6 de febrero de 2023 | revcom.us
El siguiente artículo fue publicado en revcom.us. La traducción al español es responsabilidad de comrev.co
La semana pasada un globo chino sobrevoló el estado de Montana al occidente de Estados Unidos. El globo siguió a la deriva por varios días sobre territorio estadounidense, hasta que fue derribado por un avión de la Fuerza Aérea de Estados Unidos cerca de la costa de Carolina del Sur por órdenes del presidente Biden. China declaró que el globo era una aeronave civil, usada con fines meteorológicos, que se desvió del rumbo previsto. La cúpula militar estadounidense lo describió como un “globo espía”. El Secretario de Estado Antony Blinken declaró que la presencia del globo sobre territorio estadounidense es “inaceptable e irresponsable” y una violación de la soberanía estadounidense.
El globo desató un frenesí de chovinismo estadounidense e hipocresía de talla mundial: la gente siguiendo el recorrido del globo; los llamados de los fascistas a derribarlo, incluyendo a Donald Trump y otros Republi-fascistas; y la indignación porque China viole el espacio aéreo de Estados Unidos. La prensa estadounidense hizo poca o ninguna mención al extendido espionaje estadounidense con satélites, a los aviones y embarcaciones que rodean China, ni de los frecuentes ejercicios militares muy próximos a aguas territoriales chinas. Tampoco se contempla siquiera la posibilidad de que se haya tratado de un globo meteorológico que se desvió de su rumbo, pese a que aún no hay pruebas que soporten la acusación estadounidense.
Mientras escribimos este artículo, los restos del globo y su contenido están siendo llevados a un laboratorio federal en el estado de Virginia para su investigación. Revolución continuará el seguimiento de esta situación en desarrollo. Pero sea cual sea la verdad sobre este globo, que sea con propósitos meteorológicos o de espionaje, que se haya desviado de su rumbo o no…, lo que sí se sabe y lo que es evidente y siniestro es que los imperialistas estadounidenses están usando este incidente para azuzar una confrontación militar con China y para alborotar el sentimiento chovinista anti-China y pro-guerra.
En primer lugar, seamos realistas sobre lo que es “inaceptable e irresponsable”
Estados Unidos y China son potencias imperialistas fuertemente armadas con grandes cantidades de armas nucleares (China tiene cerca de 350, Estados Unidos más de 5 400). Una guerra entre ellos podría convertirse rápidamente en un conflicto que podría destruir la mayor parte de la vida en este planeta. Actualmente han entrado en una nueva ronda de confrontaciones y amenazas que ponen en peligro la vida de decenas de millones de personas en Asia y, en última instancia, a toda la humanidad.
Para usar la frase del Secretario de Estado Blinken, ¡es esto lo que es “inaceptable e irresponsable”!
La disparidad entre Estados Unidos y China es gigantesca. Los militares estadounidenses operan más de 750 bases militares en 80 países. Muchas de esas bases se encuentran junto a las fronteras oriental y sur de China; sólo en Japón operan 53 000 soldados estadounidense. Corea del Sur, otro país vecino de China, tiene 73 bases militares estadounidenses. La Armada, la Fuerza Aérea, el Ejército y los Marines de Estados Unidos tienen bases en islas del Pacífico, a muy corta distancia de China. Y están construyendo aún más.
La presencia militar china en el mundo: según un informe del Lowy Institute, un think tank australiano,de mayo de 2022: “China solo tiene una base en territorio extranjero en todo el mundo, en Yibuti.”
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Taiwán es una isla a unos 130 kilómetros de la costa de China Continental1. La gran mayoría de países del mundo reconocen a Taiwán como parte de China; y Estados Unidos mismo, cuando finalmente reconoció a la República Popular China en 1979, retiró su reconocimiento diplomático a Taiwán. Sin embargo, ahora, Taiwán y el estrecho de 130 kilómetros que lo separa de China son dos de los más peligrosos focos de tensión en la rivalidad cada vez más antagónica entre Estados Unidos y China, y Biden ha declarado en cuatro ocasiones como presidente que enviaría tropas estadounidenses a Taiwán si China invade la isla. Entretanto, Estados Unidos repetidamente ha provocado y amenazado a China en el Mar de China Meridional alrededor de Taiwán, y ha usado su enorme flota naval en jugar a quién es menos cobarde nuclear con China, también una potencia nuclear fuertemente armada.2
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Casi al mismo tiempo que estallara la noticia del globo chino, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, visitaba Manila, capital de Filipinas. Austin anunció que Filipinas permitirá el acceso a Estados Unidos a cuatro campos militares más, para un total de nueve. Esto no es solo para reforzar la presencia estadounidense en un país que en algunos puntos está a unos 160 kilómetros de Taiwán, sino también para tener la capacidad de responder más rápidamente a una “potencial invasión de China a Taiwán”. El portal de noticias BBC comentó que el acuerdo permite a Estados Unidos “el acceso a cuatro bases militares adicionales en Filipinas, las cuales están ubicadas en una zona clave que le permitirá vigilar a China… Con este pacto Estados Unidos completa así el arco de alianzas regionales que ya se extiende desde Corea del Sur y Japón, en el norte; hasta Australia, en el sur”.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Por décadas, Estados Unidos ha usado sus legiones de espías, su “inteligencia” y su enorme arsenal tecnológico y militar para espiar a China. Los satélites y aviones espías estadounidenses recorren el planeta entero captando y enviando imágenes e información, en particular de sus adversarios Rusia y China. Todo esto se ha acelerado y expandido desde que Biden asumió el cargo. En octubre de 2021, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estableció un Centro de Misión para China con el fin de “fortalecer más nuestro trabajo colectivo sobre la amenaza geopolítica más importante que enfrentamos en el siglo XXI, un gobierno chino cada vez más adverso”. Este centro de misión desplegará personas con muchas capacidades y entrenamientos variados alrededor del mundo para “recopilar material de inteligencia y contrarrestar los intereses de China”, como contó un funcionario anónimo a The Washington Post.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
En este país, el miedo y el odio hacia los chinos está siendo azuzado, no solo por el flagrante racismo de Trump, sino por la frenética ignorancia alrededor de los orígenes del COVID, el incidente del globo, la propuesta de proscribir TikTok (una empresa de propiedad china que ya está prohibida en los dispositivos gubernamentales de Estados Unidos) y más. Los fascistas que controlan la legislatura de Texas se están moviendo para prohibir la titularidad de propiedades en Texas de empresas y ciudadanos chinos y del gobierno chino.
¡Inaceptable! ¡Irresponsable!
Un desafío estratégico a la dominación estadounidense
Lloyd Austin declaró en diciembre que China “es el único país con la pretensión y, cada vez más, el poder de reconfigurar su región y el orden internacional para adaptarlo a sus preferencias autoritarias. Así que voy a ser claro: No lo permitiremos”. El centro de los esfuerzos estadounidenses para “sacar de competencia” a China es la expansión y modernización de la presencia militar estadounidense directa en el Sudeste asiático y la preparación para el conflicto en Taiwán y el mar de China Meridional y sus alrededores.
Esto significa no solo aumentar su ya enorme poderío militar en esa parte del mundo, también significa hacerlo más poderosamente destructivo, más capaz de responder rápidamente y armarlo con la tecnología armamentista más moderna.
La rivalidad entre Estados Unidos y China está escalando peligrosa y rápidamente. Los líderes estadounidenses abiertamente amenazan y provocan a China. Repetimos, en cuatro ocasiones diferentes, Biden ha declarado que las fuerzas militares estadounidenses se involucrarán directamente en defender a Taiwán en el caso de una guerra con China. Nancy Pelosi, siendo presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, realizó un viaje a Taiwán altamente peligroso y deliberadamente provocador, que desató semanas de maniobras y juegos de quien es menos cobarde por parte de las fuerzas navales de China y Estados Unidos. Y el actual presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, está planeando un viaje similar esta primavera, y el Pentágono se está preparando para ello.
En una gira reciente al oriente de Asia, Lloyd Austin anunció:
- más despliegues de aviones de combate y bombarderos en Corea del Sur;
- un reforzamiento militar en Japón (actualmente el tercer país con más gasto militar en el mundo), sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial;
- nuevas bases militares estadounidenses en Filipinas, justo al sur de Taiwán; y
- coordinación y lazos más estrechos con los otros miembros de los llamados países “Quad”: Australia, India y Japón.
Durante las últimas décadas China se ha desarrollado como una poderosa potencia imperialista. Está desarrollando su fuerza militar y contendiendo con Estados Unidos en la búsqueda de sus propios objetivos imperialistas. Está desafiando a Estados Unidos no solo en Taiwán y sus alrededores, sino el orden imperialista global dominado por Estados Unidos. La contienda no es solo en Asia, hay disputa y rivalidad por el control de materias primas y regiones de África, por la militarización del espacio, por la producción y los mercados de alta tecnología, y mucho más.
El llamado “orden global” es un espectáculo de terror para la mayoría de las personas del mundo, un orden global con 160 millones de niños trabajadores, con la brutal explotación de miles de millones de personas, con tráfico sexual, con decenas de millones de refugiados y con toda clase de relaciones opresivas retrógradas entre diferentes grupos de personas. Y ahora con la amenaza de una guerra increíblemente destructiva por el control mundial, que podría desembocar en la destrucción del mundo mismo.
Ambas potencias tienen arsenales nucleares increíblemente destructivos. Entre ellas regularmente ocurren calentones. Uno de esos podría rápidamente ascender en espiral a un nivel completamente diferente, y con la misma rapidez desencadenar una serie de eventos que se lleve por delante a millones de personas y que amenace al planeta entero. Dos importantes verdades deben tenerse presentes: La primera: Los crímenes del imperialismo estadounidense eclipsan lo que China ha hecho y está haciendo3,4. La segunda: Los gobernantes imperialistas estadounidenses son nuestros opresores y nuestra tarea es oponernos a su actuar.
Lo inaceptable es este mundo dominado por el imperialismo
El “consenso bipartidista” de que Estados Unidos debe intensificar su confrontación con China ilustra cómo los demócratas así como los republi-fascistas son partidos de la clase dominante imperialista, partidos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Joe Biden está impulsando un programa que pone en riesgo a todo el planeta, no porque sea particularmente una persona sedienta de sangre, sino porque lo requiere el sistema económico y político al cual él sirve. El sistema responde a una ley: expandirse o morir. Y es esta ley la que está impulsando ahora este demente enfrentamiento.
La urgente verdad de la siguiente declaración de Bob Avakian se hace más manifiesta:
“No podemos permitir más que estos imperialistas dominen el mundo y determinen el destino de la humanidad. Necesitamos derrocarlos lo más pronto posible.”
Bob Avakian, Entrevista en el Show RNL – Revolución, Nada Menos.
China no es ni socialista ni comunista, es una potencia capitalista-imperialista
Pese a que lleve el nombre de “socialista” y al hecho de que su partido gobernante se autodenomine “comunista”, China es una potencia capitalista-imperialista. ¿A qué se debe que se denomine a sí misma de forma diferente?
Por muchos años, China fue una nación oprimida por potencias imperialistas como Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos. Internamente, la inmensa clase campesina era brutalmente explotada por terratenientes. Hace más de cien años, se fundó el Partido Comunista de China para romper esas cadenas haciendo la revolución y creando una sociedad nueva en camino al comunismo. Ese partido lideró al pueblo chino en luchas de liberación verdaderamente heroicas contra el imperialismo y sus fuerzas políticas aliadas dentro de China. Tal revolución la lideró el gran revolucionario y teórico comunista Mao Tsetung. En 1949, la revolución finalmente conquistó el poder luego de décadas de sacrificio y lucha. Tal partido, con Mao al mando, lideró al pueblo chino durante 27 años de construcción de una nueva sociedad socialista. La nueva sociedad rompió las cadenas del imperialismo y forjó increíbles mejoras en las vidas de las masas populares. Puede consultar aquí para conocer más al respecto, pero por mencionar solo un caso emblemático, durante el periodo de liderato socialista, la expectativa de vida promedio en China se duplicó con creces. Y aún más, el nuevo poder estatal respaldó a las mujeres y a otros grupos antes oprimidos en la conquista de cambios radicales. Apoyó una moralidad completamente nueva, basada en “servir al pueblo” y no en “buscar ser el número uno”.
Durante ese periodo, Mao lideró luchas contra aquellos en el partido cuya visión de la revolución no iba más allá de desarrollar a China en un “país poderoso” y que estaban más que dispuestos a usar métodos capitalistas para lograrlo. Mao, por el contrario, luchó para dirigir la sociedad rumbo al comunismo, un mundo completamente libre de divisiones opresivas y explotadoras entre las personas. En ese periodo, Mao desarrolló el avance científico de la continuación de la lucha de clases dentro de la sociedad socialista, enfocada en la lucha entre el camino capitalista y el camino socialista, y concentrada en los más altos niveles de dirección del partido.
Con la muerte de Mao en 1976, aquellos que solo pretendían convertir a China en un país poderoso dentro del sistema imperialista lograron dar un golpe de estado. Encarcelaron e incluso asesinaron a aquellos que habían seguido el programa y la visión de Mao. Pero dado que Mao y la revolución habían cosechado un tremendo prestigio dentro del pueblo chino, estos contrarrevolucionarios prefirieron adaptar las estructuras de gobierno y algunos aspectos de la ideología del partido comunista para servir a sus objetivos de transformar a China en una potencia imperialista de por sí. Y el mantener esta fachada socialista le permite a China contender con el imperialismo occidental en el Sur global y proseguir su actividad imperialista de inversión, comercio y empréstitos bajo la apariencia de un “tipo diferente de gran potencia”, no interesada en la explotación y la dominación.
La heroica y compleja lucha librada por Mao es abordada y explicada por Bob Avakian en esta entrevista radial con Michael Slate. Escuche (en inglés) y lea la entrevista completa. Es de vital importancia que en un momento en el que estas movidas de guerra entre Estados Unidos y China se aceleran, las personas conozcan la verdadera historia del falso comunismo de los gobernantes chinos.
1 En 1971, una resolución de las Naciones Unidas reconoció a la República Popular China (RPC, a la que a veces se hace referencia por la prensa estadounidense como “China Continental”) como el único gobierno legal que representa a toda China. En 1979, Estados Unidos reconoció a la RPC como el gobierno de China, y en la actualidad solo 14 gobiernos reconocen a Taiwán.
2 Puede encontrar aquí y aquí artículos de Revolución sobre Taiwán y la contienda por la isla.
3 Estados Unidos tiene cerca de 750 bases militares en 80 países alrededor del mundo, China solo tiene una.
4 Conozca Crimen Yanqui, la serie publicada por Revolución