12 de septiembre de 2025
El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los mensajes mediáticos de @BobAvakianOfficial
Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN— número 133.
Como he señalado en mensajes anteriores (números 130 y 131), Trump está enviando a los militares a una ciudad tras otra —particularmente a ciudades con grandes poblaciones de negros y alcaldes negros— no para combatir la delincuencia, sino como una continuación y escalada de su flagrante racismo y su gobierno fascista abiertamente dictatorial en el país en su conjunto.
Como parte de esto, Trump proclama que dará un respaldo más contundente a la brutalidad y al asesinato que la policía lleva a cabo con regularidad y saña, especialmente contra los negros, así como latinos y amerindios. Al mismo tiempo, Trump insiste en que en realidad la violencia doméstica contra las mujeres no debe contarse como un delito. Se queja: ¡“Si un hombre tiene una pequeña pelea con la esposa, dicen que esto fue un crimen”!.
Hace 30 años, escribí lo siguiente, que sigue teniendo un significado crucial hoy en día:
Con toda la inexorable andanada de propaganda sobre el crimen —y aunque el crimen violento en las calles es un problema social grave en Estados Unidos hoy—, el hecho de que para la mujer y los hijos, el lugar donde es más probable que sean víctimas de crímenes violentos y de golpes que llegan a ocasionar la muerte es el hogar, a manos del “jefe del hogar”. Es más probable que la mujer sea violada por su esposo —y que una hija o hijo sea abusada/o y molestada/o sexualmente por el padre— que por un desconocido. Sólo en los últimos años —y en gran medida debido a los levantamientos sociales de los “años 1960”, y en particular debido al movimiento de la mujer que surgió durante esos levantamientos— se logró iluminar mucho esa horrorosa violencia “doméstica”. Antes, en gran parte era algo oculto; quedaba tras las puertas cerradas del “hogar”, protegido por la “santidad” de la “familia tradicional”. (De mi ensayo Predicando desde un púlpito de huesos: Necesitamos moral, pero no la moral tradicional)
Revocar, con gran fuerza y de manera vengativa, los logros que se han obtenido en la lucha contra la opresión de las mujeres, incluido el derecho al aborto; restaurar la “santidad” de la “familia tradicional” supremacista masculina, y todas las cadenas de la tradición que acompañan a esto —“justificando”, incluso “glorificando”, todo esto con un fundamentalismo cristiano fanático— esta es una parte decisiva del fascismo que está imponiendo el régimen de Trump, junto con el racismo asesino y otras atrocidades de este régimen fascista. ¡Algunos fascistas de MAGA declaran abiertamente que las mujeres ni siquiera deberían tener derecho a votar!
El Llamamiento a la acción, iniciado por RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), y abierto a todos, expone claramente por qué debe haber una movilización masiva no violenta y una convergencia de millones de personas en Washington, D.C., a partir del 5 de noviembre, decidida a expulsar a este régimen fascista:
“El Régimen Fascista de Trump viene triturando el estado de derecho. Se burlan del debido proceso legal. Desaparecen a inmigrantes y otras personas de color en campos de concentración brutales. Resucitan agresivamente la supremacía blanca genocida. Revocan no solamente lo que se ganó en la lucha de los años 1960, sino lo de la Guerra Civil y la Reconstrucción. Esclavizan a las mujeres por medio de la brutalidad y la sofocación de la maternidad forzada. Borran a la gente LGBT. Pisotean los derechos democráticos. Violan las leyes internacionales. Despliegan ilegítimamente las fuerzas armadas en el suelo estadounidense. Agreden y amenazan a políticos y jueces. Allanan el camino para un terror ilimitado contra el pueblo. Aceleran el colapso climático. Recortan la ciencia y la medicina, lo que cobrará millones de vidas. Merman el acervo de conocimientos de la humanidad. Destruyen la verdad. Ahogan el razonamiento. Subyugan las artes ante la crueldad y la conformidad del fascismo. Ponen en la mira todo lo que es decente, moral y bueno. Todo al antojo de un demente tirano degradado”.
Sí, este fascismo realmente es “así de malo” —y, sí, solo empeorará mucho más, y pronto— a menos que este Llamamiento de Rechazar el Fascismo sea adoptado activamente por un número creciente de personas y organizaciones, con trabajo para desarrollar la movilización más masiva a Washington, D.C. en la historia, de acuerdo con las apuestas profundamente históricas.
Si se permite que este régimen fascista permanezca en el poder, todas cosas en las que la gente decente ha sentido que podía confiar para buscar justicia serán brutalmente eclipsadas… todo valor moral edificante será vilipendiado y reprimido… cada esfera de la sociedad será reconfigurada, de formas terribles, en consonancia con la crueldad supremacista masculina, anti-LGBT, supremacista blanca y antiinmigrante y la demencia anticientífica, destructora de la salud y del clima del régimen fascista de Trump y los desvaríos sedientos de sangre y la violencia depravada de los fanáticos que encabezan “el departamento de guerra”, en que el maníaco trastornado Trump tiene el dedo en el botón nuclear.
Cada visión, y cada esfuerzo activo, por un mundo mejor, más justo, por un futuro digno en el que vivir, será violentamente suprimido y efectivamente truncado, al menos en el futuro previsible.
Esto no es hipérbole — es la amarga realidad que se está imponiendo velozmente.
Pero aquí va otra realidad profunda: La movilización masiva convocada por Rechazar el Fascismo, y abierta a todos, representa la posibilidad real —la ÚNICA posibilidad real— de realmente expulsar a este régimen fascista, y de poner fin a los interminables horrores que está decidido a perpetrar.
En mi mensaje anterior (número 132) abordé cómo esta movilización masiva podría tener una verdadera oportunidad de triunfar —creando un masivo “terremoto político desde abajo”, causando una profunda crisis política tal que la naturaleza completamente ilegítima del régimen fascista de Trump se ponga de relieve aún más agudamente, provocando y motivando cambios y realineamientos importantes en toda la sociedad, incluso dentro de las instituciones dominantes, de modo que este régimen ya no puede funcionar y no puede permanecer en el poder.
Muchos individuos, organizaciones y grupos tendrán diferentes puntos de vista sobre lo que ha dado lugar a este fascismo, y lo que debería reemplazarlo, y nosotros, los revcom (comunistas revolucionarios) continuaremos exponiendo y defendiendo francamente nuestros puntos de vista al respecto, y animaremos a otros a presentar de manera similar sus propias perspectivas. Pero esto debe tener lugar en el contexto y la atmósfera en que todos estemos trabajando juntos para superar todos los obstáculos —incluidos los esquemas de “dividir para vencer”; de cualquier fuente y bajo cualquier disfraz— uniendo a todos los que se pueda unir, a muchos millones de personas, para lograr el objetivo verdaderamente histórico de expulsar a este régimen fascista.
