Mientras Trump amenaza con la guerra contra Venezuela y salen a la luz nuevos crímenes de guerra: Crisis, responsabilidad y acción para cambiar la historia

Editorial de revcom.us

Periódico Revolución | revcom.us | 1 de diciembre de 2025

El siguiente editorial fue publicado en inglés en revcom.us. La traducción al español es responsabilidad de comrev.co. La orientación, el análisis y el llamado son muy pertinentes y urgentes, especialmente ahora que Estados Unidos intensifica las amenazas de lanzar ataques terrestres contra Venezuela, e incluso otros países de la región. Invitamos a nuestros lectores a compartir ampliamente esta editorial y a organizar espacios de discusión y movilización contra una eventual agresión contra Venezuela y América Latina por parte de Estados Unidos.


El fascismo de Trump es un régimen que despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él mismo dicta, y que el poder destructivo puro y duro es lo que tiene que regir en el escenario internacional, sin siquiera la pretensión de adherirse al derecho internacional ni preocuparse por la soberanía, o incluso el derecho de existir, de los pueblos y países menos poderosos.

Bob Avakian, REVOLUCIÓN #114: Derrotar al fascismo de Trump y MAGA: Con la vista puesta en algunas futuras elecciones… o trabajar ahora para movilizar a millones de personas en torno a esta poderosa demanda unificadora: ¡Que se vaya el régimen fascista de Trump! (énfasis añadido)

La verdad de la perspicaz y contundente observación de Bob Avakian del pasado mes de marzo volvió a quedar patente este fin de semana. El viernes, El Washington Post informó que el Secretario de “guerra” Pete Hegseth ordenó a las fuerzas especiales que mataran a los sobrevivientes de un ataque estadounidense perpetrado el 2 de septiembre contra una pequeña embarcación frente a las costas de Venezuela. El Post afirmó que, de acuerdo a dos personas con conocimiento directo de la operación, Hegseth dio la orden verbal: “Mátenlos a todos”.

Embarcación venezolana en aguas internacionales (izquierda) un momento antes de ser bombardeada por Estados Unidos. (derecha), 2 de septiembre, 2025.

Tras el primer impacto contra la embarcación, el Post afirmó que las imágenes captadas por un dron mostraban a los supervivientes aferrados a los restos del naufragio. El comandante ordenó entonces un segundo ataque para cumplir con la orden de Hegseth. Al reportaje publicado el viernes en el Post, Hegseth respondió desestimándolo como “otro reportaje inventado, incendiario y despectivo para desacreditar a nuestros increíbles guerreros que luchan por proteger la patria”, aunque en realidad nunca negó haber ordenado los asesinatos.

Hegseth siguió con la amenaza: “Apenas hemos comenzado a matar narco-terroristas”. Este asesinato aprobado por el Estado en aguas internacionales fue el primero de más de 23 ataques contra barcos frente a las costas de Venezuela y Colombia. Más de 80 personas han sido asesinadas hasta ahora.1

Ordenar la ejecución de personas desarmadas que se aferraban desesperadamente a la vida en un barco en llamas no solo es un crimen de guerra según el derecho internacional, sino que, dado que Estados Unidos ni siquiera está en guerra, es un asesinato aprobado por el Estado y perseguible por los tribunales penales estadounidenses.

El sábado, un grupo de ex jueces abogados generales (JAG), abogados militares responsables, entre otras cosas, de enjuiciar los crímenes de guerra, emitió un comunicado en el que declaraba que el grupo consideraba unánimemente que “tanto la emisión como la ejecución de estas órdenes, de ser ciertas, constituyen crímenes de guerra, asesinato o ambos”, y pedía que “cualquiera que emita o cumpla tales órdenes sea enjuiciado por crímenes de guerra, asesinato o ambos”.2

Al mismo tiempo, las principales comisiones del Senado y la Cámara de Representantes que supervisan al ejército, integradas por republicanos y demócratas, emitieron comunicados en los que prometían una “supervisión rigurosa”.

Mientras tanto, las amenazas bélicas de Trump se intensifican

Todo esto ocurrió el mismo día en que Trump advirtió a todas las aeronaves que evitaran los cielos de Venezuela, en uno de sus desquiciados tuits escritos íntegramente en mayúsculas. Cerrar el espacio aéreo de otro país es una medida extremadamente agresiva que puede considerarse un acto de guerra. En el artículo principal de la portada de su edición dominical, el Washington Post informó sobre esto y señaló que “Estados Unidos tiene unos 15.000 soldados en la región, repartidos en una docena de buques de guerra en el Caribe y fuerzas de apoyo en Puerto Rico. Se trata de la mayor concentración militar en la zona en décadas”.

El Grupo de Ataque del Portaaviones Gerald R. Ford de la Marina se encuentra ahora en el mar Caribe, 13 de noviembre de 2025. Foto: Departamento de Guerra de los Estados Unidos.

ESTO PODRÍA SER EL PRELUDIO DE UNA GUERRA. Sí, Trump aún podría dar marcha atrás; nadie puede predecir el futuro. Pero esa es precisamente la cuestión. A una situación ya de por sí peligrosa e inflamable, un loco jugando con una caja de cerillas acaba de echarle varios litros más de gasolina.

Cualquier guerra iniciada por el régimen fascista de Trump sería una atrocidad criminal. La gente de este país tiene la enorme responsabilidad de oponerse, de forma no violenta en las calles y en los foros de opinión pública, a cualquier agresión de este tipo como una guerra imperialista y depredadora librada por un régimen fascista.

También está en juego si el ejército estadounidense seguirá sin cuestionar órdenes claramente ilegales. Hemos escrito en otras ocasiones sobre la lucha del régimen fascista de Trump por convertir al ejército estadounidense en una fuerza de combate abiertamente fascista, leal solo al tirano fascista y no a la Constitución de Estados Unidos a la que juraron lealtad.3

Si el régimen logra imponer el uso del ejército estadounidense como una fuerza para ejecutar abiertamente órdenes ilegales, y si tiene éxito en purgar por completo el disentimiento dentro de las filas de las instituciones gobernantes, esto marcará un nuevo salto cualitativo hacia la consolidación fascista.

Y en este momento, una de las ilusiones más peligrosas que la gente podría abrigar es la idea de que el fascismo de Trump se está autodestruyendo por su cuenta, o que los tribunales lo frenarán, o que las elecciones intermedias ofrecerán una solución. Como destacamos en el artículo de la semana pasada, el fascismo no se puede contener, gestionar ni esperar a que pase; hay que derrotarlo. Los millones de personas que odian hacia dónde está arrastrando a la sociedad este régimen no pueden delegar su responsabilidad de llenar las calles para exigir, día tras día, que el régimen se vaya YA.

Un momento decisivo en el que lo que hace la gente importa

En esta situación, en la que las acciones de Trump están provocando una oposición más abierta dentro de las instituciones gobernantes, la orientación estratégica de Bob Avakian en la importante declaración REVOLUTION #141, ¡La hora ya nos está encima urgentemente — de expulsar al régimen fascista de Trump!, merece una atención y una reflexión especiales:

En varios mensajes —incluido el anterior (el número 140)—, he hablado de los medios básicos con los cuales se podría expulsar del poder concretamente a este régimen: los millones y las decenas de millones de personas decentes, quienes muy profundamente en su corazón aborrecen este fascismo, tienen que tomar la iniciativa, poniéndose de pie con una determinación no violenta pero poderosa para replantear los términos, creando un masivo “terremoto político desde abajo”, haciendo surgir una profunda crisis política de modo que ponga en aún más evidencia la naturaleza completamente ilegítima del régimen fascista de Trump, provocando y motivando importantes cambios y realineamientos en toda la sociedad, lo que incluiría al interior de las instituciones imperantes y gobernantes, de modo que este régimen ya no pueda funcionar ni permanecer en el poder.

Hay muchas personas y fuerzas al interior de las instituciones gobernantes —o que tienen fuertes vínculos y una influencia potencialmente importante al interior de esas instituciones— que están muy profundamente consternadas, o que hasta se oponen firmemente, en su manera de ver, a las acciones del régimen fascista de Trump “al violar la Constitución y las leyes, al destruir nuestro gran experimento estadounidense en la democracia” y “al socavar y dañar seriamente la posición de nuestro país en el mundo”. Como comunista revolucionario que he desarrollado el nuevo comunismo como un marco completamente nuevo para la emancipación humana, tengo una comprensión fundamentalmente diferente de la naturaleza del sistema que gobierna en Estados Unidos y de su papel en el mundo; pero, al mismo tiempo, entiendo claramente qué tanto importa, en un sentido profundamente terrible, cuando ni siquiera exista una pretensión de la democracia y de los derechos básicos los que están pisoteados abiertamente. Ante la urgente necesidad de derrotar y sacar al régimen de Trump, el que está imponiendo una dictadura fascista indisimulada, y ante la crucial importancia de unir a todos los que se pueda unir para expulsar a este régimen, reconozco el papel particularmente importante que tales personas y fuerzas, con vínculos e influencia en instituciones clave, podrían desempeñar en relación a esta urgente necesidad. También reconozco que ellas se sentirán compelidas y con posibilidades de desempeñar este papel únicamente en el caso de que surja, de hecho, el tipo de “terremoto político masivo desde abajo”, el que pueden crear los millones de personas que hagan suyo el Llamamiento de Rechazar el Fascismo, y que así actúen para crear la clase de crisis política donde este “terremoto político desde abajo”, en combinación con las crecientes escisiones al interior de las instituciones imperantes y gobernantes, podría conducir a la expulsión del régimen fascista de Trump.

Cómo se puede hacer realidad esto a medida que la crisis se acelera, cómo las masas populares podrían actuar e influir en esta situación para acercarse cualitativamente al objetivo de derrocar de forma no violenta a este régimen fascista, es algo en lo que todos los lectores de este sitio web deberían pensar activamente, debatir y trabajar para hacerlo realidad en los intensos días y semanas que se avecinan.

¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista!

¡El régimen fascista de Trump debe largarse YA!

Ganadora venezolana del Premio Nobel de “la Paz” y lacaya total de Trump: María Corina Machado

Maria Corina Machado en una movilización anti-Maduro en Caracas, Venezuela, 17 de agosto de 2024.

Una baza con la que cuenta el régimen de Trump en sus maniobras para derrocar al líder venezolano Maduro es la obscena lealtad de María Corina Machado, una exdiputada de extrema derecha de la Asamblea Nacional de Venezuela. Ahora es la líder (en el exilio) de la oposición a Maduro. Machado, que saltó a la fama al convertirse en la ganadora del Premio Nobel de la “Paz” 2025, dedicó el galardón a Donald Trump nada más recibirlo.

Machado contó a BBC Mundo una llamada telefónica de felicitación con Trump. Le dijo “lo agradecido que está el pueblo venezolano por lo que está haciendo, no solo en América, sino en todo el mundo por la paz, la libertad y la democracia”. Machado ha dicho que la retórica violenta y las acciones de Trump hacia Maduro son “absolutamente correctas”.

¿Hasta qué punto ha abrazado la locura de Trump/MAGA? Machado repitió, sin pruebas, la afirmación de MAGA de que Maduro y otros altos funcionarios ayudaron a manipular las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020. Y no tenía “ninguna duda” de que las autoridades venezolanas eran “el cerebro detrás de un sistema que ha manipulado las elecciones en muchos países, incluido Estados Unidos”.

El secretario de Estado de Trump, Rubio, y el Departamento de “Guerra” están promoviendo a Machado como la “voz” de la oposición venezolana. Fue entrevistada en el podcast de Donald Trump Jr. Se ha reunido con el régimen y se la está preparando para sustituir o supervisar la sustitución de Maduro, sean cuales sean las circunstancias.

Machado también se ha unido a los imperialistas fascistas estadounidenses para denunciar la creciente participación de China en la región. Ha advertido que “China ha obtenido un control sin precedentes sobre nuestros activos estratégicos”. Machado apoya plenamente el objetivo del fascismo de Trump, no solo de expulsar a Maduro del poder, sino también de que el imperialismo estadounidense domine toda la región. Machado afirma: “Una vez que Venezuela sea libre, Cuba y Nicaragua le seguirán. No se trata solo de un país, se trata de restaurar la libertad en todo un continente”. ¿Y qué significa “restaurar la libertad”? En una reciente reunión del “American Business Forum” en Miami, declaró: “Abriríamos Venezuela a la inversión extranjera. Estoy hablando de una oportunidad de 1,7 billones de dólares, no solo en petróleo y gas… sino también en minería, oro, infraestructura, energía…”.


1 La justificación de esta ofensiva militar es una mentira descarada. Trump afirma que Venezuela está ayudando a los cárteles de la droga y que los barcos que Estados Unidos está hundiendo son barcos que traen drogas a Estados Unidos, pero no hay pruebas que lo respalden, y todas las pruebas que existen apuntan a lo contrario. Incluso si la acusación de tráfico de drogas se probara en un tribunal, ¡esto no sería legalmente punible con la muerte! Y si hubiera pruebas de este delito, los sospechosos deberían ser detenidos y juzgados. Vaya aquí y aquí para obtener más información sobre la sangrienta mentira de Trump y Hegseth.

2 Hegseth despidió a los principales abogados militares en febrero con el objetivo de dotar al ejército estadounidense de un “espíritu guerrero”. Un profesor de Derecho de la Universidad de Georgetown observó que esto es “lo que se hace cuando se planea infringir la ley: deshacerse de cualquier abogado que pueda entorpecer los planes”. (New York Times, 22 de febrero de 2025)

3 Como hemos escrito previamente, “aquí en revcom.us hemos documentado muchos crímenes cometidos por las fuerzas armadas yanquis en su “funcionamiento normal” como ejecutor y protector de este sistema imperialista. Los horrores han sido muchos, con millones de vidas arrebatadas por esta máquina asesina después de la Segunda Guerra Mundial. Pero utilizar estas fuerzas armadas para aplastar y reprimir a las decenas de millones de personas que se oponen —o que simplemente constituyen un obstáculo— al programa fascista de Trump sería un salto a un nivel completamente diferente de horror, y haría que fuera cualitativamente más difícil toda posibilidad de cambio fundamental o incluso de protesta básica contra este sistema o cualquiera de sus atrocidades”.