistas e islamistas o patriarcales.
Somos seguidores de la Nueva Síntesis del Comunismo desarrollada por Bob Avakian. En JAKNA vemos la opresión de la mujer en el contexto general de un análisis científico de todas las contradicciones que existen en la sociedad afgana. Tenemos clara la necesidad de desatar la furia de las mujeres de Afganistán contra el régimen talibán y yihadista, el patriarcado y el sistema imperialista-capitalista a fin de hacer una revolución comunista. En este primer aniversario del ascenso reaccionario de los talibanes islámicos, Afganistán necesita más que nunca un movimiento de “rebelión de las mujeres”. Este movimiento puede y debe contribuir a derrocar al régimen talibán como parte de allanar el camino para construir una sociedad nueva y emancipadora.
Las mujeres rebeldes de Afganistán que se enfrentan cara a cara a los terroristas talibanes y gritan “¡No a los reaccionarios! ¡Muerte o Liberación!” deben estar en las filas de este movimiento y tienen que convertirse en “comandantes estratégicas de la revolución comunista”.
A todos los que odian la esclavitud de las mujeres por los talibanes y otros patriarcas islamistas en Afganistán o en cualquier otra parte del mundo:
A todos los que están hartos de vivir en esta sociedad de pesadilla:
Únanse a nosotros en las acciones de solidaridad del 14 de agosto en todo el mundo.
Únanse a las filas de los amantes de la libertad, de los hombres y mujeres revolucionarios y comunistas. Unámonos mano a mano y hombro con hombro para luchar por un mundo sin discriminación, opresión ni capital, ¡un mundo sin patriarcado, explotación ni humillación!
¡Abajo el Emirato Islámico de los talibanes!
¡Abajo los imperialistas rusos, chinos, estadounidenses y de la OTAN!
¡Viva el movimiento de liberación de la mujer! ¡Viva la revolución comunista!
Movimiento del Nuevo Comunismo de Afganistán (JAKNA) 7 de agosto de 2022 | www.jakna.org