¡Apoyemos el LEVANTAMIENTO SOSTENIDO del pueblo estadounidense para EXPULSAR DEL PODER AL RÉGIMEN FASCISTA DE TRUMP! ¡Apoyemos a REFUSE FASCISM!

Estados Unidos está en las garras del fascismo. Y es una amenaza para todo el mundo, para el pueblo en Estados Unidos, claro, no solo para los inmigrantes; para los pueblos del Medio Oriente, de Palestina a Irán y más; para “Sudamérica”, que para Trump es del Rio Bravo p’abajo, ya que como dijo el pasado 27 de octubre al felicitar en público a su aliado Milei por su triunfo electoral: “Nos estamos centrando mucho en Sudamérica y estamos consiguiendo un fuerte control … en muchos sentidos”, y uno de esos (sin)sentidos es el militar. Y esto en medio de la agresión militar en el Caribe y en el Pacífico asesinando sin fórmula de juicio a supuesto o reales “narcotraficantes” y amenazando con agredir territorio continental de varios países de la región
En el siglo XX el mundo (no solo Europa) padeció el fascismo, a costa de decenas de millones de vidas en dos guerras mundiales. La historia [no solo la teoría de Lenin] demuestra que el imperialismo es la fuente de las guerras en los tiempos modernos, que la naturaleza agresiva del imperialismo no cambiará, mientras este exista. Y el también presciente Mao afirmó con razón, que mientras exista el imperialismo, “su naturaleza jamás cambiará”, que “no debemos hacernos ilusiones sobre los imperialistas, sino librar una lucha contra ellos”, y que “es imposible persuadir a los imperialistas y a los reaccionarios [locales] de que muestren bondad y se aparten de sus malos caminos. El único camino es organizar fuerzas y luchar contra ellos”.
El fascismo, de distintas cepas, está otra vez aquí, en varias partes del globo (en países imperialistas y en países oprimidos). Esa es la mala noticia. Y la buena es que se están organizando fuerzas y están iniciando una lucha. Desde hace unos años está activo el movimiento RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), que en su amplio llamado plantea que “La única esperanza para la humanidad es que se pongan de pie millones de las personas decentes de Estados Unidos. No podemos esperar para unas elecciones amañadas en el futuro. Tenemos que expulsar del poder al Régimen Fascista de Trump”. Y esta organización, junto con varias otras participó de manera importante en la segunda gran manifestación del movimiento Sin Reyes, el pasado 18 de octubre, cuando se realizaron miles de marchas y mítines, con participación de varios millones de personas en todo Estados Unidos. Y para este 5 de noviembre, al cumplirse un año de la nefasta elección de Trump, se está preparando el inicio de un levantamiento sostenido del pueblo estadounidense en busca de echar del poder al régimen fascista.
Si, como señalan los revolucionarios (que los hay, de los de verdad) en Estados Unidos, “¡Hay que sacar del poder a todo el régimen fascista de Trump!”, y afirman, con esperanza científica, no con optimismo infatuado, que “es posible hacerlo”, pero que también está “la posibilidad de fracasar en el intento de derrotar a este régimen, con consecuencias verdaderamente terribles”, “¡pero es posible que no fracasemos!”, porque, “estos no son ‘tiempos normales’. En estos tiempos extraordinarios, las cosas pueden cambiar muy velozmente, a una enorme escala y con un gran impacto. Esto puede aplicarse no solo en sentidos muy negativos, sino también en sentidos muy positivos: se puede avanzar a partir de las repetidas protestas contra este régimen, y que luego ejerzan su expresión más poderosa en la movilización”. Y prosiguen, “Si eso da resultado, será una hazaña verdaderamente histórica para la humanidad hoy, y algo que contribuirá de manera profunda a la posibilidad de un mundo mucho mejor para las generaciones del futuro”. “Precisamente debido a que existe la base material y una verdadera oportunidad para tener éxito en el caso de que actuemos, el futuro de la humanidad exige que redoblemos ahora, en los días que queden hasta el 5 de noviembre, los esfuerzos multifacéticos para hacer realidad esta misión”. (revcom.us)
No existe “garantía de triunfo”, sería tonto esperar que la hubiera. Lo que corresponde es que, en todo el mundo (porque es un asunto de todo el mundo y en todo el mundo), no solo se apoye esta necesaria y vital lucha del pueblo estadounidense, sino que se sea parte de esta lucha que es de toda la humanidad (desde hace más de un siglo todo el planeta está regido por un mismo sistema, capitalista-imperialista del que hacen parte tanto las potencias imperialistas como los países dominados). No podemos caer en que hay un pueblo de “allá” y uno de “acá”. Así como las clases dominantes del mundo (en continua pugna) se unen en un solo bloque (se coluden) cuando ven en riesgo su sistema, todos los explotados y oprimidos deben constituir una sola fuerza a nivel internacional. Tampoco podemos de nuevo caer en la tragedia que describiera el Niemöller en la época de la Alemania nazi y decir: primero vinieron por los inmigrantes en Estados Unidos, pero yo no era inmigrante… luego vinieron por los dizque “terroristas” y narcotraficantes, pero yo no lo era… etc., y ahora vienen por mí, pero ya pa’qué carajos.
«Al hablar del “imperialismo”, lo que se quiere decir no es el concepto de colonialismo del viejo estilo y la posesión (u ocupación) directa de los territorios de otros pueblos (aunque eso sigue ocurriendo con el imperialismo de hoy día). Tampoco es su esencia ser un “belicista” (o “halcón”), aunque, una vez más, ser un representante real del sistema imperialista sí requiere que se emplee y apoye la amenaza, y el uso concreto, de la guerra.
La esencia de lo que se quiere decir (por “imperialismo” e “imperialista”) es el análisis científico del imperialismo como el desarrollo del sistema capitalista como un sistema internacional de explotación, que se basa cada vez más en la superexplotación en el tercer mundo (piénsese en las maquiladoras llenas de mujeres pobres en Bangla Desh, y en las minas donde se explota brutalmente a los niños en El Congo) con los cambios resultantes (o acompañantes) en la estructura social y de clases en los países imperialistas en sí, en los que el aumento del parasitismo es un rasgo distintivo. El capitalismo de hoy —y, sobre todo, el capitalismo de los países imperialistas como Estados Unidos— no podría existir sin esta superexplotación verdaderamente bárbara, y sin la brutalidad polifacética que la mantiene y la impone.» (revcom.us)
«El fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerce una dictadura abierta y gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del Estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifican como “enemigos”, “indeseables” o “peligrosos para la sociedad”.
Al mismo tiempo, si bien es probable que se movilice rápidamente para hacer cumplir ciertas medidas represivas para consolidar su gobierno, lo que es posible ver al estudiar los ejemplos de la Alemania Nazi y de la Italia bajo Mussolini, también es probable que un régimen fascista implemente su programa general por etapas y además, trabaje en varios momentos para asegurar a la población o a ciertos sectores de la población de que evitarán los horrores, siempre que acepten calladamente y no protesten ni se resistan cuando la situación siembre terror entre otros y los pone en la mira de la represión, la deportación, la “conversión”, la prisión o la ejecución.» (revcom.us)
Grupo Comunista Revolucionario, Colombia | noviembre de 2025 | @ComRevCo | comrev.co
