La nueva síntesis del comunismo y los residuos del pasado

Organización Comunista Revolucionaria, México

Publicado originalmente en el periódico Aurora Roja, Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México, Número 17, agosto de 2012. Sitio Web: http://aurora-roja.blogspot.com

El mundo podrá cambiar de base. La nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian nos brinda una nueva y esencial guía teórica para las revoluciones del siglo 21 que podrán poner fin a la miseria, opresión y degradación que sufre la mayoría y abrir el camino a avances sin precedente hacia un mundo comunista: una libre asociación de seres humanos sin divisiones de clase, nación, género ni entre el trabajo manual e intelectual, en que los seres humanos transformen el mundo y a sí mismos a base de un entendimiento más profundo y científico de la realidad. En estos días en que se oye por todas partes la predicación de los eruditos merolicos de las clases dominantes de que el comunismo “fracasó”, que fue “horrendo” y que no nos queda más futuro que el que ofrece este sistema capitalista-imperialista horroroso, la nueva síntesis representa una renovada esperanza de emancipación para las masas en todo el mundo.

Esta nueva síntesis invita y promueve la crítica, el disentimiento y el debate, y llama a todos a entrar a bregar con los muchos problemas todavía por resolver de la nueva etapa de la revolución proletaria mundial. Sin embargo, ha tenido que enfrentar en muchos casos, no la crítica razonada de su contenido que, sea correcta o incorrecta, siempre contribuye al proceso de esclarecer las cuestiones, sino más bien una andanada de insultos, chismes y ataques personales provenientes, en primera fila, de algunas organizaciones que se autodenominan “comunistas” y “marxista-leninista-maoístas”. Bien decía Mao que en sus comienzos nada de lo avanzado ha sido aplaudido sino cubierto de invectivas. Frente a los grandes problemas de cómo enterrar este sistema podrido y crear un mundo nuevo, la lucha comunista siempre ha avanzado por medio de la lucha entre ideas y posiciones encontradas: los nuevos avances abren brecha ya sea en contra de posiciones aferradas dogmáticamente al pasado, ya sea contra posiciones que desechan el corazón científico y revolucionario del comunismo en nombre de “nuevas condiciones”.

Al entender esto, como decía Engels, uno no va a sentir mucha pena porque haya estallado la ineludible lucha. Al desarrollar y llevar hasta su fin la lucha de dos líneas que viene desarrollándose en el movimiento comunista internacional, podremos profundizar más el entendimiento de qué corresponde al mundo real y qué no, de qué contribuye a la emancipación y qué no y unir y forjar nuevos iniciadores de una nueva etapa de la revolución comunista mundial.

Nos enfocamos aquí en cuatro, entre varias, cuestiones importantes en la lucha actual, examinando las posiciones de la nueva síntesis y de sus detractores en cuanto a: 1.- La transición socialista al comunismo; 2.- El Estado y la lucha armada; 3.-Organización comunista internacional y el internacionalismo; y 4.- El método científico del comunismo en contraste con el pragmatismo y el instrumentalismo. Abordamos los argumentos que han desarrollado algunos críticos de la nueva síntesis. En cuanto a los insultos, ataques personales y chismes de quién supuestamente hizo qué a quién, para quienes tengan en mente la emancipación de la humanidad y no mezquinos intereses de grupo, basta observar que semejantes métodos de “lucha” no tienen nada que ver con el comunismo científico.

1. ¿Se necesita ahora un resumen científico de la experiencia del socialismo e idear cómo avanzar más y mejor esta vez?

¿Se necesita ahora un resumen científico de la experiencia del socialismo e idear cómo avanzar más y mejor en la revolución comunista ahora? Sí. Es necesario, entre otras razones, porque el socialismo que existió en Rusia y China fue derrotado y ya no existen países socialistas en el mundo, porque las clases dominantes se han aprovechado de estos reveses para propagar ampliamente la idea de que el socialismo no sirvió, porque es esencial aprender de los aciertos y errores de la experiencia histórica del socialismo y del movimiento comunista internacional en general para no repetir viejos errores y poder avanzar más y mejor que incluso lo mejor del pasado y porque ha habido importantes cambios en el mundo en las últimas décadas que requieren análisis para poder guiar con acierto la revolución comunista actual. Es a esta necesidad, de resumir científicamente las lecciones positivas y negativas de la experiencia anterior del movimiento comunista y las sociedades socialistas, analizar las nuevas condiciones en el mundo actual, y aprender de otras esferas, que Bob Avakian ha dedicado más de 30 años de trabajo intensivo. Esto ha dado fruto en la nueva síntesis que incluye, entre muchos otros elementos, un entendimiento más profundo de la meta comunista y lo que implica para que el socialismo sea, efectivamente, tanto una transición hacia el comunismo mundial como una sociedad en que la gran mayoría quisiéramos vivir.

Sin embargo, esta necesidad de un resumen de la experiencia pasada y de un nuevo desarrollo de la teoría comunista para el resurgimiento y avance de la revolución comunista ahora no la ven algunos que se declaran comunistas pero que son cegados por un método poco marxista y poco científico. No son pocos los que piensan que se puede o se debe evadir la cuestión del socialismo y comunismo, que eso “es para después” y que los “éxitos prácticos” del movimiento en movilizar masas en guerras populares u otras luchas resolverán estos problemas. Como se resume en El comunismo: el comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, EU, documento clave en la actual lucha en el movimiento comunista internacional, en fuerte divergencia con la nueva síntesis existen “dos tendencias opuestas: o bien de aferrarse de manera religiosa a toda la anterior experiencia y a la teoría y el método asociados con ella, o (en esencia, si no de palabra) de abandonarlo todo”, es decir, de abandonar también los aspectos principalmente positivos de la experiencia anterior y abrazar la democracia burguesa.[1]

Aunque toda analogía tiene sus limitaciones, es como si construyéramos un gran e impresionante edificio —el socialismo— con muchas innovaciones y adelantos extraordinarios, así como algunos defectos secundarios pero importantes, y luego, como resultado de un gran terremoto, toda la estructura se desploma.

Ante este gran revés, los dogmáticos nos dicen, ‘construyámoslo de nuevo como estaba, no pasa nada’. Los afines a la democracia del actual sistema capitalista nos dicen, ‘olvidémoslo, la estructura no sirve’, sin dejarnos otra alternativa que vivir a la intemperie del opresivo sistema actual. En cambio, la nueva síntesis aplica un método científico: vamos a aprender las lecciones positivas y negativas de esa experiencia, aprender también de otras fuentes, e idear y ponernos a construir un nuevo edificio que esté más resistente a los desastres y sirva mejor los propósitos de la revolución comunista.

2. ¿La derrota de las primeras experiencias del socialismo marca o no el fin de la primera etapa de la revolución comunista?

En dos artículos, el Partido Comunista de Afganistán (Maoísta) [PCA(M)][2] argumenta esencialmente que la revolución comunista hasta ahora no se divide en dos etapas, que ahora no hace falta un desarrollo cualitativo de la ciencia del comunismo y que la nueva síntesis de Bob Avakian es una “ruptura” con el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM), es una ideología “post-MLM” y por lo tanto es errónea.

El reconocimiento o no de que la restauración del capitalismo en China a partir de 1976, después de la restauración anterior en la Unión Soviética (1956), marca el fin de una primera ola de la revolución comunista mundial que comenzó con la primera internacional y terminó en una situación en que ya no existen ni países socialistas ni internacional comunista está íntimamente relacionada con reconocer o no que estos sucesos exigen de los comunistas un resumen científico de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado y del movimiento comunista en general a fin de poder avanzar más y mejor en esta nueva etapa.

El argumento del PCA(M) en su primera carta, es que “El único criterio que se da a esta división [en dos etapas] es la nueva síntesis de Bob Avakian y su resultado, la publicación del nuevo Manifiesto del PCR”. Esto simplemente no es cierto. Los dos documentos que el PCA(M) está comentando (el Manifiesto citado arriba y la Constitución del PCR, EU) expresan claramente que “Con la revocación del socialismo en China después de 1976, un par de décadas después de que había ocurrido en la Unión Soviética en los años 50, tocó fin la primera ola de revoluciones socialistas y hoy el mundo se queda sin estados socialistas”.[3] En vez de criticar la verdadera posición del PCR, EU, le inventan un argumento falso y absurdo, un método que, a diferencia del método científico y crítico del comunismo, no contribuye a clarificar los argumentos y llegar a la verdad.

Luego proceden a afirmar que “Esta división en dos etapas no es compatible con las distintas fases de la evolución del capitalismo” ni “con las distintas fases de la evolución de la ciencia y la ideología del proletariado revolucionario”. Esto no viene al punto, ya que no se está hablando de la evolución del capitalismo o del marxismo sino del desarrollo de la revolución comunista mundial, que si bien está interrelacionada con la evolución del capitalismo y la ideología comunista, es un proceso distinto con su propia particularidad. De hecho, cuando el camarada Avakian primero planteó el “fin de una etapa” y el comienzo de otra en la revolución comunista, específicamente remarcó que no está hablando de etapas en el desarrollo del capitalismo o en la ciencia del comunismo.[4] El PCA(M) no distingue la particularidad de estos distintos procesos. ¿Es cierto o no lo es que la derrota temporal del socialismo ya mencionada constituyó un cambio cualitativo profundo en el proceso de la revolución comunista que separa una etapa en ese proceso de otra? El PCA(M) evita esta cuestión en vez de responderla.

En el segundo documento del PCA(M) persiste el mismo embrollo de la evolución del capitalismo, la ideología comunista y el proceso de la revolución comunista, agregando que no ha sido una primera ola sino varias olas de la revolución comunista hasta ahora, que esta(s) ola(s) de revoluciones proletarias no ha(n) terminado porque “A pesar de los grandes cambios que han ocurrido, el orden socioeconómico… [i.e. el orden capitalista] todavía está intacto” y porque “Aunque las olas de la revolución proletaria desde el tiempo de Marx hasta la derrota de la revolución en China han disminuido, todavía no han terminado completamente”,[5] y procede a dar ejemplos de luchas revolucionarias desde ese tiempo.

En este segundo documento por lo menos el PCA(M) comienza a reconocer que se está hablando de olas (o etapas) en la revolución proletaria (o comunista), reconociendo implícitamente y sin autocrítica que su primer artículo tergiversó la posición de Avakian. Sin embargo, sigue evadiendo la cuestión de si la restauración del capitalismo en los países anteriormente socialistas constituye o no un cambio cualitativo en la revolución comunista marcando el fin de una etapa.

Por una parte nos hablan de una multiplicidad de olas, aparentemente identificadas con la Comuna de París, la Revolución de Octubre, la Revolución China y la Revolución Cultural. Es cierto que estas cuatro revoluciones marcaron puntos álgidos en la revolución comunista mundial. Y si a las derrotas de las primeras experiencias socialistas les hubieran seguido nuevos triunfos de establecer o restablecer la dictadura del proletariado, esas derrotas tal vez no hubieran marcado el fin de la primera etapa. Esto no fue “predeterminado”, influyeron muchos factores de la lucha de clases y el desarrollo del sistema imperialista mundial, pero lo que en realidad ha pasado es un periodo de más de tres décadas en que no existen países socialistas ni internacional comunista. Hablar de victorias anteriores no responde a la pregunta de si este gran revés representa o no el fin de una etapa (y refleja, entre otras cosas, una renuencia poco materialista y poco dialéctica de hablar de reveses).

Por otra parte, dicen que se desarrollaban guerras populares durante varios años primero en el Perú y después en Nepal y que siguen luchas armadas en la India y Filipinas, así que “¿dónde demonios se ve la terminación completa de una ola de la revolución proletaria?”[6] Pero nadie está diciendo que toda lucha revolucionaria haya terminado: la cuestión a debate, otra vez, es si la restauración del capitalismo en los países anteriormente socialistas representa un cambio cualitativo que marca el fin de una etapa en la revolución comunista mundial. Al hablar de que las luchas revolucionarias no han terminado y de que el orden capitalista sigue intacto, argumentan esencialmente que la revolución proletaria sigue vigente. ¡Confunden el fin de su primera etapa con el fin de la revolución comunista en sí! Los partidarios de la nueva síntesis consideramos que la revolución proletaria sigue más vigente que nunca y que constituye la única esperanza de los oprimidos y, a fin de cuentas, de la humanidad en general, pero que para que esta esperanza se realice, es esencial reconocer las implicaciones del cambio cualitativo que ocurrió capitalismo en la Unión Soviética y China y resumir científicamente las lecciones de la primera etapa de la revolución comunista así como los cambios en el mundo desde aquel entonces para poder lograr nuevos avances en la teoría y la práctica comunista y forjar la vanguardia de las revoluciones del futuro, en vez de quedar como un residuo del pasado.

Aunque no responden directamente a la cuestión a debate, queda claro que el PCA(M) niega que la restauración del capitalismo en los países antes socialistas constituya un cambio cualitativo en el proceso mundial de la revolución comunista y que marque una nueva etapa en la misma. A lo que sólo cabe observar que no hay peor ciego que el que no quiera ver. Aunque el PCA(M) reconoce formalmente que se restauró el capitalismo en los países anteriormente socialistas, le resta importancia a este cambio profundo y cualitativo en el proceso de la revolución comunista mundial. El método que aplican para llegar a esta conclusión es un método dogmático que no distingue la particularidad de la contradicción al confundir el proceso de la revolución comunista mundial con otros procesos relacionados pero distintos y al no analizar claramente las etapas en este proceso, confundiendo el fin de una etapa con el fin del proceso en sí. En realidad, cambios cualitativos debido a la intensificación o atenuación temporal de algunas de las contradicciones en un proceso complejo, o la desaparición de unas y/o aparición de otras nuevas, tienden a marcar etapas en el mismo —en este caso la desaparición temporal de la contradicción entre el sistema socialista y el sistema imperialista con la restauración del capitalismo en los países socialistas, la crisis relacionada en el movimiento comunista internacional y otros cambios marcan el fin de una etapa en la revolución comunista mundial— y “Si no se presta atención a las etapas del proceso de desarrollo de una cosa, no se puede tratar apropiadamente sus contradicciones”.[7]

3. ¿Hacen falta avances cualitativos en la ciencia comunista para dirigir una nueva etapa de la revolución proletaria o basta con el marco teórico anterior?

La importancia de reconocer el fin de una etapa y el comienzo de otra en la revolución comunista estriba en que es un hecho material, aunque no nos guste, y en que requiere nuevos avances en la ciencia comunista a base de reconfigurar y recombinar la experiencia positiva del pasado, aprender de la negativa, analizar las nuevas condiciones y aprender de otras fuentes a fin de desarrollar el entendimiento capaz de guiar acertadamente las revoluciones comunistas por venir. Esto es lo que ha venido haciendo Bob Avakian, al desarrollar la nueva síntesis, y ha alentado a otros a hacerlo también; la necesidad de hacer esto es precisamente lo que niegan el PCA(M) y otras tendencias dogmáticas en el actual movimiento comunista internacional.

Aunque el PCA(M) reconoce como principio general abstracto la necesidad de desarrollar la ciencia del comunismo, opina que “un entendimiento básico correcto del marxismo-leninismo-maoísmo es la fundación y base confiable para la revolución comunista”,[8] que más importante que resumir la experiencia del socialismo es resumir, en primer lugar, la experiencia del reagrupamiento de partidos maoístas en el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI),[9] y “Basado en ese resumen, podemos —y debemos— repasar la revolución china y Mao Tsetung, y esta vez no desde la perspectiva de establecer el maoísmo internacional con prestar atención sólo a sus aspectos positivos —un nivel por el que ya hemos pasado— sino desde una perspectiva crítica para ver los errores, defectos y posibles errores de la revolución china y el mismo Mao Tsetung. Este es un trabajo que nunca se ha hecho antes a nivel internacional…” [nuestro énfasis]. Luego dicen que lo mismo puede hacerse con los tiempos de Lenin, Marx y Engels, “apoyándonos en el marco teórico existente sin afirmar que es completo”.[10]

Es poco menos que increíble que después de 30 años de trabajo y la publicación de literalmente docenas de libros, folletos y discursos de parte de Bob Avakian, realizando precisamente una evaluación crítica de toda esta experiencia, se diga que “Este es un trabajo que nunca se ha hecho antes a nivel internacional”. Si hay desacuerdo con el contenido de ese resumen —y es evidente que lo hay— quisiéramos escuchar los argumentos al respecto, pero por favor, ¡no traten de fingir que ese trabajo no existe! ¿O será que piensan que no se ha hecho a “nivel internacional” porque ellos y fuerzas afines no han participado en el estudio y debate de este trabajo, por considerarlo de poca importancia? Eso ha sido por su propia decisión equivocada, a pesar de repetidos llamados a comentar estas y otras cuestiones. La importancia y veracidad de nuevos avances en la ciencia del comunismo no dependen esencialmente de quiénes hayan participado o no en su elaboración sino en si corresponden o no a la realidad objetiva y al avance hacia el comunismo.

Es evidente que para el PCA(M) el resumen crítico de la experiencia de la primera etapa de la revolución comunista en general y la experiencia de la dictadura del proletariado en particular no es ninguna tarea urgente, puede posponerse hasta un futuro indeterminado, después de resumir la experiencia del MRI, y que mientras tanto, basta el marco teórico “existente”, es decir, el marco teórico de hace casi 40 años, o un entendimiento tergiversado y equivocado del mismo. (Es sin duda importante también resumir la experiencia del MRI. Como veremos más adelante, divergencias de línea interrelacionadas con las que comentamos aquí hicieron imposible que el MRI defendiera unificadamente los principios comunistas frente a la lucha de dos líneas en el Partido Comunista del Perú así como la adopción de una línea revisionista por parte del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) en 2005. ¿Pero cómo será que esto haya justificado no resumir críticamente la experiencia anterior de la revolución comunista durante décadas y hacer lo imposible por ignorar y finalmente intentar descalificar a quien sí lo ha hecho? ¿Cómo será que justifique insistir en seguir en el mismo error?)

El PCA(M) condena la nueva síntesis como “post-MLM” con lo que quieren expresar que en su opinión, la nueva síntesis es una “ruptura” con la ciencia desarrollada por Marx, Lenin y Mao y un repudio de sus contribuciones como “parte de un pasado que no es relevante”.[11] Vemos otra vez el método del PCA(M) de imputarle un argumento absurdo a su contrincante y luego proceder a “refutarlo”, en vez de criticar el verdadero análisis y sobre todo los mejores argumentos que se plantean para defenderlo.

Para el PCA(M), la “relevancia” del pasado es cuestión de repetirlo sin crítica, ya que por su propia admisión, citada arriba, “ya hemos pasado” por “un nivel” de “prestar atención sólo a sus aspectos positivos” y la tarea de abordarlo “desde una perspectiva crítica” queda como tarea para algún momento indeterminado en el futuro, y esto es, para ellos, el “marco teórico existente” que nos debe bastar ahora y por un tiempo indeterminado más. Esto no es un marco teórico marxista-leninista-maoísta sino un marco dogmático de la creación del PCA(M) y otros, que han abandonado el espíritu crítico del marxismo, argumentando que basta por ahora con repetir algunas[12] formulaciones teóricas de hace 40 años sin reexaminación crítica.

Es evidentemente por apreciar la profunda “relevancia” de la primera etapa de la revolución comunista y el “rico caudal de teoría científica revolucionaria que se desarrolló mediante la primera ola de revoluciones socialistas”[13] que Bob Avakian no se ha contentado con repetir algunas frases del pasado sino que ha examinado a fondo tanto esa experiencia como los avances teóricos asociados con ella para llegar a la conclusión de que, en su aspecto principal, esa teoría es fundamentalmente correcta y científica, pero secundariamente contiene elementos erróneos que necesitan desecharse y hace falta desarrollarla más para abarcar los nuevos fenómenos y bregar más a fondo con cómo impedir la restauración capitalista y avanzar más hacia el comunismo, entre otros problemas. Como tal, en realidad, y a diferencia de las tergiversaciones del PCA(M), la nueva síntesis representa principalmente una continuación y desarrollo en nuevas condiciones de la ciencia comunista desarrollada desde Marx hasta Mao, y secundariamente sí es una crítica y ruptura con elementos erróneos secundarios pero importantes que objetivamente contradecían su carácter principalmente correcto y científico.

Más a fondo, toda la manera de plantear el problema expresa un enfoque dogmático y religioso. ¿Cómo se determina lo correcto o incorrecto de la nueva síntesis? En esencia, el método del PCA(M) es de determinar su veracidad según su supuesto grado de correspondencia o ruptura con “la doctrina” anterior. Un enfoque científico requeriría examinar en qué grado la nueva síntesis corresponde o no a la realidad material. Por ejemplo, si examinamos la experiencia real del socialismo con el método del materialismo dialéctico, ¿tiene Avakian razón o no en retomar los elementos esenciales de la teoría de Mao de continuar la revolución bajo el socialismo, como la persistencia de la lucha de clases antagónicas, la generación de una nueva burguesía en parte de la dirigencia del partido comunista, la base material para la restauración capitalista en el “derecho burgués”, las desigualdades y otras relaciones e ideas heredadas del capitalismo y la necesidad de movilizar a las masas para ir transformando todo esto paso a paso? Por otra parte, ¿tiene Avakian razón o no en criticar tendencias nacionalistas en China y la Unión Soviética expresadas, por ejemplo, en “acciones a veces marcadas de subordinar la lucha revolucionaria en otros países a las necesidades del estado socialista existente”?[14] ¿Tiene razón o no en proponer una orientación de “núcleo sólido con mucha elasticidad”, combinando un núcleo sólido que lucha por avanzar hacia el comunismo con mucha elasticidad, no sólo permitiendo sino promoviendo en el socialismo el disentimiento y la crítica incluso al partido y el socialismo, o en criticar el concepto de “verdad de clase” y argumentar por un mayor papel para los intelectuales en el socialismo? Esto sólo para mencionar algunas cuestiones pertinentes.

El PCA(M) no habla de estas cuestiones, rechaza la nueva síntesis sin analizar ni responder a su contenido.[15] Es como si los físicos, al evaluar la nueva teoría de relatividad de Einstein, en vez de examinar en qué grado la teoría newtoniana anterior, así como la nueva teoría de Einstein, explicaban o no los fenómenos de la naturaleza, se opusieran a la teoría de Einstein por su “ruptura” con la teoría de Newton.

Nuevos avances teóricos en la ciencia pueden representar más o menos continuidad o ruptura con el entendimiento anterior (la nueva síntesis, reiteramos, principalmente es una continuación y desarrollo de la esencia científica del marxismo, y secundariamente una ruptura necesaria con elementos erróneos), pero la cuestión esencial desde un punto de vista científico no es eso sino si el nuevo desarrollo teórico nos da una explicación más acertada de la realidad y por lo tanto una mayor capacidad de transformarla o no.

No hay nada sagrado del marxismo (y de hecho, tratarlo como algo sagrado va en contra del método científico y materialista dialéctico del marxismo). Si hubiera hechos que demostraran la falsedad de principios fundamentales del marxismo o del marxismo mismo, habría que desecharlo. Sin embargo, como Bob Avakian demuestra en su respuesta al crítico burgués del marxismo, Karl Popper, se han comprobado repetidas veces los principios centrales del marxismo en la práctica social, y no existen hechos que contradigan o demuestren la falsedad de esos principios.[16] Sin embargo, sí existen elementos secundarios de importancia en el marxismo o marxismo-leninismo-maoísmo (tales como las tendencias hacia el nacionalismo al tratar la contradicción entre la defensa de países socialistas y el avance de la revolución mundial, la idea de la “inevitabilidad” del comunismo, etc.) que son erróneas y contradicen la esencia científica del marxismo y, por lo tanto, una ruptura con estos elementos sí es esencial.

Con su falsa caracterización de la nueva síntesis como una ruptura total y repudio de la ciencia comunista anterior,[17] lo que defiende en realidad el PCA(M), como otros representantes de la tendencia dogmática en el movimiento actual, es su oposición a la necesidad de estas rupturas y, en general, su oposición a la necesidad de un desarrollo cualitativo de la ciencia para poder dirigir correctamente una nueva etapa de la revolución comunista.

4. ¿Puede haber un movimiento comunista que no brega con el comunismo?

Tenemos que plantear la pregunta: ¿puede haber un movimiento comunista que no brega con el comunismo?, porque nos encontramos en una situación en que parte importante del movimiento comunista internacional no se preocupa por el comunismo ni por los problemas de la transición socialista al comunismo. Uno puede tratar de negar que exista el fin de una etapa, uno puede tratar de negar que exista una apremiante necesidad de desarrollar la ciencia comunista, pero tan pronto que uno salga de su “iglesia comunista” y habla con otros del socialismo y comunismo, topa con preguntas como “si el socialismo fue tan bueno, ¿por qué fue derrotado?“ Existe una respuesta a esta pregunta y otras semejantes, pero como dice Avakian, “hay que escarbar para hallarla y seguir escarbando” y eso es lo que la tendencia dogmática dice que no hace falta ahora. Así que hablan mucho de “guerra popular” y muy poco de lo que debería ser su meta, con la esperanza de que, con los “avances prácticos” del movimiento, se esfumarán estos difíciles problemas ideológicos y políticos. Por otra parte, la otra tendencia errónea, de echar al borde toda la experiencia anterior como esencialmente negativa, o también evita el tema o presenta el socialismo y comunismo como algo que es cada vez más difícil de distinguir de la democracia burguesa actual. Y entre ambas tendencias o mezcolanzas de las mismas es común encontrar el argumento más burdo de “¿para qué hablar del socialismo ahora? Podemos hablar de eso al tomar el poder”.

Así que es importante la pregunta, ¿por qué es tan esencial ahora bregar con el entendimiento más científico del comunismo que nos brinda la nueva síntesis y popularizarlo entre las masas? En primer lugar, porque si la lucha actual no es guiada por un entendimiento acertado de la meta (además de otras cuestiones cardinales), no va a servir para lograr esa meta. Todos hemos emprendido alguna vez un viaje, ya sea corto o largo, y a nadie se le ocurre pensar que “Estoy al comienzo de mi viaje, así que no me importa hacia dónde quede mi destino”.

Sin embargo, esa es la lógica de aquellos que piensan que las cuestiones del socialismo y comunismo planteadas tan agudamente por la derrota temporal del socialismo “no están a la orden del día”. Es una calumnia de la burguesía de que el comunismo sostiene que “el fin justifica los medios”. Lo que es cierto, al contrario, es que el fin determina o debe determinar los medios, y si no tienes claridad sobre la meta, no adoptarás los medios apropiados para lograrla.

Tenemos la amarga lección de la guerra popular en Vietnam,[18] que avanzaba en los años 1960 en el período en que irrumpió la lucha de dos líneas en el movimiento comunista internacional. La línea de Mao, en proceso de desarrollar la teoría de continuar la revolución en el socialismo, se enfrentaba a la línea de los revisionistas, los falsos comunistas, en la Unión Soviética que habían restaurado el capitalismo en la forma principalmente de capitalismo de estado bajo la dirección de un partido “comunista” ahora revisionista. El Partido de los Trabajadores de Vietnam (PTV) asumió una posición centrista, abogando por la unidad a partir de una posición nacionalista y pragmática. Cuando los revisionistas soviéticos pasaron de la conciliación con el imperialismo occidental bajo Jruschov a cada vez mayor enfrentamiento sobre una base imperialista bajo Brezhnev y en ese contexto, por sus propias ambiciones imperialistas, comenzaron a dar más ayuda militar a Vietnam, el PTV se unió cada vez más al social-imperialismo soviético.

Asumir una posición centrista y abogar por la unidad entre lo que objetivamente fue el capitalismo de estado con letrero socialista en la Unión Soviética, y lo que fue el verdadero socialismo como transición hacia el comunismo en China representaba objetivamente, una posición de hacer “caso omiso” de la distinción entre el capitalismo y el socialismo, y de si la guerra popular que se libraba en Vietnam iba a llevar al socialismo o a algún tipo de capitalismo.

Y ahí están los resultados de esta línea nacionalista y pragmática, para quienes quieran ver. Al costo de millones de vidas, el pueblo vietnamita ganó la guerra popular contra el imperialismo estadounidense… pero su revolución nunca tomó el camino socialista.

Primero fue dominado por el socialimperialismo soviético, y con la caída de ese imperio, el país volvió al redil del bloque imperialista encabezado por Estados Unidos. Y ahí están los obreros en Vietnam hoy en día, esclavos asalariados explotados en fábricas propiedad de los imperialistas.

¿Por qué terminó así? No se debió esencialmente a alguna deshonestidad personal de los dirigentes sino a la línea ideológica y política guiando al Partido. Se aprendió en la lucha de clases en el socialismo en China que muchos de los elementos que se degeneraron en revisionistas eran, en realidad, demócratas burgueses que se habían unido al Partido orgánica pero no ideológicamente. Muchos hicieron contribuciones en el período de la revolución democrática contra el imperialismo y el feudalismo, pero se opusieron a seguir haciendo la revolución en el socialismo y defendieron la línea revisionista. Su meta esencial no era el comunismo y la eliminación de las clases sino simplemente lograr un país independiente, moderno y próspero. Ésta también fue la orientación del PTV, y la posición actual en el movimiento comunista internacional de pasar por alto la necesidad de bregar con las cuestiones de la transición socialista al comunismo y la restauración capitalista refleja también desviaciones hacia el nacionalismo, el pragmatismo y la democracia burguesa, sobre todo entre los comunistas que libramos la lucha en los países del “tercer mundo”. No se ve la importancia de bregar con el socialismo como transición al comunismo porque en esencia la meta es otra: como mejorar en algo, con la revolución y algún tipo de capitalismo de estado, la posición de “mi” país en el sistema capitalista-imperialista mundial.

En segundo lugar, no se va a hacer ninguna revolución comunista sin convencer a una parte importante de la gente que ahora piensa que el comunismo “fracasó” o fue peor que el capitalismo, y eso no se va a lograr simplemente por medio de los “éxitos prácticos” de un movimiento que no forcejea con el comunismo. Requiere trabajo teórico para entender más profundamente la verdad de estas cuestiones y requiere lucha ideológica con las masas para contrarrestar la campaña ideológica anticomunista del enemigo (así como la predominancia de la ideología burguesa en general). Ya hemos visto en el caso de Cuba que hacer una revolución y sólo hablar después de un supuesto “comunismo“ sólo lleva también, cuando mejor, a un capitalismo de estado revisionista.

Finalmente, un verdadero movimiento comunista capacita a los proletarios y otras masas a gobernar y el verdadero socialismo como transición al comunismo necesita involucrar sectores cada vez más amplios de las masas en gobernar la nueva sociedad y en la lucha por avanzar hacia el comunismo. Eso tampoco va a pasar evadiendo las cuestiones “difíciles” del socialismo y comunismo, así como otras cuestiones cardinales de la revolución.

5. Si no estás bregando con cómo acabar con las “cuatro todas”, no estás luchando por el comunismo

En el desarrollo del movimiento comunista en el siglo pasado, influyó cada vez más un materialismo mecánico que tendía a identificar el socialismo simplemente con la propiedad estatal, la planificación económica y la dirección de un “partido comunista” con lo que no se puede distinguir entre el capitalismo de estado revisionista y el socialismo, ya que son característicos de ambos. Frente a estos errores del período de la Tercera Internacional, y aún más con la profunda sacudida de la restauración del capitalismo en la forma del capitalismo estatal bajo la dirección de un partido comunista revisionista, propagando la ideología burguesa con un discurso aparentemente marxista, fue esencial todo un trabajo de excavación teórica para redescubrir en parte importante la esencia profundamente revolucionaria del marxismo sobre el socialismo. Mao y sus camaradas comenzaron este trabajo y ha sido continuado por Bob Avakian, que incluye regresar una y otra vez a una cita profunda y esencial de Marx:

Este socialismo es la declaración de la permanencia de la revolución, la dictadura de clase del proletariado como punto necesario de transición para la supresión de las diferencias de clase en general, para la supresión de todas las relaciones de producción en que éstas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones de producción.[19]

¿Qué significa esto? Que el socialismo y la dictadura del proletariado es y sólo puede ser un período histórico de transición hacia el comunismo que, como dice Avakian, “desemboca en lo que nosotros los maoístas llamamos ‘las cuatro todas’ —eso es, la abolición de todas las diferencias de clase entre la gente; la abolición o fin a todas las relaciones de producción o relaciones económicas que subyacen a estas diferencias de clase y divisiones entre la gente; el acabar de todas las relaciones sociales que van con estas relaciones económicas y de producción— relaciones opresivas entre hombre y mujer, entre diferentes nacionalidades y entre personas de diferentes partes del mundo, todo eso ha de acabar e iremos más allá de ello. Y por fin, el revolucionar todas las ideas que van junto con esto, con este sistema capitalista, con estas relaciones sociales”.[20]

Si vemos a nuestro alrededor, las sociedades actuales son como una pirámide, con un pequeño grupo de grandes capitalistas y otros explotadores en la cúspide. La revolución socialista, al quitar la cúspide y establecer una economía y sociedad al servicio de las necesidades del pueblo y la revolución mundial, en vez de las ganancias de unos cuantos, posibilita grandes transformaciones y avances liberadores. Sin embargo, queda, por decirlo así, lo demás de la pirámide, con muchas desigualdades y relaciones heredadas de la vieja sociedad, así como las ideas correspondientes. La abolición de las cuatro todas implica acabar paso a paso con todo esto, deshacer toda la pirámide y las ideas correspondientes, llegar a finalmente abolir, entre otras cosas, el intercambio de mercancías por medio del dinero; eliminar la contradicción entre trabajo manual e intelectual, compartiendo los dos tipos de trabajo entre todos; superar el principio socialista del pago de acuerdo con el trabajo realizado al aplicar el principio comunista “De cada cual, según su capacidad; a cada cual según sus necesidades”; no solamente superar la opresión nacional sino trascender las propias naciones; eliminar toda huella de opresión de las mujeres por los hombres y de la ideología patriarcal; y mucho más. En fin, implica llegar a una libre asociación de seres humanos en todo el mundo sin explotación, opresión ni desigualdades sociales, sin clases, naciones ni estados, en que “habrá principios colectivos cooperativos para el bien común y dentro de eso, los individuos y la individualidad van a florecer en una forma que jamás ha sido posible”.[21]

¿Ésta es la meta final? ¿O es la meta simplemente una economía planificada que proporcione mejores condiciones para las masas? ¿O no logramos distinguir la diferencia? “¿Nos proponemos una sociedad que, además de responder a las necesidades del pueblo, se caracterice más y más por la expresión e iniciativa consciente de las masas? Esta es una transformación más fundamental que una sociedad de asistencia social, socialista de nombre pero en esencia capitalista, en que el papel de las masas se limita en gran parte a producir riqueza, no a debatir y definir los asuntos del estado, el rumbo de la sociedad, la cultura, la filosofía, la ciencia, las artes, etc.”.[22]

Fue el gran descubrimiento de Mao —ahora ignorado o repudiado por parte importante de los supuestos “maoístas”— a base de resumir la experiencia de la restauración del capitalismo en la antigua Unión Soviética y la lucha de clases en el socialismo en China, que las desigualdades y relaciones heredadas de la vieja sociedad que persisten en el socialismo —lo que Marx llamaba el “derecho burgués o “estigmas” de la vieja sociedad en la nueva[23]—, así como las ideas correspondientes, no sólo tienen que transformarse y eliminarse para llegar al comunismo sino que también, junto con el cerco imperialista, constituyen la base en la sociedad socialista para la persistencia de una lucha de clases antagónica y la conformación de una nueva burguesía entre algunos altos dirigentes del mismo partido comunista, los “seguidores del camino capitalista” que aplican una política de defender y ensanchar estas desigualdades, relaciones e ideas heredadas de la vieja sociedad, en vez de ir restringiéndolas paso a paso. Si esta posición, esta línea, llega a dar un golpe de estado y ponerse al mando del partido comunista y el estado socialista, se restaura el capitalismo, aunque sea por lo pronto en la forma de un capitalismo de estado que todavía conserva el nombre de “socialismo” con la dirección de un partido revisionista que todavía se llama “comunista”, y esto es precisamente lo que pasó en la Unión Soviética en 1956 y en China en 1976.

Los fundadores del socialismo no preveían esta complejidad de la transición revelada por las experiencias iniciales del socialismo, y en 1936, Stalin erróneamente analizó que ya no existían clases antagónicas en la Unión Soviética. Con esta idea fundamentalmente equivocada, interpretó la oposición y lucha que de hecho persistían como producto únicamente de agentes del imperialismo y las clases explotadoras derrocadas, confundió contradicciones en el seno del pueblo con contradicciones con el enemigo y se apoyó cada vez más en las fuerzas represivas del estado socialista en la lucha de clases, en vez de apoyarse fundamentalmente en movilizar a las masas y dirigirlas a emprender la lucha ideológica y política para seguir avanzando hacia el comunismo.

Mao, en cambio, al llegar a un entendimiento más correcto de la persistencia de una lucha de clases antagónicas en el socialismo, descubrió en la Revolución Cultural una forma para desatar la iniciativa y rebelión de las masas en el socialismo para aprender a distinguir y analizar las posiciones que defendían las relaciones e ideas heredadas del pasado con argumentos “marxistas” y “comunistas”, criticar y tumbar a los dirigentes comunistas seguidores de ese camino capitalista, bregar cada vez más ellas mismas con los problemas de la transición comunista y hacer muchas nuevas e innovadoras transformaciones de las relaciones productivas y sociales, así como en las ideas.

Estos enormes avances teóricos y prácticos son, hoy en día, la “herencia olvidada” para la tendencia dogmática y la tendencia más abiertamente democrático-burguesa en el movimiento comunista internacional que, a pesar de sus diferencias entre sí, comparten la característica de “Jamás emprender —ni tomar en cuenta de manera sistemática— un resumen científico de la anterior etapa del movimiento comunista, y en particular el pionero análisis de Mao Tsetung sobre el peligro y las raíces de la restauración capitalista en la sociedad socialista”.[24]

Después de 10 años de la Revolución Cultural, después de derrotar dos intentos de golpe revisionista, después de desatar a millones a debatir, criticar e influir en el rumbo de la sociedad de una forma nunca antes vista en la historia, después de crear nuevas cosas socialistas inauditas, sin embargo, con la muerte de Mao, una nueva camarilla revisionista logró dar un golpe de estado, encarcelar a sus seguidores (la “banda de los cuatro”), derrotar militarmente a las milicias populares que se levantaron contra la usurpación y restaurar el capitalismo.

A la luz de esta experiencia y estos descubrimientos, para quien tenga la mira puesta en la meta del comunismo, debe ser evidente que hay mucho más que entender, mucho más que desarrollar, para poder ejercer mejor la dictadura del proletariado y avanzar más hacia el comunismo en esta nueva etapa de la revolución proletaria mundial. En estos tiempos de “la conocida tendencia a reducir el ‘maoísmo’ a una mera receta para librar la guerra popular en un país del tercer mundo, mientras que una vez más pasan por alto o le restan importancia a la contribución más importante de Mao al comunismo: el desarrollo de la teoría y la línea de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado”,[25] no podemos insistir demasiado en que las líneas que se oponen a bregar ahora con los problemas de la transición socialista al comunismo se quedan dentro del sistema capitalista en una u otra forma y no corresponden a una lucha capaz de establecer de nuevo la dictadura del proletariado y dirigir a las masas a ejercer el Poder para avanzar más y mejor hacía el comunismo. Si no estás bregando con la meta de la lucha comunista, si no estás bregando con cómo acabar con las “cuatro todas”, no estás luchando por el comunismo.

6. Una nueva sociedad profundamente revolucionaria y liberadora: el núcleo sólido con mucha elasticidad

A diferencia de los que argumentan que basta el “marco teórico existente” del siglo pasado, así como de los que quieren desechar la experiencia pasada como principalmente negativa, la nueva síntesis nos brinda un entendimiento más profundo de las contradicciones del proceso de la transición histórico-mundial del sistema capitalista-imperialista mundial hacia el sistema comunista mundial, un resumen de errores secundarios pero importantes del pasado, y un nuevo marco teórico, orientación y método de cómo avanzar más y mejor en esta nueva etapa de la revolución comunista.[26]

Una aportación central del camarada Avakian de cómo bregar mejor con las contradicciones de la transición socialista es el núcleo sólido con mucha elasticidad: “Se necesita un núcleo sólido que capta firmemente y está comprometido con los objetivos estratégicos, las metas y el proceso de lucha por el comunismo. Si perdemos eso, terminaremos devolviendo todo a los capitalistas de una manera u otra, con todos los horrores que eso implica. Pero, por otro lado, si no abrimos espacio para una gran diversidad y para que la gente explore muchos caminos, va a causar un tremendo resentimiento y, además, no vamos a tener el proceso dinámico y multifacético que permite que surja al mayor grado posible la verdad y nos dé la capacidad de transformar la realidad”.[27]

Esto es algo profundo, nuevo e importante. En relación dialéctica con un núcleo sólido que lucha por el comunismo, se necesita no solamente permitir sino alentar el disentimiento, el debate, la diversidad, la “elasticidad”. ¿Por qué? Porque esa diversidad existe en la sociedad socialista y no reconocerla ni manejarla adecuadamente lleva a “tremendo resentimiento” y nefastas consecuencias. Porque, si bien es necesaria la dirección del partido comunista, también es esencial incorporar a cada vez más amplias masas a gobernar la nueva sociedad y bregar con los problemas de la transición comunista, y eso no se logra por mandato, sino que requiere debate, disentimiento y lucha. Y porque no existe un mapa predeterminado para llegar al comunismo, este proceso entraña muchos problemas complejos y difíciles que tendrán que resolverse, y se necesita una relación dialéctica entre el núcleo sólido comunista y la “elasticidad” de mucha diversidad, debate y experimentación social para encontrar las respuestas apropiadas. Será muy difícil abrazar en un sentido amplio todo esto y guiarlo hacia el comunismo —de hecho, Avakian enfatiza que en puntos álgidos dará la sensación de ir al borde de quedar descuartizado— pero tal proceso rico y multifacético es esencial tanto para crear una nueva sociedad socialista en que la gran mayoría quisiera vivir como para hacer que esa sociedad avance, junto con el avance de la revolución mundial, hacia el comunismo y no de regreso al capitalismo.[28]

El PC de Afganistán (M), en el documento ya citado, denuncia la nueva síntesis en general como “crudo humanismo” a lo que contraponen “incluso en el socialismo” “la lucha de clases revolucionaria” y la “continuación de la lucha de clases”.[29] En realidad, como hemos visto, la nueva síntesis parte precisamente del reconocimiento de la continuación de lucha de clases antagónicas en el socialismo y cómo bregar mejor con esa y otras contradicciones de la transición socialista al comunismo, No nos hacen el favor de darnos siquiera un ejemplo de este supuesto “crudo humanismo”. ¿Será porque Avakian plantea la lucha por la “emancipación de la humanidad” y no simplemente de las clases oprimidas? No nos dicen.

Lo que se puede suponer, por lo menos, con su defensa del “marco teórico existente” de hace 40 años y con la insistencia en la “lucha de clases” en contraposición de un supuesto “crudo humanismo”, es que el PCA(M) no está de acuerdo con la crítica a la tendencia hacia la “reificación” del proletariado en el movimiento comunista del siglo pasado.

La “reificación” del proletariado y otros grupos explotados es “una tendencia que considera que las personas específicas de estos grupos, como individuos, representan los intereses generales del proletariado como clase y, en un sentido más amplio, la lucha revolucionaria que corresponde a los intereses fundamentales del proletariado”.[30] Esta tendencia se ha expresado, por ejemplo, en la idea de que personas provenientes de las clases explotadas necesariamente tendrán una posición más revolucionaria y “proletaria” que personas de otras capas. Si bien es cierto que el proletariado es la base social más firme para la revolución comunista, eso no puede aplicarse mecánicamente a la ideología y el papel de los individuos: Marx, como observaba Lenin, provenía de la intelectualidad burguesa, y sin embargo tenía la posición más consecuentemente revolucionaria y acorde con la realidad de los revolucionarios de sus tiempos. Otro reflejo de la misma tendencia errónea fue la idea en la Unión Soviética de que, al entrenar técnicos y otros de entre los obreros y campesinos, iban resolviendo el problema de transformar estas capas. Si bien esto fue un avance necesario e importante, no se captaba suficientemente la necesidad de ir reduciendo las diferencias entre el trabajo manual e intelectual (que no cambiaban aunque el origen de clase de nuevos técnicos fuera proletario) y que no por provenir de la clase obrera esta gente necesariamente iba a jugar un papel acorde con el avance de la revolución comunista.

Esto se expresa también en la concepción de la meta de la lucha: ¿es solamente la eliminación de la opresión y explotación de las clases anteriormente oprimidas y explotadas (que es necesario pero no suficiente) o requiere la abolición de las “cuatro todas”, que implica la emancipación de la humanidad entera de todas las relaciones e ideas características de las sociedades de clase? A diferencia de todas las clases revolucionarias anteriores, el proletariado no busca simplemente emanciparse y establecer su dominio sobre la sociedad sino busca desaparecer con la desaparición de las clases en general, ya que no puede emanciparse “sin emancipar al mismo tiempo, y para siempre, a toda la sociedad de toda explotación, opresión, división en clases y lucha de clases”.[31] O como Avakian lo ha formulado de manera tan sucinta y profunda: “El comunismo: Un mundo completamente nuevo y la emancipación de toda la humanidad —y no ‘los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos’”.[32]

Aunque el PCA(M) no nos ofrece ni ejemplos ni argumentos acerca de su desacuerdo con el contenido de la nueva síntesis, es simplemente un exponente de la tendencia dogmática general en el movimiento comunista internacional, que también ha tenido bastante influencia en nuestra propia organización, la Organización Comunista Revolucionaria, México. Así que, dado que el PCA(M) no nos ofrece argumentos más concretos, compartimos con la lectora o lector algunos argumentos en nuestras propias filas y con otros que, en toda probabilidad, tienen su contraparte en una u otra forma en las concepciones dogmáticas expresadas por el PCA(M) y otros en el movimiento internacional

Un argumento es que hablar de los errores del pasado solamente fortalece la ofensiva anticomunista de la burguesía. Esa ofensiva es real, y como comenta Avakian, existen “tiburones verdaderos”[33] que buscan aprovecharse de los errores de los comunistas, pero un enfoque científico capaz de entender los problemas como realmente son a fin de darles soluciones reales requiere identificar sin pelos en la lengua tanto lo que ha sido (principalmente) correcto como lo que ha sido (secundariamente) erróneo en la teoría y práctica anteriores. Al abordar la experiencia de manera científica, se puede distinguir entre las mentiras y distorsiones, por una parte, y los verdaderos errores, por otra, así como entender las condiciones en que éstos se cometieron, los errores de método involucrados y sacar las lecciones pertinentes. Todo esto en realidad fortalece la capacidad del comunismo de responder a la ofensiva anticomunista y también contribuye a desarrollar un entendimiento más acorde con la realidad para guiar la lucha por el comunismo.

El método de no criticar abiertamente concepciones del pasado sino de decir otra cosa como si fuera una continuación del pasado cuando no lo es (o peor aún, simplemente seguir repitiendo lo erróneo) representa un enfoque cuasi-religioso del marxismo que ha hecho bastante daño en el movimiento.

Otro argumento es que con alentar el disentimiento, se va a restaurar más rápidamente el capitalismo, y se ha argumentado que Mao intentó algo semejante con la política de que se abran cien flores, que se compitan cien escuelas de pensamiento en los años 50 y que no funcionó, la aprovechó la derecha y se tuvo que ponerle fin. Es cierto que la vieja y nueva burguesía intentará aprovecharse de aperturas al disentimiento para restaurar el capitalismo, y es cierto que semejante enfoque exige mucho más de los comunistas de convencer por la fuerza de sus argumentos. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que tendencias equivocadas hacia tratar de bregar con las complejas contradicciones del socialismo por mandato dejan a las masas inconscientes y desarmadas, llevan a tratar antagónicamente las contradicciones en el seno del pueblo, “enfrían” el ambiente al suprimir el necesario fermento de diversas ideas y trabajo científico, artístico y cultural y crean una rigidez del pensar incapaz de tratar correctamente las contradicciones de la transición socialista, que son complejas y no de “obvia” resolución en la mayoría de los casos.

Hace falta estudiar más a fondo la experiencia de “cien flores”, pero cabe comentar que aunque reaccionarios dentro y fuera del partido se aprovecharon de la apertura, eso de hecho ayudó a clarificar varias posiciones al debate que Mao y los revolucionarios luego pudieron criticar más a fondo y combatir más completamente. Y esto no fue el “fin” del disentimiento en el socialismo maoísta ni mucho menos: la revolución cultural, entre otras cosas, implicaba el debate y disentimiento en una gran escala.

La nueva síntesis y el núcleo sólido con mucha elasticidad representan un avance cualitativo más allá de incluso lo mejor de la experiencia pasada, y un resumen científico de esa experiencia indica que la “elasticidad”, el disentimiento, el debate, la diversidad de experimentación social que propone es esencial para elucidar los complejos problemas de la transición socialista, para educar a las masas y a los mismos comunistas en el enfrentamiento entre distintos puntos de vista en la lucha entre avance comunista y retroceso capitalista, y para que las masas participen cada vez más en gobernar la nueva sociedad, aprovechando las contribuciones posibles de los más diversos sectores sociales siempre y cuando un núcleo sólido que vaya expandiéndose bregue constantemente por “abarcar” todo esto en el sentido más amplio y luchar para que contribuya a avanzar hacia la meta comunista.

También se ha argumentado que esto dará mayor papel a los intelectuales y artistas (y de hecho la nueva síntesis propone un mayor papel para los intelectuales y artistas en el socialismo), que no han sufrido y que por lo tanto van a luchar por la restauración, a diferencia de los obreros y campesinos que han sufrido y por lo tanto van a estar a favor del socialismo y van a tener más verdad (es decir, una expresión de la “reificación” del proletariado y otros oprimidos, ya comentada, así como la posición de “verdad de clase” que Avakian ha criticado). Aunque el comunismo corresponde a los intereses generales del proletariado como clase, no por eso los individuos que son proletarios o de otros grupos oprimidos necesariamente tienen una mejor o más correcta posición y aunque el punto de vista y método científico del comunismo nos proporciona el medio más global, sistemático y consecuente para llegar a la verdad, personas que no lo comparten o incluso están en contra también descubren verdades. El caso Lysenko, en la Unión Soviética, nos ilustra lo dañino de esta idea de “verdad de clase” y la importancia de basarse en la verdad objetiva, independientemente de quien la descubra. Hubo una controversia en la Unión Soviética cuando era socialista entre el agrónomo, Lysenko, que abogaba por la teoría de la “herencia de caracteres adquiridos”, que de hecho la ciencia ha demostrado es falsa, y otros científicos que argumentaban que esta teoría era errónea. Stalin y otros dirigentes del partido intervinieron en apoyo a Lysenko, quien era partidario del socialismo y comunismo, contra otros científicos, que tenían posiciones políticas más atrasadas, en parte también por razones pragmáticas, porque prometía resolver más rápidamente los agudos problemas en la agricultura. En realidad, los científicos más opuestos al socialismo tenían la razón en esta cuestión, y no reconocer esto hizo mucho daño, no solamente porque no funcionó sino también por el método erróneo que se aplicaba también en otros casos[34] y que se volvió parte de la orientación guía para las ciencias y de la metodología del partido.

Por otra parte, como parte de combatir la restauración capitalista y avanzar hacia el comunismo, es esencial convivir con las capas intermedias y transformarlas. Como señala Avakian, “esto es una unidad de contrarios: convivir con las capas medias y transformarlas. Si uno solo se propone convivir con ellas, acabará entregando el poder, no a la pequeña burguesía, sino a la burguesía; esta dictará cada vez más la situación. Por otra parte, si uno solo se propone transformar a la pequeña burguesía (hablando en términos generales de las capas medias), acabará tratándolas como si fueran la burguesía y corriéndolas al campo de la burguesía, lo que socavará seriamente la dictadura del proletariado, y de esa forma también se perderá el poder”.[35]

Se compenetra la orientación de núcleo sólido con mucha elasticidad con una ruptura epistemológica con tendencias erróneas en el movimiento comunista internacional hacia la “verdad política“ y de identificar la “verdad” con aparentes ventajas inmediatas para las fuerzas revolucionarias, al insistir, al contrario, en el método científico del materialismo dialéctico y en la necesidad de basarse en la verdad objetiva, incluso las “verdades vergonzosas” de los errores que ha cometido el movimiento comunista internacional, al insistir que “La verdad es buena para el proletariado; toda verdad nos ayuda a llegar al comunismo“.[36]

El reconocimiento más profundo de que la transición socialista hacia el comunismo requiere resolver muchas contradicciones todavía por resolver y que para eso hace falta la interacción dialéctica entre un núcleo sólido comunista y mucha “elasticidad”, disentimiento y experimentación social para poder encontrar las respuestas adecuadas también está relacionado con la ruptura filosófica con la tendencia hacia el “inevitabilismo” que se encuentra incluso en el Manifiesto comunista como elemento secundario contrario al método principalmente científico de Marx y Engels y que ha llegado a más extremas expresiones del materialismo mecánico y conceptos cuasirreligiosos de predeterminación, como las ideas expresadas por Abimael Guzmán, más conocido como el “Presidente Gonzalo” del Partido Comunista del Perú (PCP), de que “estamos condenados a la victoria” o de que “quince mil millones de años llevó la Tierra para generar el comunismo”.[37]

7. Un núcleo sólido sin elasticidad que “impone” el comunismo:

“Avanzando” con los errores del siglo 20

Esta metodología mecánica y determinista está relacionada con otro concepto de cómo resolver los problemas de la transición socialista hacia el comunismo: la línea de “guerra popular hasta el comunismo” expresada sin mucho desarrollo teórico por parte del Partido Comunista del Perú (PCP) y retomada por algunos de los actuales detractores de la nueva síntesis.

Al criticar este concepto erróneo, quisiéramos señalar que la guerra popular en el Perú dirigida por el PCP y su presidente Gonzalo representó un importante avance en la revolución comunista mundial que dio nuevas esperanzas a los oprimidos por todo el mundo. Mereció y recibió el apoyo de los comunistas, revolucionarios, y gente progresista en todas partes. Todavía hace falta un análisis más profundo para extraer las lecciones de esa rica experiencia. No pretendemos hacer aquí un balance más general de la línea del PCP bajo la dirección de Gonzalo antes de proponer desde la cárcel la línea oportunista de derecha de negociar el fin de la guerra popular.[38]

En cuanto a la línea de “guerra popular hasta el comunismo”, de entrada, la concepción del problema es equivocada. El PCP dice que “La burguesía cuando pierde el Poder se introduce dentro del Partido, utiliza al ejército y busca usurpar el Poder, destruir la dictadura del proletariado para restaurar el capitalismo…”[39] Así no se distingue entre el problema de los representantes de la vieja burguesía derrocada que se introducen dentro del Partido, y el problema de la nueva burguesía que se engendra en el socialismo y en particular entre algunos dirigentes del partido comunista debido a la persistencia del “derecho burgués” —las desigualdades y relaciones heredadas de la vieja sociedad en las relaciones de producción y sociales— así como las ideas correspondientes. De hecho, se nota algo de la misma concepción en varios documentos al principio de la Revolución Cultural, pero el entendimiento de Mao y sus camaradas iba en realidad desarrollándose más al analizar como las mismas contradicciones de la sociedad socialista generan nuevos elementos burgueses.

Como señaló Chang Chun-chiao, camarada de Mao en el combate a los revisionistas que finalmente tomaron el poder después de la muerte de Mao, cuando China todavía era socialista: “Hay que tener una clara conciencia de que aún existe para China el peligro de tornarse revisionista. Esto se explica no sólo porque el imperialismo y el social-imperialismo no se olvidan ni por un instante de agredirla y subvertirla, y porque aún subsisten viejos elementos de la clase terrateniente y de la burguesía, no resignados a su derrota, sino también porque se engendran nuevos elementos burgueses, como dijo Lenin, cada día, cada hora”.[40] Y Chang procede a analizar detenidamente como la persistencia del derecho burgués en las relaciones de producción bajo el socialismo da lugar a una nueva burguesía, así como la lucha sobre seguir restringiendo el derecho burgués o consolidar y ensancharlo. Al hablar de la necesidad de eliminar las “cuatro todas” mencionadas arriba, dice, “¡Todas en los cuatro aspectos! ¡No se trata de una parte, ni la mayoría, ni la abrumadora mayoría, sino la totalidad!” y contrasta esa necesidad con los miembros del partido comunista que “Aprueban la dictadura que ejerce el proletariado durante determinada etapa y en determinado terreno y les complacen algunas victorias logradas por él”, pero llegado a cierto punto se oponen a seguir restringiendo el derecho burgués: “¡Vaya con la dictadura omnímoda sobre la burguesía!… Perdón, que lo hagan otros, ya que yo he llegado a mi destino y debo apearme del carro. Aconsejamos a estos camaradas: ¡Es peligroso quedarse a mitad de camino!”. Y en cuanto a los dirigentes revisionistas seguidores del camino capitalista señala: “¿Se proponían ustedes restringir el derecho burgués? Ellos decían que éste sí era algo magnífico que debía ser extendido. Ellos son un grupo de especialistas en la defensa de las viejas cosas y son como un enjambre de moscas zumbando todo el día alrededor de los ‘estigmas’ y ‘defectos’ de la vieja sociedad referidas por Marx. Se apasionan particularmente por explotar la inexperiencia de los jóvenes para pregonar entre ellos la idea de que el incentivo material es como el fétido requesón de soya, maloliente, pero sabroso”.[41]

Este entendimiento maoísta desarrollado de la lucha de clases bajo el socialismo es el que rescató, defendió y sistematizó Bob Avakian en la estela del golpe de estado en China: “son precisamente los dirigentes del partido seguidores del camino capitalista quienes constituyen el mayor peligro al socialismo y deben ser el blanco principal de la lucha revolucionaria… Las contradicciones de la sociedad socialista —las divisiones del trabajo y diferencias de salario que quedan, la persistencia de las relaciones de mercancías, etc., y la persistente influencia de la ideología burguesa— crean la base para que se engendren constantemente elementos burgueses en la sociedad en general y especialmente en los altos niveles del partido, y para que movilicen una base social para la contrarrevolución. Eso no quiere decir que todos los funcionarios dirigentes, meramente en virtud de su posición, van a convertirse necesariamente en burgueses traidores a la revolución.

Pero sí quiere decir que eso pasará con algunos (en particular los que adopten un estilo de vida burgués y una línea política e ideológica revisionista), y que tendrán la necesidad y la oportunidad de galvanizar seguidores para tomar el Poder y restaurar el capitalismo. Este problema, como concluyó Mao, persistirá a lo largo del período del socialismo, hasta que las contradicciones de este se resuelvan mediante el avance revolucionario al comunismo”.[42]

El mismo golpe de Estado en China demuestra la certeza de este análisis: quienes tomaron el Poder no eran representantes de la vieja burguesía derrocada, todavía acampada en Taiwán, sino principalmente representantes de una nueva burguesía surgida en el socialismo. La formulación citada del PCP pasa por alto todo este desarrollo de la teoría maoísta y, francamente, representa un retroceso hacia errores de Stalin, quien concebía que el peligro de restauración proviene de representantes directos de la vieja burguesía y de los países imperialistas. Si bien el PCP, a diferencia de Stalin, sí reconoce la persistencia de clases antagónicas en el socialismo, hace caso omiso de cómo las relaciones en la misma sociedad socialista (las relaciones heredadas del capitalismo que necesitan irse transformando hacia el comunismo) constituyen la base material para el surgimiento de una nueva burguesía y para la restauración capitalista.

Esto no es un asunto menor. Si uno concibe que el problema son simplemente representantes de la vieja burguesía derrocada y la burguesía internacional, parecería que una solución directa y eficaz sería de simplemente acabar de una u otra manera con esos representantes: muerto el perro, se acaba la rabia. Pero si se entiende que las mismas contradicciones del socialismo regeneran constantemente el peligro de restauración capitalista, que existe una lucha constante entre avanzar más hacia el comunismo o regresar al capitalismo y que no es posible “detenerse en el camino” sin regresar al capitalismo, entonces se ve que es un problema bastante más complejo.

A esta luz, no es muy sorprendente que el PCP afirmara que “es falso que [Stalin] resolviera las cosas de manera administrativa”,[43] que se presentaba como si fuera consecuente con la posición de Mao cuando en realidad expresaba una discrepancia con la evaluación de Mao que observó que “En la época de Stalin [los años 20], no había nada más en que apoyarse que no fuesen las masas. Por eso se pedía al partido y a las masas obreras y campesinas que hiciesen un máximo de esfuerzo para movilizarse. Más tarde, cuando la Unión Soviética poseyó algo, sus dirigentes ya no se apoyaron en las masas”.[44]

Basado en este entendimiento erróneo del problema, el “Pensamiento Gonzalo” del PCP propone, por una parte, “la organización armada de las masas, la milicia popular, que engulla el ejército”. La necesidad de mantener un ejército profesional en el socialismo, debido en parte importante al cerco y agresiones imperialistas, es una contradicción de gran importancia en el socialismo pero, como hemos visto, dista de ser la única. También es correcto dar énfasis a desarrollar milicias, pero esto no puede ser una solución completa de este problema. De hecho, los revolucionarios en China sí promovían las milicias y parte de éstas sí opusieron resistencia al ejército regular cuando el golpe de Estado, pero no pudieron contra la mayor fuerza, armamento, entrenamiento y disciplina de las fuerzas regulares. Más profundamente, simplemente armar a las masas no garantiza cual línea van a seguir: de hecho muchas masas armadas en las milicias le siguieron la corriente a la nueva línea revisionista en el poder.

De esta propuesta parcial, se pasa a propuestas profundamente erróneas y perjudiciales: la “militarización de la sociedad”[45] y la idea de que las contradicciones del socialismo se resuelven con “violencia revolucionaria”: “mantendremos la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado con violencia revolucionaria mediante las revoluciones culturales y, al comunismo sólo iremos con la violencia revolucionaria y mientras haya un lugar en la Tierra en que exista explotación la acabaremos con la violencia revolucionaria”.[46] En primer lugar, presentar la Revolución Cultural como esencialmente “violencia revolucionaria” es una burda tergiversación de la teoría y práctica de la Revolución Cultural, en que Mao insistía una y otra vez en no resolver las contradicciones por medio de la violencia, lo que fue posible porque el proletariado todavía mantenía el Poder, y la violencia que sí se desató fue contraria a la línea de Mao y perjudicó el desarrollo de la Revolución Cultural. En vez de plantear francamente la discrepancia con Mao, se presenta una idea opuesta como si estuviera en concordancia con la posición de Mao, un método equivocado que, como ya hemos mencionado, refleja la herencia de tendencias erróneas anteriores en el movimiento comunista internacional hacia una actitud dogmática y religiosa hacia el marxismo.

La violencia revolucionaria es, sin duda, necesaria para tumbar el capitalismo y establecer el socialismo, para defender a los países socialistas de las agresiones del capitalismo-imperialismo, para reestablecer el socialismo después de una restauración capitalista y para derrotar intentos armados de derrocar el estado socialista. Sin embargo, no puede ser el medio principal para resolver los problemas de la transición socialista, de simplemente “cortar cabezas”. Por una parte, la nueva burguesía no es un blanco estático e inalterable ni fácilmente distinguible. Las fuerzas que la constituyen no hablan abiertamente a favor del capitalismo: son dirigentes del mismo partido comunista que persisten en defender una línea que en realidad llevará a la restauración, en determinados momentos algunos pueden ser ganados por lo menos en parte para la línea revolucionaria y otros no, y de hecho la fuerza relativa de tal línea y si tiene o no la capacidad de usurpar el poder cambia con relación a la situación objetiva en el mundo y el país. Por otra parte, el problema esencial, como hemos visto, no reside en esta gente como individuos sino en una línea que tiene bases materiales en la sociedad socialista. La experiencia ya ha demostrado de sobra que al quitar unos dirigentes revisionistas, surgen otros, así que, además de movilizar a las masas para tumbar a los dirigentes revisionistas, es esencial trabajar sobre el fondo del problema al elevar la capacidad de la gente de distinguir entre la línea revisionista y la comunista, así como entender la profunda necesidad y encontrar las formas apropiadas para seguir transformando las “cuatro todas” hacia el comunismo.

El uso de la violencia como manera principal de resolver estos problemas de línea, de conciencia y de transformación de las cuatro todas es, de hecho, perjudicial, como nos ilustra la experiencia negativa en la Unión Soviética. Necesariamente lleva a confundir contradicciones con el enemigo con contradicciones en el seno del pueblo, ya que puede haber y va a haber gente que se opone a las transformaciones socialistas necesarias sin trabajar activamente por tumbar el socialismo, así como mucha gente que sigue una línea errónea en un momento dado que puede y debe ser ganada para la línea revolucionaria. En los dos casos, son contradicciones en el seno del pueblo que deben tratarse con lucha ideológica y política y no con “violencia revolucionaria”. En cambio, intentos armados de tumbar el socialismo sí tienen que ser desbaratados. Por otra parte, el uso de la violencia como medio principal para resolver las contradicciones en el socialismo “enfría el ambiente”, poniendo fin a los grandes debates, el disentimiento y la lucha de líneas que son esenciales tanto para encontrar soluciones acertadas a los complejos problemas de la transición socialista como para que cada vez más gente desarrolle la capacidad de distinguir entre el comunismo y el revisionismo: entre la línea que pregona una posición con lenguaje marxista que objetivamente lleva de regreso al capitalismo y la que lucha por los pasos apropiados para la transición hacia el comunismo en un momento dado, algo que no es muy sencillo.

El PCP y su presidente o bien desconocieron o rechazaron el análisis de Mao y sus seguidores de la complejidad de esta transición y la necesidad de eliminar las “cuatro todas”. En la cita anterior, se habla como si el comunismo fuera simplemente cuestión de abolir la explotación. Aunque eso es fundamental, la revolución socialista, con la expropiación de la burguesía y la conversión de los medios de producción en propiedad de todo el pueblo y propiedad colectiva básicamente elimina la explotación, aunque en casos en que la línea revisionista va ensanchando las desigualdades de la sociedad socialista en vez de restringirlas, “huele a explotación”, como decían los seguidores de Mao.

Pero como hemos visto, hay mucho más trecho (y todo un período histórico) por recorrer para abolir las “cuatro todas” en todo el mundo a fin de llegar al comunismo que no se toma en cuenta al decir cosas francamente ridículas como “el Presidente Gonzalo… nos llevará hasta el Comunismo”.[47]

De manera semejante a como se propone resolver las complejas contradicciones del socialismo por un método aparentemente más sencillo pero fundamentalmente equivocado de imponer las cosas por medio de la violencia, también se buscó resolver los problemas de la lucha de dos líneas en el PCP por medio de subordinar todo el Partido a su presidente Gonzalo, en una desviación profunda del centralismo democrático y el principio de que el individuo (incluido el presidente) se subordina a la colectividad y al Partido. Un dirigente revolucionario puede jugar un papel extremadamente importante en elevar la visión de otros cuando lucha por un entendimiento que corresponde a la realidad material y el avance de la revolución comunista. Si no fuera por la lucha de Lenin, no se hubiera aprovechado la crisis revolucionaria que dio lugar a la Revolución de Octubre, y Mao comentaba que “en la Revolución Cultural había momentos, sobre todo al principio, en que yo era la única persona que compartía mi opinión”. Sin embargo, este papel no se debe esencialmente a alguna calidad personal del dirigente revolucionario sino a la línea que defiende: su entendimiento de los problemas que enfrenta la revolución comunista y cómo resolverlos correctamente. Los individuos siguen y aplican una u otra línea, pero los individuos como tales no tienen líneas, que son en realidad un producto de un proceso colectivo de un partido o del movimiento internacional. En algunos casos, los individuos pueden llegar a sintetizar y concentrar elementos clave de la ciencia comunista, y en dado caso eso debe reconocerse, pero no hay nadie que no pueda equivocarse frente a los problemas de la revolución comunista o incluso adoptar “soluciones” que de hecho van en contra del avance de esa revolución. Por eso, entre otras razones, es esencial la dirección colectiva, la subordinación del individuo, incluso el presidente del partido, a la colectividad y el más vivo y crítico debate en esa colectividad.

Parece que la práctica profundamente errónea en que militantes del PCP juraban lealtad a su presidente Gonzalo fue en parte importante con la lógica de que él, como persona, era la garantía, como se decía muchas veces, de la línea correcta y del triunfo. Pero ninguna persona, en sí, puede ser garantía de una línea correcta: una línea correcta es producto de un proceso de aplicar correctamente el método científico del materialismo dialéctico para desarrollar conceptos que reflejan o básicamente reflejan la realidad material y cómo transformarla. Una línea correcta o básicamente correcta es esencial para conquistar la victoria, pero no puede haber tampoco una “garantía” del triunfo ya que las fuerzas revolucionarias pueden ser derrotadas, no principalmente por sus errores sino por una correlación de fuerzas desfavorable, y también pueden intervenir otros factores.

¿Qué pasa con el encarcelamiento de Gonzalo? La misma lógica equivocada de que él es la garantía de la línea correcta y del triunfo lleva a pensar que la guerra popular no puede proseguir, ya que él, la garantía, no está presente, y es el mismo Gonzalo quien llama a negociar el fin de la guerra popular, y plantea un análisis erróneo, una línea revisionista, frente a dificultades reales con la captura de él y otros dirigentes del partido, así como las dificultades en la situación internacional.

Esta línea ya hizo bastante daño en el Perú y en el mundo, pero estas maneras metafísicas y mecánicas de abordar las contradicciones llevan a cosas aún peores al tratar con el problema de forjar una nueva sociedad. Como señala Avakian respecto a un caso distinto de núcleo sólido sin elasticidad: “Un ejemplo negativo, sumamente negativo, de no entender y manejar esto [la diversidad de la sociedad socialista y como convivir con y transformar las capas intermedias —OCR] correctamente se ve en la experiencia de Pol Pot en Camboya (que aquí apenas voy a tratar de modo somero), donde en vez de tener este enfoque se siguió un enfoque lleno de ironía y de desastre: tenían masas campesinas que no habían pasado por una transformación radical en su manera de pensar, a pesar de ciertos cambios en las condiciones materiales; a las masas de campesinos, especialmente en las bases de apoyo que establecieron durante la guerra contra el gobierno de Lon Nol y Estados Unidos (que lo montó y respaldó), las dirigían intelectuales que tenían un problema muy serio que he mencionado en otras charlas y escritos: el fenómeno de la educación estrecha (voy a hablar de esto en un momento porque en realidad es muy importante); y el Khmer Rouge, bajo la dirección de Pol Pot, tomó al resto de la sociedad camboyana y trató de aplanarla al nivel del campesinado, como era el campesinado entonces, supuestamente para llegar al comunismo. Para decirlo de la manera más suave del mundo, no captaron en absoluto la noción del núcleo sólido con mucha elasticidad ni la noción del ‘paracaídas’ [o sea, de la diversidad de la sociedad socialista —OCR]. Y eso llevó a grandes desastres, y sí, horrores”.[48]

La línea de Gonzalo no fue igual que la de Pol Pot, pero su orientación de “guerra popular hasta el comunismo” también es una expresión de pasar por alto las complejas contradicciones de la transición socialista hasta el comunismo y pensar que un núcleo sólido sin ninguna elasticidad puede simplemente imponer sus soluciones sobre la diversidad de la sociedad socialista. Esto es insistir en repetir y profundizar errores del siglo 20 y rechazar y tirar a la basura la esencia de la contribución más grande de Mao a la ciencia comunista, la teoría de continuar la revolución bajo el socialismo (y esto, para colmo, en nombre de supuestamente “imponer el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo”). De aplicarse, esta línea solamente puede llevar a la desgracia y no a la emancipación.

8. Elasticidad sin núcleo sólido: “Avanzando” hacia el siglo 18, o no hay mejor comunismo que la democracia burguesa

Mientras unos abogan por un núcleo sólido sin ninguna elasticidad, otros se entusiasman con la “elasticidad” al redescubrir la democracia electoral burguesa y tirar al borde la necesidad de un núcleo sólido que lucha por el comunismo, y en particular la necesidad de la dirección institucionalizada del partido comunista en el socialismo. Tal es el caso del presidente Prachanda y Baburam Bhattarai, dirigentes del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN(M)] —ahora el Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) [PCUN(M)]— y la línea revisionista adoptada por ese partido en la reunión del Comité Central en octubre de 2005.

La nueva línea revisionista del PCN(M) hace caso omiso por completo de las verdaderas contradicciones de la transición socialista al comunismo, de la abolición de las “cuatro todas”, que ya hemos examinado y reduce el problema esencial en el socialismo al “burocratismo”. Con esto reemplazan el análisis serio de las verdaderas contradicciones de la sociedad socialista con el lugar común del típico análisis burgués, socialdemocrático y revisionista que no encuentra más problema que el “burocratismo”.

Por ejemplo: “Cuando la democracia no echa raíces en todas las clases oprimidas, surgen tendencias burocráticas en el partido, el Estado y en la sociedad…”[49] Aunque sí han existido y existirán problemas de métodos burocráticos de trabajo, como hemos visto, el problema de la lucha de clases bajo el socialismo es mucho más profundo que esto. Esto va de la mano con una distorsión profunda de la experiencia socialista, haciendo caso omiso de la lucha de las masas bajo la dirección de los comunistas revolucionarios por seguir avanzando hacia el comunismo, sobre todo en la Revolución Cultural en China, contra los seguidores del camino capitalista entre otros dirigentes del partido que finalmente lograron dar un golpe de Estado, apresar y asesinar a los revolucionarios y restaurar el capitalismo. En vez de esta realidad, nos dan una historia inventada de la lenta y gradual degeneración burocrática del partido y el estado proletario en su conjunto, sin ninguna distinción entre comunistas y revisionistas ni entre el socialismo y el capitalismo: “en el pasado los Estados proletarios, en vez de servir a las masas y actuar como instrumentos de revolución continua, se convirtieron en los amos del pueblo e instrumentos de la contrarrevolución, y en vez de moverse por el rumbo de la extinción se transformaron en enormes burocracias totalitarias e instrumentos de represión”.[50]

Tal “análisis” de “burocracias totalitarias” es simplemente la crítica burguesa del socialismo, difundida por mil medios sin cesar, trasplantada a la literatura supuestamente comunista. Por lo tanto, como Lenin comentaba de la crítica revisionista de las ideas fundamentales del marxismo de sus días, “no es de extrañar que la ‘nueva’ tendencia… haya surgido de golpe, completamente acabada, como Minerva de la cabeza de Júpiter. Por su contenido, esta tendencia no ha tenido que desarrollarse ni formarse, ha sido trasplantada directamente de la literatura burguesa a la literatura socialista”.[51] O como decimos en esta época de las computadoras, “copiar y pegar”.

Al redefinir el problema de la transición socialista al comunismo como “burocratismo” en vez de la abolición de las cuatro todas en todo el mundo, y al tergiversar la verdadera lucha de clases en los primeros países socialistas, el PCN(M) llega a la conclusión nada novedosa de que la “solución” es la “democracia” y en particular la “contienda pluripartidista”: “Si no tuviera que triunfar en una contienda entre las masas para permanecer en la dirección del poder, quedaría una base material en que la relación entre el partido y las masas se vuelve formal y mecánica, y por tanto una oportunidad para el surgimiento de la burocracia al interior del partido mismo… Por eso consideramos que la contienda pluripartidista por el gobierno popular y, además, el derecho del pueblo a supervisar, controlar e intervenir, incluso a destituir del poder a sus representantes, constituye una especie de gancho en las manos de las masas que puede arrastrar a los camaradas que se equivocan hacia su cancha”.[52]

Dicen que sin esta contienda electoral “quedaría una base material” para degeneración burocrática, con la implicación de que con tal contienda ya no existe tal base, cerrando los ojos a la base material para la restauración capitalista en las mismas relaciones, desigualdades e ideas de la sociedad socialista, heredadas del capitalismo, así como la férrea lucha durante todo el período socialista entre la lucha por avanzar más hacia el comunismo o volver al capitalismo. A base de hacer caso omiso del verdadero problema, encuentran la “solución” en la “contienda pluripartidista”, que no es otra cosa que la democracia electoral burguesa que en ningún caso en la historia ha servido para arrastrar a nadie en el Poder hacia la “cancha” de las masas y sí ha servido mucho para jalar a las masas y a los comunistas que van degenerando en revisionistas hacia la “cancha” de la burguesía. Y esto nos lo ha demostrado otra vez con creces el PCN(M) al poner fin a la guerra popular que dirigió durante 10 años, entregar sus armas, desmantelar las bases de apoyo, participar en las elecciones y entrar en y encabezar un gobierno junto con varios partidos de la gran burguesía aliados con el imperialismo. Ahí nos ofrecen el espectáculo de supuestos comunistas mandando soldados nepaleses a luchar al lado del imperialismo estadounidense en su guerra de agresión en Afganistán a la vez que deshacen la revolución agraria impulsada anteriormente por el partido, devolviendo la tierra en varias partes a los antiguos terratenientes. Esto es el amargo fruto de la “contienda pluripartidista”.

Como subraya Avakian en su profunda crítica de esencialmente la misma línea avanzada en su momento por K. Venu, “Su ‘modelo’, dónde el ‘derecho a gobernar’ del partido comunista ‘debe estar basado estrictamente en el apoyo electoral ganado por su plataforma, al igual que cualquier otra plataforma’,en el mejor de los casos, llevaría a una situación en que centros rivales de poder, con sus respectivas plataformas, competirían por el voto de las masas. El resultado de esto (otra vez, en el mejor de los casos) sería un gobierno de ‘coalición’ donde ‘socialistas’ y ‘comunistas’ de todo tipo se unirían con representantes de tendencias ‘democráticas’ más abiertamente burguesas y pequeñoburguesas, y en donde entre arreglos y pactos se comprometerían los intereses fundamentales de las masas y no se llevaría a cabo ninguna transformación radical de la sociedad (y cualquier intento de hacerlo sería reprimido rápida y eficazmente por el gobierno de ‘coalición’). ¿Es que no ha habido suficiente experiencia, por no decir demasiada, en el mundo que ilustre esto?”[53] Avakian menciona, por ejemplo la experiencia de Indonesia donde este tipo de parlamentarismo burgués llevó a la masacre de cientos de miles de comunistas y otra gente. La experiencia reciente en Nepal también ha demostrado claramente la certeza de su análisis, en que los arreglos y pactos con los partidos burgueses en Nepal han llevado a sacrificar los intereses fundamentales de las masas a la revolución por un plato de lentejas de posiciones en un Estado burgués.

Actualmente gran parte de la población del planeta vive en “democracias” con la competencia electoral entre diferentes partidos donde se comprueba año con año que no sirve. ¿Dónde en el mundo y en la historia han resultado las elecciones organizadas según el modelo burgués en implementar los verdaderos intereses de las masas, y no todo tipo de engaños, ilusiones falsas y represión? En ninguna parte.

¿Dónde se ha logrado una mayor democracia para las masas populares, una mayor posibilidad de transformar la sociedad en la dirección de eliminar todo tipo de desigualdades sociales, una mayor posibilidad de participar en la administración del estado, una mayor expresión de las opiniones de las masas, que no sea en las experiencias socialistas dirigidas por un partido comunista, y sobre todo la experiencia más avanzada hasta la fecha, la Revolución Cultural? En ninguna parte.

La conquista del poder por el proletariado es apenas el primer paso en una larga y difícil lucha que enfrenta el cerco de países imperialistas resueltos a aplastarla, que enfrenta los engaños de una nueva burguesía que habla en nombre de un supuesto “comunismo”, que enfrenta la compleja lucha por avanzar la revolución mundial a la vez de ir superando las cuatro todas, involucrando y capacitando a cada vez mayores sectores de las masas a realmente gobernar y transformar la nueva sociedad, en vez de echar papelitos en una urna para “decidir” cuál grupo de embusteros las va a aplastar y oprimir desde el gobierno durante los próximos 4 o 6 años. Frente a estos desafíos, no se puede prescindir de la dirección del partido comunista en el socialismo, no se puede prescindir de un núcleo sólido que lucha por el comunismo aunque ese núcleo, como argumenta Avakian, tiene que alentar y dirigir en el sentido más amplio de la palabra una elasticidad aún mayor de lo mejor del pasado. Esto incluye un mayor papel de elecciones en que se presentan varios candidatos que representan fuerzas y posiciones distintas, y la orientación de ejercer la dirección comunista fundamentalmente por medio de la lucha ideológica y política y no principalmente por medio de acaparar las posiciones de autoridad. Sin embargo, no se va a poner a votación la “opción” de volver a la pesadilla capitalista que todavía predomina en el mundo y hace todo lo posible por socavar y derrocar el socialismo, después de tanto sacrificio de la gente para emanciparse de esa pesadilla. Propuestas de ese tipo son francamente criminales.

La “democracia del siglo 21” del PCN(M) es sólo una reedición del engaño de la democracia “pura” “por encima de las clases”, es decir, la teoría de la democracia burguesa reciclada de los teóricos burgueses del siglo 18. Como subraya Avakian “En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la ‘democracia’ sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber ‘democracia para todos’: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas?”[54]

Como señala el Manifiesto del PCR, EU, lo que las “dos tendencias ‘contrapuestas’ erróneas tienen en común es que están enmarañadas en una u otra clase de modelo del pasado (aunque varíen los modelos específicos) y se guarecen en estos: o se aferran de manera dogmática a la anterior experiencia de la primera etapa de la revolución comunista —o, más bien, a un análisis incompleto, parcial y fundamentalmente erróneo de ella— o se guarecen en la anterior época de las revoluciones burguesas y sus principios: vuelven a lo que son en esencia teorías de democracia (burguesa) del siglo 18, disfrazadas o a nombre del ‘comunismo del siglo 21’, lo que en efecto equipara este ‘comunismo del siglo 21’ con una democracia que es supuestamente ‘pura’ o está ‘por encima de las clases’ — una democracia que en realidad, mientras que existan las clases, solo puede ser la democracia burguesa y la dictadura burguesa”.[55]

No necesitamos el núcleo sólido sin elasticidad que “impone” una concepción tergiversada y a fin de cuentas revisionista del “comunismo”, ni tampoco la elasticidad sin núcleo sólido que abraza la democracia burguesa y lleva a reforzar la dictadura burguesa. Tampoco nos ofrecen nada los dogmáticos perezosos tipo PCA(M) que no sólo están contentos con no ofrecer nada nuevo después de casi 40 años sino que nos advierten de los peligros de atreverse a desarrollar algo nuevo. Necesitamos el núcleo sólido con mucha elasticidad, necesitamos la nueva síntesis, que nos abre nuevas vistas tanto de una nueva y liberadora sociedad en que la gran mayoría quisiera vivir como de la manera de avanzar más y mejor en la transición histórico-mundial hacia el comunismo. Ésta es la teoría comunista que podrá y deberá guiar la nueva ola de revoluciones comunistas o no habrá semejante ola.

9. No habrá emancipación para nadie sin hacer añicos el Estado burgués: lecciones de Nepal

El otro aspecto fundamental del revisionismo de Prachanda y el PCN(M) a partir de la adopción de su nueva línea en 2005 fue reemplazar la línea de desarrollar la guerra popular para tomar el poder, culminar la revolución de nueva democracia y pasar a la revolución socialista, con la supuesta “táctica” de luchar por una “república democrática” y “estado transicional” junto con varios partidos que el mismo PCN(M) había caracterizado como burgueses y proimperialistas para “reestructurar el estado”, justificando esto con la necesidad de luchar contra la monarquía, que ya ha quedado depuesta. Ésta es la línea que guió el acuerdo de paz, el fin de la guerra popular, la propuesta de combinar el ejército revolucionario con el ejército reaccionario, y la participación del PCN(M) en las elecciones, en que ganaron una pluralidad de votos y formaron un gobierno con los partidos burgueses.

El Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, criticó a fondo esta nueva línea revisionista, que ya quedaba evidente en los escritos de Bhattarai, en una carta enviada al PCN(M) en octubre de 2005, o sea, en los momentos en que el PCUN(M) apenas iba adoptando oficialmente esta línea y antes de que sus nefastas consecuencias prácticas fueran tan evidentes.[56] El PCN(M) rechazó la crítica del PCR, EU, diciendo que era sólo repetir el “abecé del marxismo”, rehusó responder a sus cartas posteriores y siguió su camino hacia el pantano revisionista en que se encuentra actualmente. Además de las cuestiones de la transición socialista que ya hemos tocado, la cuestión central en esta lucha fue si la meta inmediata es “reestructurar el estado” o destrozarlo, hacerlo añicos.

Como recalca una de las cartas del PCR, EU: Una de las frases que se repite en los escritos del PCN(M) como un leitmotiv es el llamado a “reestructurar el estado”. De hecho, esta frase en sí resume claramente el error en el programa político del PCN(M). Vale la pena repasar el muy difamado “abecé del marxismo” al respecto. Al resumir la experiencia de las diferentes revoluciones de Europa en el siglo 19, Marx hizo la muy profunda observación de que “todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina, en vez de destrozarla” (nuestro énfasis). ¿Qué quería decir Marx con esto?

En particular, se refería al hecho de que las varias rondas de revolución en Europa y sobre todo en Francia (1789, 1830 y 1848) habían llevado a transformar la máquina del estado para que concordara con la base económica capitalista y se “perfeccionara” su capacidad para cumplir con su papel de hacer valer la dictadura burguesa, Está muy claro que Marx se refiere a la abolición de la monarquía en gran parte de Europa y la generalización de la democracia burguesa como la “perfección” de la dictadura capitalista que representa el estado. Más tarde Marx saca específicamente la lección de la Comuna, que no fue, en su esencia, un intento de perfeccionar más el aparato estatal burgués en Francia sino un primer intento, aunque titubeante, a veces indeciso, y finalmente derrotado, de destrozar la máquina estatal burguesa y reemplazarla con un estado diferente que surgía de la lucha revolucionaria proletaria.

Lo que está en juego en el actual debate es si los 10 años de guerra popular, después de todo, habrán servido para destrozar la máquina estatal reaccionaria o perfeccionarla. Para hablar sin rodeos, si el resultado de la guerra es la consolidación de una república burguesa, el resultado trágico será que el sacrificio de la gente no habrá servido para establecer una forma de dominio proletario sino sólo para “modernizar” y “perfeccionar” el mismo instrumento que la mantiene oprimida”.[57]

Este “resultado trágico” es precisamente lo que ocurre hoy en día en Nepal, el resultado de adoptar una línea revisionista sobre el socialismo y comunismo, como hemos visto, y el estrechamente relacionado resultado de adoptar una línea revisionista de luchar por la “reestructuración” o perfección del viejo estado en vez de proseguir con la lucha por destrozarlo.

La justa crítica comunista del PCR, EU, ha recibido ataques de “izquierda” y derecha, sin entrar a tratar ni refutar el contenido de su posición. Por una parte, algunos atacaron al PCN(M) antes del viraje revisionista en su línea por aplicar algunas tácticas de cese al fuego, insistiendo en nombre de un supuesto “maoísmo” y en realidad un infantilismo de “izquierda” que todo cese al fuego y toda negociación equivale a la traición, sin tener suficiente coherencia de principios para tildar de traidor a Mao, quien estableció un cese al fuego y negoció con el Kuomintang en Chungching. En ese entonces recalcó que, al combatir al enemigo, “La manera de ‘responder medida por medida’ depende de la situación. Algunas veces, no ir a negociar es responder medida por medida, y, otras veces, ir a negociar también es responder medida por medida”.[58]

Mao explica claramente que las negociaciones tenían el propósito político de aislar más al Kuomintang y preparar así la guerra civil que finalmente llevó a la victoria de la revolución china. La cuestión para los comunistas en evaluar tácticas de cese al fuego o negociaciones es si éstas sirven para fortalecer la lucha armada revolucionaria y finalmente destrozar el estado burgués o si llevan a liquidar la guerra popular necesaria para hacerlo añicos. Las negociaciones de Chungching claramente tenían el propósito y tuvieron el efecto de fortalecer la guerra popular y el triunfo de la revolución. Aunque no hemos investigado suficientemente para evaluar cada una de las tácticas del PCN(M) antes de su cambio de línea, está claro que las tácticas de cese al fuego tenían el propósito político de aislar al enemigo y potenciar la guerra popular. Con el viraje revisionista y cambio en las metas estratégicas del PCN(M), todas sus tácticas ya sirven a fines que no salen de los confines sofocantes y mortíferos del sistema capitalista-imperialista mundial. Asimismo, el “acuerdo de paz” que propuso la línea oportunista de derecha (LOD) en el Perú era parte de toda una línea revisionista, como los camaradas del ahora Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta) analizaron correctamente en su momento.[59]

Cabe mencionar que el enfoque simplista y dogmático que estamos comentando hizo estragos en el caso del Perú también. Fue, sin duda, una situación difícil, con la detención del Presidente Gonzalo, y luego la propuesta de un acuerdo de paz que salió de la cárcel atribuido a él, pero sin pruebas fehacientes inicialmente de si era, de hecho, el autor. Sin embargo, la respuesta de los dirigentes determinados de continuar con la guerra popular de simplemente denunciar esto como una “patraña” sin responder con argumentos ni desarrollar la lucha de líneas contra la LOD (recurriendo en algunas versiones por lo menos al mismo argumento de que toda negociación es traición y Gonzalo “no podría” hacer eso, así como el extraño argumento de que desarrollar la lucha de dos líneas contra la LOD era “conciliar”) dejó al partido y las masas desarmadas políticamente, mientras esta línea oportunista de derecha desarrollaba documento tras documento de argumentación política y hubo cada vez más indicios de que Gonzalo fue, efectivamente, el autor de la propuesta de los acuerdos de paz y de la LOD.

Por otra parte, incluso algunos de los protagonistas de los ataques infantiles mencionados más arriba, haciendo gala de su falta de principios, han “suspendido juicio” frente a los “éxitos” electorales del PCUN(M) y buscan una unidad sin principios con este partido dirigido ahora por una línea revisionista. El impacto práctico del revisionismo ha provocado protesta y oposición dentro del PCUN(M) pero, desafortunadamente, hasta ahora, que sepamos, esta oposición no ha pasado de criticar algunas tácticas, en vez de repudiar, criticar y luchar a fondo contra la línea revisionista adoptada en 2005. Para hablar sin pelos en la lengua, aunque Prachanda y otros hablan de preparar la “insurrección” e incluso si llegaran a emprender de nuevo algún tipo de lucha armada, mientras esto siga sirviendo a la línea de “reestructurar” el estado reaccionario y luchar por un supuesto socialismo de “contienda pluripartidista” democrático-burguesa, no va a llevar a ninguna liberación para nadie.

10. ¿Unidad para la emancipación de la humanidad o unidad sin principios para tener “fuerza material”?

Hemos observado desde varios ángulos, como también lo señala el Manifiesto del PCR, EU., que las dos tendencias erróneas que se oponen a la nueva síntesis —de nuevo, “o bien de aferrarse de manera religiosa a toda la anterior experiencia y a la teoría y el método asociados con ella, o (en esencia, si no de palabra) de abandonarlo todo”[60]— aunque parecen ser tendencias tan distintas y contrapuestas también entre sí, en realidad tienen varios rasgos en común. Algunas organizaciones participantes en el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), se han apresurado a ilustrar esto en la práctica al intentar unir ambas corrientes erróneas (y mezcolanzas eclécticas de las dos) en una nueva organización internacional “marxista-leninista-maoísta” al margen del MRI y en oposición a la nueva síntesis de Bob Avakian.

El primer llamado de parte de algunas fuerzas en el MRI a “crear una nueva unidad del movimiento comunista basándose en el marxismo-leninismo-maoísmo y construir la organización internacional necesaria” apareció el 1° de mayo de 2011 con las firmas del Partido Comunista maoísta-Italia, el Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta), el Partido Comunista de India (ML) Naxalbari, el Partido Comunista Maoísta, Turquía y Norte del Kurdistán y cinco organizaciones que no participan en el MRI.

Nos dicen, entre otras cosas que “En Nepal, 10 años de guerra popular han creado las condiciones para el avance de la Revolución nepalesa, que ahora está en una encrucijada difícil y debe ser apoyada frente a la contrarrevolución llevada a cabo por los enemigos internos y externos, así como contra los reformistas que quieren socavarla en el interior”.[61]

Así que hablan en 2011 de la “guerra popular” en Nepal con una vaga referencia al “reformismo” sin mencionar que fue liquidada con los acuerdos de paz en 2006 por la línea revisionista al mando del PCUN(M), que también aparece como signatario del documento. Esto fue dos años después de que se hicieron públicas las cartas del Partido Comunista Revolucionario, EU, criticando el viraje revisionista del PCUN(M) y la única carta de respuesta del partido en Nepal, todas las cuales los participantes en el MRI seguramente recibieron mucho antes. En un nuevo documento del 1° de mayo de 2012, firmado por el Partido Comunista maoísta-Italia (PCm-Italia), el Partido Comunista de Afganistán (Maoísta) y el Partido Comunista de India (Marxista-Leninista) Naxalbari [PCI(ML)N], ahora mencionan el revisionismo de Prachanda y Bhattarai y llaman a los maoístas en el PCUN(M) a rebelarse en su contra, sin decir nada sobre el contenido de ese revisionismo, su línea de “reestructurar” en vez de aplastar el viejo estado y su línea revisionista sobre el socialismo de “contienda multipartidista” y democracia burguesa.

Así hacen un flaco favor a los camaradas del PCUN(M) opuestos a la línea de Prachanda que desafortunadamente hasta ahora se han limitado a proponer otras tácticas en vez de criticar el fondo del viraje oportunista en la línea del partido a partir de 2005.[62]

¿Por qué primero encubren la liquidación de la guerra popular en Nepal por la línea revisionista al mando del partido y luego nos ofrece la etiqueta de “revisionista” sin hablar, aunque sea brevemente, del contenido de esa línea? El Partido Comunista maoísta-Italia (PCm-Italia), que ha jugado un papel importante en estos esfuerzos, nos ha dado una pista al decir que “No necesitamos unir a los partidos sobre un documento sino crear un centro internacional que sea una fuerza material” y “Cualquiera que sea el punto de vista de uno sobre el ‘revisionismo’ de Prachanda, no se puede crear una organización internacional sin el PCUN(M)”.[63] Habría que agradecerle al PCm-Italia por esta formulación tan franca de la unidad sin principios que caracteriza todo este proyecto. La unidad “sobre un documento” tendría por lo menos la posibilidad de alguna unidad en base a principios compartidos. Pero eso, según, no es necesario. Lo que importa es tener “fuerza material” y ya que el PCUN(M) tiene “fuerza material”, aunque sigue una línea revisionista, debe estar en esta “nueva unidad del movimiento comunista”.

Y esto de parte de gente que se llama maoísta, cuando fue Mao quien insistió tanto en que el que sea correcta o no la línea ideológica y política lo decide todo. La línea, es decir, el entendimiento de cómo es el mundo y cómo transformarlo, cuál es el problema y cuál es la solución, determina si una organización realmente podrá contribuir a hacer avanzar la revolución comunista o de hecho va a transformarse en un obstáculo revisionista al mismo. No cabe duda de que el PCUN(M) tiene fuerza material, pero es fuerza material que ahora está al servicio de una línea que objetivamente se contrapone a la emancipación de las masas de Nepal y el mundo, que se opone a destrozar el viejo estado y establecer un verdadero socialismo.

¿Eso nos importa? ¿Importa si el entendimiento que se tenga del mundo y cómo transformarlo podrá llevar en realidad a la emancipación o corresponde a mantener a las masas siempre esclavizadas bajo este sistema? Las formulaciones citadas del PCm-Italia nos dicen en esencia que eso no importa, que lo que importa es tener “fuerza material” e influencia ahora, sin preocuparse por el problema de para cuál meta.

Si realmente queremos dirigir la lucha de las masas por emanciparse de la miseria de este sistema, tenemos que preocuparnos en primer lugar por establecer y unir a los comunistas en torno a una línea que realmente corresponde al mundo material y que realmente podrá guiar una revolución que libere a la gente, y deslindar de las falsas soluciones que, aunque se autodenominen comunistas, como la línea revisionista del PCUN(M), en realidad representan una traición a las masas y la revolución. O como lo expresó Lenin: “antes de unificarse y para unificarse es necesario empezar por deslindar los campos de un modo resuelto y definido”.[64]

Esto es precisamente como se procedió para formar el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI). Se estableció en la Declaración del MRI una base de unidad en torno a principios fundamentales y deslindando con las principales formas de revisionismo, y se unió a los distintos partidos y organizaciones que aceptaban esos principios, a lo que se agregó más tarde el documento ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo! Esto es proceder a base de principios, motivado por cómo realmente lograr la emancipación.

El fin de una etapa en la revolución comunista mundial y el comienzo de otra y nuevos cambios y sucesos en el mundo en ese contexto han requerido y requieren que avance la base relativa de unidad alcanzada en los documentos fundamentales del MRI.

Por otra parte, se han acentuado las divergencias dentro del MRI que se han expresado agudamente en particular en torno a los sucesos en el Perú y Nepal, y ahora en torno a la nueva síntesis. Se ha llamado, se ha exhortado muchas veces a que los partidos y organizaciones escriban y debatan sobre estas discrepancias, con muy poca respuesta. Avakian en particular ha llamado varias veces a que se comente la nueva síntesis y que los que estén en contra ofrezcan una crítica de su contenido. Semejante crítica, a base de principios, sea correcta o errónea, va a contribuir al debate para clarificar lo esencial: un entendimiento más profundo y correcto de cómo entender el mundo y transformarlo y, sobre esa base, la capacidad de lograrlo en la práctica. La respuesta a esta solicitud, las más de las veces, ha sido o bien el silencio o una serie de ataques personales, tergiversaciones y calumnias en contra de la persona de Bob Avakian por atreverse a proponer cómo avanzar más y mejor en emancipar a la gente y a pedir que otros opinen sobre el contenido de esa propuesta, ya sea a favor o en contra. Otras organizaciones del MRI, como el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta), que se han expresado en favor de la nueva síntesis, también han tenido que aguantar una andanada de ataques personales y tergiversaciones de sus posiciones, como se puede constatar en el documento del PC de Afganistán (M) citado anteriormente.

En esta relación, tenemos que insistir en que el debate y la lucha de dos líneas, incluso cuando ésta se torna muy aguda, son imprescindibles y contribuyen a clarificar qué corresponde a la realidad y los intereses de las masas y qué no, siempre y cuando se centren en la lucha sobre principios, sobre las “grandes cuestiones” de cómo hacer avanzar la revolución proletaria y se tomen en cuenta la verdadera posición y mejores argumentos del adversario. En cambio, los métodos de “lucha” basados en tergiversar o inventar supuestas posiciones del adversario, en los cuentos y chismes de supuestamente quién hizo qué a quién y en los ataques y calumnias personales son extremadamente perjudiciales: esconden y ofuscan las cuestiones de principios a debate, desmoralizan a las masas o las educan en los mismos métodos de descalificación y calumnia que utiliza la burguesía y ayudan objetivamente al enemigo de clase, facilitando sus ataques a los dirigentes revolucionarios, que los puede disfrazar como “broncas entre los revolucionarios”. Son métodos de lucha oportunistas que todo revolucionario debe repudiar y criticar.

Frente a las divergencias de principios en el MRI, el PCm-Italia, PCA(M) y PCI(ML)N proponen formar otra organización internacional de “comunistas MLM” sin resolver ninguna de las cuestiones a debate y sin clarificar una base de unidad de principios de esta nueva organización. Simplemente declaran que “Para construir esta nueva organización internacional debemos romper con el revisionismo en todos sus aspectos y particularmente con aquellos que han conducido a la actual crisis y colapso del MRI, es decir, la “nueva síntesis” post m-l-m de Bob Avakian en el Partido Comunista Revolucionario, EU, y la línea revisionista establecida por Prachanda/Bhattarai en el PCUN(M)”.[65]

Ya hemos visto que por lo menos para el PCm-Italia “romper con el revisionismo” de Prachanda no necesariamente quiere decir que el PCUN(M) guiado por esa línea desde 2005 no quepa en su nueva “organización internacional de comunistas MLM”, y el PCA(M) nos asegura que “Sólo han pasado cuatro años desde la derrota final — o la fase final de la victoria que se aproxima en Nepal…”.[66] Esta afirmación es poco menos que increíble: ¡No toman una posición! El fin de la guerra popular debido a la línea revisionista adoptada por el PCUN(M) podría representar la “derrota final” o tal vez por lo contrario es la “fase final de la victoria que se aproxima en Nepal”. Hablan de la “línea revisionista establecida por Prachanda/Bhattarai en el PCUN(M)” mientras “suspenden el juicio” y “esperan a ver” si el desenlace de las políticas adoptadas a base de esa línea representan la “derrota definitiva” o “la fase final de la victoria que se aproxima en Nepal”. En realidad, lo que hace falta desde el punto de vista del comunismo y el internacionalismo es luchar porque los camaradas en Nepal (así como los comunistas en todo el mundo) repudien y critiquen a fondo la línea revisionista adoptada por el PCUN(M) en 2005, como lo ha hecho el PCR, EU, desde entonces. En cambio, el proceder del PCm-Italia y el PCA(M) en este asunto de tanta importancia para el MRI, el movimiento comunista internacional, y el pueblo de Nepal es otra indicación de la falta de principios de su proyecto de organización internacional “MLM”.[67]

Aún más importante y más indignante, tildan de “revisionista” a la nueva síntesis de Bob Avakian y tratan de escindir el MRI, llamando públicamente a crear otra organización internacional, sin haber entrado a criticar el contenido de la nueva síntesis.

Esto es completamente opuesto al método comunista que se debe aplicar frente a discrepancias de línea en un partido comunista u organización comunista internacional. Con el correcto método comunista, se analiza a fondo la otra posición, se muestra con argumentos en qué sentido no corresponde a la realidad y el avance hacia el comunismo y se lucha, sobre esa base, por unir a todos los que puedan unirse en torno a una línea más correcta. Sólo a base de una crítica razonada y una lucha de principios es correcto caracterizar a otra posición como revisionista y sólo al haber llevado la lucha de dos líneas hasta el fin es apropiado tomar medidas organizativas, si se ha comprobado que la otra línea de hecho se contrapone al avance revolucionario y sus partidarios no pueden ser ganados. Es crucial proceder de esta forma porque sólo así se clarifica un entendimiento más correcto de los problemas objetivos que la otra posición trata erróneamente y sólo así se une a todos los posibles en torno a una línea correcta. Este es el método aplicado, por ejemplo, en la lucha de Marx con los anarquistas, la lucha de Lenin con el revisionismo en la Segunda Internacional y la lucha de Mao con el revisionismo de Jruschov y de los seguidores del camino capitalista en China. Es el método que el PCR, EU, y otros lucharon por aplicar a la lucha de dos líneas en el Partido Comunista del Perú, así como en la lucha de líneas más reciente en Nepal. Es el método resumido en los principios de: “Practicar el marxismo y no el revisionismo; trabajar por la unidad y no por la escisión; actuar en forma franca y honrada y no urdir intrigas y maquinaciones“.[68]

Como hemos demostrado a base de analizar los documentos del PCA(M) y otros, los “reorganizadores” no están aplicando el marxismo y como consecuencia trabajan por la escisión del MRI y recurren a las descalificaciones personales, chismes y rumores que llenan las páginas de Maoist Road/Vía Maoísta en vez de desarrollar la lucha de dos líneas sobre las cuestiones claves abordados por la nueva síntesis. Son métodos muy dañinos carentes de principios que deben ser criticados y repudiados por todo comunista, independientemente de la posición que tenga sobre la nueva síntesis de Bob Avakian.

Para colmo, al intentar escindir el MRI, tratan de echarle a Avakian la culpa por la “crisis y colapso” del MRI. La actual crisis del MRI no ha sido provocada por la nueva síntesis de Bob Avakian. Surge por la lucha de líneas frente a los problemas objetivos en la lucha de clases y en particular por la negativa de las líneas opuestas a la nueva síntesis a entablar un debate de principios sobre esos problemas.

Ocurre en el contexto de la necesidad objetiva de desarrollar la teoría y la práctica comunistas frente a la restauración del capitalismo, el fin de la primera etapa, nuevas condiciones y las exigencias de la nueva etapa de la revolución comunista. La tendencia dogmática, reflejada por ejemplo en las posiciones del PCA(M) o en otra forma en algunas de las formulaciones del “Pensamiento Gonzalo” que hemos examinado aquí, niega que exista esta necesidad objetiva, refugiándose en una versión tergiversada del “marxismo-leninismo-maoísmo” que ignora o tergiversa la contribución más grande de Mao y desecha la esencia revolucionaria y científica del comunismo. Otros, como la línea al mando del PCUN(M), en nombre de las nuevas condiciones, en esencia atacan y desechan toda la experiencia anterior del socialismo como principalmente negativa, presentando la teoría democrática de la burguesía del siglo 18 como el nuevo comunismo del siglo 21.

Estas tendencias abigarradas y erróneas han encontrado un punto de “unidad” en oponerse a la nueva síntesis de Bob Avakian, que sí se ha puesto a la altura de la necesidad objetiva de desarrollar más la teoría comunista y ha forjado un nuevo marco teórico del comunismo que fortalece sus fundamentos científicos. El problema no estriba simplemente en su oposición a lo que objetivamente representa una gran esperanza para las masas oprimidas y la revolución comunista en todo el mundo, sino en su negativa a debatir y argumentar seriamente su oposición, así como los métodos de tergiversación, intriga y escisión que han empleado. Si nos hemos ocupado aquí sobre todo de las posiciones del PCA(M), no es porque son el peor ejemplo de esto, sino precisamente porque por lo menos han respondido con algo, aunque no entran a criticar el contenido de la nueva síntesis. En vez de llevar la lucha de dos líneas hasta el fin, estas fuerzas han preferido tratar de liquidar y escindir sin más trámite el MRI y formar otra organización sin especificar siquiera su base de unidad ideológica y política más allá de un supuesto “marxismo-leninismo maoísmo” que trata de conciliar posiciones contrarias sobre el socialismo, el estado, la guerra popular y otras cuestiones.

11. ¿Ciencia o pragmatismo?

Aunque estas fuerzas intentan evitar tomar una posición consecuente sobre las grandes cuestiones planteadas por el fin de una etapa y el comienzo de otra, todos las tenemos que enfrentar, son ineludibles, son parte de la situación objetiva que enfrentamos.

Basta con salir a hablar con la gente del comunismo para darse cuenta del desencanto o rechazo al comunismo de parte de mucha gente, incluso mucha gente progresista y revolucionaria, por la ofensiva anticomunista del enemigo aprovechando el hecho material de que las primeras experiencias socialistas fueron finalmente derrotadas. No se podrá combatir con la verdad y con éxito esa ofensiva anticomunista sin resumir profundamente las lecciones de la primera etapa, pero de aún más importancia que eso, sin las respuestas adecuadas a estas cuestiones profundas de la revolución proletaria, no se va a poder salir de este sistema reaccionario.

Los organizadores de esta nueva organización internacional “comunista” se imaginan que podrán evitar estos problemas espinosos por medio de jalar a la gente con la “fuerza material” del movimiento, haciendo alarde de sus “éxitos prácticos” reales o imaginarios. En su visión, expresada tan francamente por la cita arriba del PCm-Italia, lo importante es tener “fuerza material”, jalar a la gente, no importa para cuál línea ni cuál meta. Es de inmensa importancia desarrollar fuerza material y ganar a toda la gente posible para una línea que realmente puede resolver los problemas objetivos de cómo avanzar la revolución comunista mundial. Jalar a la gente para una organización que no tiene ni ve necesario desarrollar soluciones verdaderas a estos problemas a nivel de teoría es, independientemente de las intenciones subjetivas de quien lo haga, un engaño cruel, que promete emancipación pero no podrá salir de los confines sofocantes de este sistema opresivo.

Esta unidad sin principios, la idea de que se puede esquivar la necesidad de encontrar soluciones a los problemas planteados por la primera etapa de la revolución comunista y el afán de jalar gente por la “fuerza material” real o imaginaria del movimiento son expresiones del pragmatismo, la filosofía burguesa que dice que lo que importa es lo que “funcione”, lo que dé resultados prácticos inmediatos aparentemente favorables, no importa entender más profundamente por qué ni para qué. O como decía el arquitecto de la restauración capitalista en China, Teng Siao-ping, gato negro, gato blanco, no importa con tal de que cace ratones, o sea, capitalismo, socialismo, no importa con tal de que nos dé crecimiento económico y otros resultados. O como dicen por aquí “a ver cuál es chicle y pega”.

El pragmatismo es una filosofía apropiada para la burguesía, y uno escucha a sus representantes alabando a unos por su “pragmatismo” y criticando a otros por su “falta de pragmatismo”. Corresponde o tiene una base material en la naturaleza del mercado capitalista, en que reina la anarquía. Los capitalistas, al llevar sus mercancías al mercado, no pueden estar seguros qué vaya a pasar, y hasta los más grandes pueden caer en la bancarrota. Aunque realizan ciertos estudios del mercado y cosas por el estilo, un entendimiento profundo y científico de la esencia del capitalismo no es lo que les hace falta para sus propósitos: más bien necesitan ver “qué funciona”, o sea, qué es lo que rinde una ganancia. Es una filosofía cortoplacista que, como el mercado capitalista, privilegia sobre todo los resultados inmediatos: con tal de que saquen ganancias y la economía crezca, no importa que el tipo de crecimiento esté calentando la Tierra y llevándonos hacia un desastre planetario.

El pragmatismo no nos lleva a la verdad. Por ejemplo, desarrollaron a mediados del siglo pasado una droga llamada talidomida, que “funcionaba”: ayudaba a conciliar el sueño y a tratar las nauseas en mujeres embarazadas y los ensayos no mostraron ninguna toxicidad en la gente que la tomaba, incluso a dosis altas. ¡Funciona! Se aprobó, se vendió a mucha gente… y sólo después se descubrió la tragedia humana de miles de bebés que nacieron con deformaciones. Se contentó con ver los resultados inmediatos “exitosos” y no se entró a la esencia del problema para poder entender que drogas que no son tóxicas para los adultos pueden provocar deformaciones en los fetos.

El pragmatismo en el movimiento comunista, insistimos, es un cruel engaño, porque se jala y se entusiasma a la gente con resultados inmediatos reales o imaginarios supuestamente para su emancipación y, sin ciencia, como con la talidomida, solamente se da cuenta de los resultados trágicos después, cuando ya es demasiado tarde. De nuevo, ahí está el ejemplo de Vietnam (y también Cuba y Nicaragua) de lo que pasa con la línea pragmática de soslayar las cuestiones de principios, incluida la necesidad de distinguir entre el capitalismo y el socialismo, en nombre del “avance práctico”. Y ahí está el “éxito” del PCUN(M) de administrar el Estado reaccionario a base de hacer caso omiso del “abecé del marxismo” en nombre de “tácticas” exitosas. En todos estos casos, es un cruel engaño y traición echar a la basura la posibilidad de un mundo completamente nuevo para que supuestos “comunistas” puedan ser parte de suprimir y reprimir a las masas desde el Estado, y eso es “lo máximo” que puede lograr el pragmatismo.

El pragmatismo y la falta de principios característicos de este nuevo proyecto de organización internacional es la continuación del positivismo, pragmatismo y empirismo que el Manifiesto del PCR, EU correctamente analiza es otro rasgo que ambas tendencias erróneas en el movimiento comunista internacional comparten. Se ha argumentado, por ejemplo, que las líneas identificadas con Gonzalo o Prachanda son “correctas” por los avances prácticos en su momento de la guerra popular en el Perú y Nepal, o de que Bob Avakian no puede tener una posición correcta porque no está dirigiendo una guerra popular. Tendríamos entonces que desechar el trabajo de Marx, porque tampoco dirigió una guerra popular y tuvo poca influencia en la Comuna de París, aunque sacó lecciones profundas y científicas de esa experiencia. Y como hemos visto, Gonzalo y el PCP, aunque acertaron en algunas cuestiones de importancia, también propagaron posiciones profundamente equivocadas incluso en el período de avance de la guerra popular en ese país. (Y dicho sea de paso, qué bien que Avakian y el PCR, EU, no están tratando de iniciar la lucha armada en estos momentos en que no existe una situación revolucionaria en Estados Unidos, porque como correctamente insistió Lenin y como se comprobó otra vez en las “acciones armadas” de grupúsculos en varios países imperialistas en los años 60 y 70 del siglo pasado, lanzar la lucha armada cuando no existe situación revolucionaria solamente lleva al aislamiento y destrucción de las fuerzas revolucionarias. La posición del PCR, EU, que está disponible para quien quisiera comentarla en vez de inventarle argumentos absurdos,[69] es, en términos básicos, de hacer todo lo posible para acelerar y prepararse para el surgimiento de una situación revolucionaria, que es lo que constituye la base material para que luego dirijan a las masas en lucha armada revolucionaria hasta destrozar el viejo estado y establecer la dictadura del proletariado).

El pragmatismo que identifica “lo correcto” directa y estrechamente con aparentes éxitos en la práctica inmediata, equivale a “vulgarizar y degradar la teoría, reducirla a una exclusiva ‘guía para la práctica’ en el sentido más estrecho e inmediato, tratarla en esencia como un producto directo de la práctica específica y tratar de poner en pie de igualdad la práctica avanzada (que en sí, sobre todo de parte de estas personas, encierra un elemento de valoración arbitraria y subjetiva) y la teoría supuestamente avanzada. Un punto de vista dialéctico, materialista y comunista científico lleva a entender que la práctica es el punto de partida fundamental y el criterio para corroborar la teoría; pero, a diferencia de estas distorsiones empíricas y estrechas, es importante ver que representa la práctica en el sentido amplio, que abarca la amplia experiencia histórica y social y no meramente la experiencia directa de un individuo, grupo, partido o país específico”.[70]

Con un enfoque empirista se imagina que se desarrolla un marco teórico correcto a base de simplemente resumir la experiencia de la lucha de un partido o país, en vez de reconocer la necesidad de resumir la experiencia histórica e internacional —de la que la experiencia de un partido forma parte, pero sólo una parte— así como de aprender de otras esferas: la filosofía, la ciencia, la cultura y las artes, etc. Con un enfoque positivista se imagina que la práctica concreta nos proporciona directamente una teoría correcta, sin reconocer la necesidad de un salto cualitativo al conocimiento racional a base de abarcar y sintetizar, sacar lecciones, otra vez no sólo de la práctica concreta, inmediata sino entendiendo ésta en el contexto de su interpenetración y relación con la amplia experiencia histórica y social y la teoría desarrollada sobre esa base. Con el enfoque empirista y positivista, es como si uno se propusiera construir grandes edificios a base de simplemente resumir su propia experiencia de construirlos, sin tomar en cuenta la más amplia experiencia sintetizada en los principios de ingeniería y arquitectura, el estudio de los suelos, los terremotos y huracanes, etc.

El PCA(M) nos da un buen ejemplo de este estrecho enfoque empirista y positivista al argumentar en contra del supuesto “absolutismo del papel de la teoría” del Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta) y del PCR, EU, que: “Claramente, el punto más alto en la progresión de la revolución comunista en los tiempos de Marx, la Comuna de París, no tenía una deuda con el marco teórico que le planteó Marx. De hecho, los marxistas no tenían un papel claro en iniciar y dirigir la Comuna de París. Al contrario, la progresión teórica de Marx y, en particular, la teoría de la dictadura proletaria, tuvo una gran deuda con la práctica revolucionaria de la Comuna de París, y Marx, al resumir esta práctica, desarrolló la Dictadura del Proletariado y la construyó y la estructuró dentro del marxismo”.[71]

Hablan como si Marx sólo hubiera planteado (y sólo pudiera haber desarrollado) la teoría de la dictadura del proletariado una vez que se tuviera la práctica de la Comuna de París, lo que es falso. Basta con observar que la cita reproducida arriba sobre “la dictadura de clase del proletariado como punto necesario de transición” para acabar con las cuatro todas viene de Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, publicado en 1850, o sea, dos décadas antes de la Comuna de París, lo que demuestra que, si bien Marx sacó nuevas lecciones importantes de la Comuna, un método científico, aprendiendo de toda la diversidad de la práctica social, puede y debe en cierto sentido “adelantarse” a la práctica revolucionaria, y plantear y guiar la lucha por cosas que todavía no se han realizado en la práctica (y si no fuera así, no podría haber una teoría comunista, ya que nadie ha vivido el futuro comunismo). Marx pudo plantear correcta y científicamente la necesidad de la dictadura del proletariado antes de que tal dictadura existiera en la práctica, precisamente por no contentarse con un estrecho resumen empirista de la práctica de la lucha inmediata en uno u otro país. Llegó a este entendimiento como parte de establecer por primera vez un marco teórico científico para entender el desarrollo y la transformación revolucionaria de la sociedad. Esto lo desarrolló a base de un estudio y análisis profundo de la filosofía, la economía política, la lucha de clases y el desarrollo social. El argumento del PCA(M), en cambio, es la idea pragmática, empírica y positivista de tratar la teoría “en esencia como un producto directo de la práctica específica” y de rechazar la necesidad de que la revolución sea guiada por la teoría científica más avanzada desarrollada a partir de la más amplia práctica social (y no sólo la práctica inmediata de un partido determinado) y del conocimiento humano en diversas esferas.

Tal método tiene consecuencias nefastas. Precisamente una de las razones de la pronta derrota de la Comuna fue el hecho de que carecía de una dirección marxista, se desarrollaba al margen de bregar con la teoría revolucionaria más avanzada de la época, y esto es lo que el PCA(M) nos aconseja hacer otra vez, esperando a que la práctica inmediata nos dé las respuestas a los grandes interrogantes planteados por el fin de una etapa y el comienzo de otra, con su cuento falso de cómo se desarrolló la teoría de la dictadura del proletariado. No debemos repetir ahora en otra forma el lado negativo de la Comuna que contribuyó a su pronta derrota; al contrario debemos luchar porque la teoría científica del comunismo como se ha desarrollado hasta ahora con la nueva síntesis guíe la práctica revolucionaria y siga desarrollándose, y no el pragmatismo y empirismo que nos aconsejan.

12. ¿Basarse en la realidad objetiva o inventar una “realidad” a gusto?

Hemos repetido varias veces la frase “éxitos reales o imaginarios” a propósito, porque, además del pragmatismo, otra cosa que comparten las tendencias opuestas a la nueva síntesis es el instrumentalismo, que es además una herencia muy nociva del movimiento comunista internacional del pasado. El instrumentalismo es el método de “hacer de la realidad un ‘instrumento’ de nuestros objetivos, de distorsionarla al servicio de nuestros fines, y de la ‘verdad política’”.[72]

Esto se ve en los documentos del 1 de mayo de 2011 y 2012 ya citados que nos pintan un bonito panorama en que “es cada vez más claro que la revolución es la tendencia principal en el mundo”,[73] en que guerras populares avanzan en varios países, en que las rebeliones en los países árabes han “abierto el camino a nuevas revoluciones antimperialistas, antisionistas, antifeudales y de nueva democracia”, constituyendo “un nuevo frente en la batalla entre el imperialismo y los pueblos. Se unen con los ya existentes en Irak, Afganistán y Palestina…” “Las emocionantes revueltas de la juventud proletaria… conmocionan las ciudades imperialistas…” y así por el estilo.[74]

El método instrumentalista detrás de este tipo de “análisis” es de resaltar y exagerar los aspectos positivos de la situación y omitir o minimizar los aspectos negativos, creando una supuesta “realidad” acorde con los deseos y objetivos de los autores, que a su vez, se espera, pueda motivar a la gente a actuar de acuerdo con esos deseos y objetivos. Pueden o no tener “éxito” en motivar a alguna gente con su realidad color de rosa, pero no se va a lograr ninguna revolución comunista con semejante método instrumentalista y subjetivista.

No nos detenemos en los detalles, pero invitamos a la lectora o el lector a comparar la idea de que las rebeliones árabes han “abierto el camino” a la revolución de nueva democracia con el mensaje de Avakian sobre Egipto que, si bien alaba los aspectos muy positivos de esa rebelión y da su “sentido apoyo y ánimo a los millones de personas que se han levantado”, también señala la necesidad de una vanguardia comunista guiada por la teoría más avanzada, sin la cual la perspectiva es de simplemente sustituir un régimen por otro y permanecer “en el marco general de la dominación y explotación imperialista global”.[75] O a comparar la representación unilateral del significado de las rebeliones recientes en los países imperialistas con lo que Avakian ha escrito sobre el movimiento “ocupa”, en que otra vez da la bienvenida al aspecto principalmente positivo de estas luchas, a la vez que critica la idea de movimiento “horizontal” que tiene fuerte influencia en muchos de estos movimientos y que niega la necesidad de dirección.[76]

Al calificar la situación en Irak y Afganistán como un “frente en la batalla entre el imperialismo y los pueblos” el enfoque instrumentalista pasa por alto el problema de que gran parte de las fuerzas en el campo de batalla son fuerzas islámicas fundamentalistas reaccionarias (que incluyen por ejemplo a Al Qaeda y al Talibán) que no representan los intereses de la lucha popular contra el imperialismo. Más bien lo que vemos en la contienda entre la jihad y la agresión imperialista “son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos”.[77]

El colmo del instrumentalismo es cuando nos dicen que “La guerra popular en el Perú, iniciada bajo la dirección del Partido Comunista del Perú dirigido por el presidente Gonzalo sigue siendo un faro ideológico y estratégico para todo el movimiento comunista internacional”. Por una parte, combinan dos en uno en la relación entre teoría y práctica: un “faro ideológico” necesariamente tendría que ser una ideología, y ya hemos analizado algunos de los aspectos en que la ideología del “Pensamiento Gonzalo”, incluso antes de que Gonzalo llamara por los acuerdos de paz, se desviaba de la realidad. Por otra parte, al identificar la “guerra popular” como un “faro ideológico”, evaden el incómodo problema de la situación actual en el Perú, en que, después de la detención de Gonzalo y del llamado a luchar por acuerdos de paz y por una “retirada estratégica” prolongada, la mayor parte de las fuerzas revolucionarias han quedado derrotadas o desmoralizadas, y los pocos reductos que siguen con alguna forma de lucha armada están divididos en facciones rivales, algunas de las cuales también llaman por un acuerdo de paz. Como ya hemos notado, la línea de denunciar el llamado por los acuerdos de paz como una simple “patraña”, en vez de criticar y refutar el contenido de la línea revisionista que los propuso, dejó desarmados política e ideológicamente al partido y a las masas y contribuyó a este desenlace. Fue precisamente en ese contexto que algunos en el MRI avanzaron el argumento instrumentalista de que, independientemente de los hechos materiales, la “verdad política” era que Gonzalo no estaba detrás del llamado por los acuerdos de paz. O sea, en términos más francos, se debe proclamar como “verdad” lo que sería más conveniente para nuestros objetivos revolucionarios, aunque no corresponda a los hechos materiales.

No se van a resolver los complejos problemas de la transición histórico-mundial del sistema capitalista-imperialista mundial al comunismo mundial inventando e intentando “imponer” una realidad más a nuestro gusto, sino por medio de esforzarnos para hacer corresponder nuestras ideas al mundo material contradictorio, captando el movimiento y desarrollo de las profundas contradicciones bajo la superficie de los sucesos en un momento dado, y captando tanto los aspectos favorables como los problemas, tanto los aciertos como los errores, y no evitando ni tapando los hechos desagradables de los errores del movimiento comunista internacional. Como recalca Avakian “La dinámica de ‘verdades vergonzosas’ en parte nos puede hacer avanzar; puede suscitar fermento que nos estimule a captar la realidad. He aquí la objetividad científica. Si nos adentramos lo suficiente en las contradicciones que se plantean ahora, nos damos cuenta de que su resolución podría llevar a una nueva época, y es bueno desatar una dinámica en que nos enseñe nuestras deficiencias. No digo que dejemos que los errores abrumen todo lo que estamos tratando de hacer, pero en un sentido estratégico [debemos] estar muy receptivos a esto y no tratar de controlarlo demasiado —queremos eso, ese estire y afloje”.[78]

Según el “optimismo oficial” de estos enfoques instrumentalistas, cualquier reconocimiento de las dificultades en la situación objetiva (por ejemplo, hablar de la derrota del socialismo y sus causas), es “pesimismo” y “revisionismo”. Con este punto de vista, reconocer que algo es difícil equivale a pensar que es imposible (como la confusión citada anteriormente del PCA(M) entre el fin de una etapa en la revolución comunista y el fin de la revolución comunista). ¿Por qué el movimiento comunista debe fingir que la transformación histórico-mundial que es urgente, necesaria y posible también es relativamente fácil, que marchamos siempre adelante en línea recta, que la revolución siempre es la tendencia principal, que las masas siempre están prestas y que la única cuestión es la voluntad y determinación de los comunistas? Al contrario, esta transformación histórico-mundial “solo puede darse a partir de las condiciones materiales concretas y las contradicciones que las caracterizan, que abren esta posibilidad, pero que también contienen obstáculos a la realización de esta transformación social radical; y requiere que se entienda y se trate de manera científica esta dinámica contradictoria —y que dirija un grupo organizado de personas sustentado en este método y enfoque científicos— para llevar a cabo la lucha compleja y ardua por lograr esta transformación por medio del avance hacia el comunismo en todo el mundo”.[79]

13. ¿Nacionalismo o internacionalismo?

En el transcurso de este escrito hemos señalado varios aspectos comunes y compartidos entre las tendencias dogmáticas y las más abiertamente democrático-burguesas opuestas a la nueva síntesis: rechazan la necesidad apremiante de resumir científicamente las experiencias del socialismo y la etapa anterior de la revolución comunista en general, pasan por alto cualquier consideración seria de la teoría de Mao de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, reducen el “maoísmo“ a una mera receta para la lucha armada, se atascan en uno u otro modelo del pasado y aplican un método pragmático e instrumentalista.

Otro denominador común es el nacionalismo. Como ya hemos señalado, además del pragmatismo, en el pasado y ahora, el nacionalismo es otra fuente de la negativa a bregar con los problemas de la transición socialista al comunismo característica de estas tendencias. En los países oprimidos en particular, la práctica ha demostrado que dos tipos de revoluciones y movimientos revolucionarios son posibles todavía en la época del imperialismo: revoluciones y movimientos revolucionarios que no salen del sistema capitalista mundial (revoluciones democrático-burguesas de viejo tipo, para utilizar el término de Mao) y la revolución de nueva democracia que rompe con el sistema capitalista-imperialista mundial, lleva a la transición socialista y es parte de la revolución comunista mundial. Como es sabido, la revolución china fue un ejemplo del segundo tipo. Aunque muy distintas entre sí, las revoluciones en Vietnam, Cuba y Nicaragua resultaron ser revoluciones del primer tipo, revoluciones populares justas que había que apoyar en su momento, pero que no salieron del marco del sistema capitalista-imperialista mundial y por lo tanto finalmente no lograron liberar el país de la dominación imperialista, mucho menos emprender la transición socialista hacia el comunismo.

Lo que marca la diferencia entre un tipo y otro, como ilustran los ejemplos citados, no es si las fuerzas dirigentes se dicen comunistas sino si efectivamente dirigen esta primera etapa de la revolución como una parte subordinada de la revolución comunista mundial encaminada a abolir las cuatro todas en todo el globo terrestre. Una línea que no distingue entre el capitalismo de estado y el socialismo, entre el revisionismo y el comunismo revolucionario, que considera que los problemas de la transición al comunismo pueden posponerse hasta después de la toma del poder, acabará en el revisionismo que aborta la revolución proletaria, como en Vietnam. Si no se está bregando con la transición histórico-mundial del sistema capitalista-imperialista mundial al comunismo mundial, no se pasa de una posición nacionalista revolucionaria reducida a la meta de lograr la liberación de “mi país” como un fin en sí mismo (que irónicamente, en la época imperialista, ni puede lograr eso).

Este es el problema (además del pragmatismo y el instrumentalismo) con toda la bulla por parte de los organizadores de la nueva organización internacional sobre “guerra popular” aislada de y como sustituto de tratar los problemas de la transición socialista. Francamente, como han demostrado de sobra varias fuerzas burguesas y revisionistas, lucha armada aislada de u opuesta a la meta del comunismo no es guerra popular y a fin de cuentas no va a liberar a nadie.

Esto también es el problema con la formulación del Partido Comunista del Perú y otros de que “Lo fundamental del maoísmo es el Poder”.[80] Es completamente cierto que “salvo el Poder todo es ilusión” y, como dice Avakian, “Es correcto querer el poder estatal. Es necesario querer el poder estatal. El poder estatal es algo bueno —es algo excelente— en manos de las personas debidas, de la clase debida, al servicio de las metas debidas: superar la explotación, la opresión y la desigualdad social, y forjar un mundo, un mundo comunista, en que los seres humanos puedan desarrollarse más y mejor que nunca antes”.[81]

Sin embargo, si se toma el Poder como lo fundamental del “maoísmo” (y aún más si se concibe toda la ciencia del comunismo como “principalmente maoísmo”, en otra formulación equivocada del PCP), no solamente se niega la contribución más grande de Mao, la teoría de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado, sino que también lleva a ubicar la meta final de la lucha como la toma y el ejercicio del Poder en vez del comunismo, en que no existirá un Poder estatal, lo que refleja objetivamente, sobre todo en los países oprimidos, una desviación hacia el nacionalismo revolucionario que ve la necesidad de combatir el imperialismo pero no la necesidad de llegar a la abolición de las clases.[82]

El PCA(M) acusa a la “síntesis de Bob Avakian” y al PCR, EU, de una “estrecha visión nacionalista y de supremacía” por propagar su Manifiesto sintetizando su punto de vista respecto a los fundamentos del comunismo y la nueva síntesis y analizando la lucha de dos líneas en el movimiento comunista internacional, en vez de limitarse a hablar del MRI y su Declaración en una situación caracterizada por el mismo PCA(M) y otros como de “crisis y colapso” del MRI, y por no dedicar más páginas al MRI en el Manifiesto.[83] La “estrecha visión nacionalista” más bien corresponde a los que frente a una propuesta de cómo avanzar más y mejor la revolución comunista presentada para comentario y debate no responden a su contenido sino que encuentran en el acto mismo de hacer una propuesta y presentarla para el debate un acto de “supremacía”, hegemonismo, “total desprecio… de la existencia y el esfuerzo del MRI”, etc. ¡Si me haces una propuesta, estás ejerciendo “supremacía” sobre mí y mostrando “total desprecio” hacia mí! ¡Vaya internacionalismo ese! ¡Vaya preocupación por la emancipación de la humanidad!

Si se busca la emancipación de la humanidad, y se entiende que eso requiere conocer el mundo como realmente es, es de gran interés cualquier propuesta seria. Si se está enfrascado en el pasado, en el dogmatismo y el nacionalismo, se encuentra en el mero acto de hacer una propuesta que contradice ese dogma un acto de “supremacía”.

Lejos de una “estrecha visión nacionalista”, la nueva síntesis del camarada Avakian ha fundamentado aún más la base material y filosófica del internacionalismo al analizar “por qué, en un sentido fundamental y general, la arena mundial es la más decisiva, incluso respecto a la revolución en un país específico, sobre todo en esta época del imperialismo capitalista en tanto sistema mundial de explotación, y cómo hay que incorporar esa orientación en la manera de hacer la revolución en países específicos y a nivel mundial”,[84] al criticar desviaciones nacionalistas de subordinar la revolución mundial a la defensa del país socialista y al insistir que el internacionalismo no es algo que el proletariado de un país extiende a otro sino que parte, en las palabras de Lenin, “de mi contribución en la preparación, en la propaganda y en la aceleración de la revolución proletaria internacional”.

¿En qué consiste el internacionalismo y en qué consiste el nacionalismo? ¿En dedicar recursos y esfuerzos que le hacían mucha falta, como hizo el PCR, EU, para impulsar la creación y desarrollo del MRI o en mantenerse al margen para luego lanzar acusaciones de “hegemonismo”? ¿En impulsar, frente a la detención, la campaña de “Mover cielo y tierra para defender la vida del Presidente Gonzalo” y frente a la propuesta de “acuerdos de paz” un año después, luchar por cumplir con el deber internacionalista del MRI de analizar la situación y la lucha de dos líneas para llegar a conclusiones científicas, o en insistir que tal análisis era asunto solamente de gente en el Perú y/o aferrarse a la “verdad política” de que Gonzalo no tenía nada que ver con la línea oportunista plasmada en Asumir y otros documentos a pesar de la evidencia creciente al contrario? ¿En desarrollar una crítica comunista de la línea oportunista en el Perú o seguir a la cola de la posición simplista de denunciarla como “patraña” y limitar la crítica a epítetos como “vómito negro” que robó al PCP y las masas de un análisis científico de la situación difícil y cómo enfrentarla? ¿En criticar a base de principios y argumentación razonada el viraje revisionista de la línea del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) desde el principio de su adopción o en no asumir una clara posición de principios al respecto? ¿En insistir en debate para llegar a un resumen científico de las lecciones de las importantes experiencias de guerra popular en el Perú y en Nepal o en brincar de promover una u otra lucha según cálculos estrechos de los beneficios de prestigio y “fuerza material” sin jamás resumir nada científicamente? Por último, es una muestra de la firme orientación internacionalista de Avakian que no solamente ha reconocido la necesidad de desarrollar más la teoría comunista a fin de avanzar la revolución comunista en esta nueva etapa, no solamente ha llamado repetidamente a que otros contribuyan al mismo esfuerzo, sino que no vaciló y no sacrificó estas necesidades para la lucha emancipadora, anteponiendo estrechos intereses de grupo de mantener “buenas relaciones” en el MRI, cuando otros se dedicaron a atacarlo despiadadamente y personalmente y a poner en claro que no iban a tolerar siquiera que se debatieran esta cuestiones.

Camaradas,

Estamos inmersos en una lucha de dos líneas en el movimiento comunista internacional sobre el camino adelante para la revolución comunista mundial y la emancipación de la humanidad. El PCR, EU, ha sido bastante franco en describir, en su Manifiesto, la profunda lucha en sus propias filas en contra del revisionismo. En la Organización Comunista Revolucionaria, México, como ya hemos mencionado, también hemos pasado por una aguda lucha, principalmente con las tendencias dogmáticas de aferrarnos de manera religiosa a la experiencia, teoría y métodos del movimiento comunista del siglo pasado, que se oponen a bregar con las nuevas y profundas contribuciones de la nueva síntesis de Bob Avakian. Como otros partidarios de la nueva síntesis en el movimiento comunista internacional, seguimos dando la bienvenida a toda crítica razonada, seguimos bregando con la nueva síntesis y vemos claramente que falta mucho por hacer. Hacen falta las contribuciones de muchos más en desarrollar la teoría y la práctica del comunismo que son necesarias para poder dirigir acertadamente la nueva etapa de la revolución comunista mundial.

La unidad sin principios con las posiciones dogmáticas y las más abiertamente democrático-burguesas que hemos esbozado aquí sólo puede llevar a quedar como residuo del pasado y peor, como una puñalada en la espalda a las masas que requieren urgentemente la revolución comunista para liberarse de este sistema de horrores. El camino a esa emancipación requiere una ruptura con estas tendencias erróneas en nuestro propio pensar y en el movimiento comunista en general, requiere llevar la lucha de dos líneas hasta el final, bregando seria y críticamente con la nueva síntesis del comunismo y su aplicación a la práctica revolucionaria en todas partes, y construyendo sobre esa base la vanguardia del futuro, en cada país y a nivel mundial, a la altura de los desafíos de la nueva etapa de la revolución comunista y la posibilidad y necesidad de lograr nuevos e históricos avances en la lucha por el comunismo mundial y la emancipación de la humanidad. ❑

—Mayo de 2012

  1.  El comunismo: el comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, RCP Publications, 2009, reimpreso por Editorial Flor de la Sierra, Capítulo 5, p. 30. De aquí en adelante Manifiesto del PCR, EU. Es un documento imprescindible para un breve resumen de aspectos claves de la nueva síntesis y para entender la lucha actual en el movimiento comunista internacional. Este y otros documentos del PCR están disponibles gratuitamente en su sitio Web: revcom.us.

  2.  “Nuestra posición sobre la nueva línea del Partido Comunista Revolucionario de E.U.A. en su Manifiesto y Constitución”, traducción al español en Semanario Revolución Obrera, 16 de Noviembre de 2010, p. 12, 11. Y “The Communist Party of Iran (MLM) has fallen into the lost road of ‘post MLM’” (en español: “El Partido Comunista de Irán (MLM) ha caído en el camino perdido de ‘post-MLM’”), en Maoist Road/Vía Maoísta No. 1, junio de 2011, de la cual no hemos encontrado una edición en español, así que todas las citas del artículo son nuestra traducción del inglés.

  3.  Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, RCP Publications, 2009, p. 42. Una formulación semejante se encuentra en el Manifiesto del PCR, EU en p. 18.

  4.  Avakian, Bob, “El fin de una etapa – el comienzo de una nueva etapa”, Revolución, Otoño de 1990, p. 8: “Cuando hablo de ‘etapa’ en este contexto, no me refiero a una nueva época histórica en el mismo sentido en que Stalin caracterizó la presente época como la del imperialismo y la revolución proletaria…Tampoco me refiero a las etapas del desarrollo de nuestra ciencia revolucionaria”.

  5.  Maoist Road/Vía Maoísta, op. cit., p. 43

  6.  Ibídem, p. 44.

  7.  Mao Tsetung, “Sobre la contradicción”, Obras escogidas, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1971, Tomo I, p. 348. Véase pp. 347-348 para la explicación completa de Mao sobre el análisis de las etapas en un proceso complejo.

  8.  Maoist Road/Vía Maoísta, op. cit., p. 45, nuestra traducción.

  9.  El Movimiento Revolucionario Internacionalista fue formado en 1984 como reagrupamiento de partidos y organizaciones comunistas sobre la base del marxismo-leninismo-maoísmo (llamado entonces Pensamiento Mao Tsetung) después de la restauración del capitalismo en China en 1976.

  10.  Maoist Road/Vía Maoísta, op. cit., p. 48, nuestra traducción.

  11.  “Nuestra posición”, op. cit., p. 40.

  12.  Cabe enfatizar “algunas”, ya que las formulaciones de la teoría de Mao de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado brillan por su ausencia en las proclamaciones del PCA(M) y otros incluso cuando llaman por una nueva organización comunista internacional.

  13.  Constitución del PCR, EU, pp. 42-43.

  14.  Manifiesto del PCR, EU, op. cit., p. 26.

  15.  Al contrario, condena su supuesto “humanismo” sin dar ningún ejemplo y nos ofrece supuestos “argumentos” como cuántas veces se mencionan los nombres de Marx, Lenin y Mao en una parte de los documentos que comentan (sin informar a la lectora o lector incauto que se mencionan una multiplicidad de veces en el apéndice del mismo documento) o afirma sin ninguna base que hablar de un “nuevo marco teórico” o “nueva síntesis” necesariamente significa que Marx, Lenin y Mao ya no son considerados relevantes.

  16.  Véase la sección “Marxismo como ciencia — Refutación de Karl Popper” en Bob Avakian, Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, disponible en revcom.us, o en el folleto Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos, p. 18-31.

  17.  Lejos de estar “decidido a borrar todo desarrollo pasado”, como se imagina el PCA(M), Avakian y el PCR, EU, han enfatizado que la defensa y popularización de los logros socialistas del pasado es un aspecto importante de la lucha ideológica entre las masas en contra de la ofensiva anticomunista del enemigo de clase, y han hecho importantes contribuciones en este respecto, a diferencia de muchos supuestos “comunistas” que prefieren pasar por alto estas cuestiones espinosas.

  18.  Véase “Vietnam: Aborto de la revolución”, revista Revolución, octubre-noviembre de 1979.

  19.  Marx, Carlos, de Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, citado en Marx, Engels y Lenin sobre la dictadura del proletariado, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1976, p. 6.

  20.  Lo BAsico de los discursos y escritos de Bob Avakian, RCP Publications, Chicago, 2011, p. 34.

  21.  Ibídem, p. 35.

  22.  Ibídem, p. 68.

  23.  Como señaló correctamente Marx en cuanto a lo que ahora llamamos el socialismo, “De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se haya desarrollado sobre su propia base, sino, por el contrario, de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos los aspectos, en lo económico, lo moral y lo intelectual, los estigmas de la vieja sociedad de cuya entraña procede”. Marx, Engels y Lenin sobre la dictadura del proletariado, op cit, p. 17.

  24.  Manifiesto del PCR, EU, op. cit., p. 32.

  25.  Ibídem.

  26.  No podemos abarcar siquiera un resumen de los principales elementos de esto aquí, para lo cual referimos a la lectora o lector al Manifiesto del PCR, EU, ya citado y a “La nueva concepción de la revolución y el comunismo. ¿Qué es la nueva síntesis de Bob Avakian”, en revcom.us, o en Aurora Roja Nº 14.

  27. Avakian, Bob, Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo, RCP Publications, Chicago, 2005, p. 59.

  28. Avakian ha explorado varios aspectos de la aplicación de esta nueva concepción a la transición socialista (también es aplicable a la lucha bajo el capitalismo) que solamente podemos mencionar brevemente aquí, como alentar la crítica y disentimiento, incluida la crítica al partido comunista y sus dirigentes, permitir la publicación incluso de algunos libros reaccionarios como objeto de crítica y debate, la crítica al concepto de una “ideología oficial” en el socialismo, ejercer la dirección comunista fundamentalmente por medio de lucha ideológica y política y no por medio de acaparar las posiciones de dirección en la nueva sociedad, un mayor papel para elecciones y un estado de derecho socialista, entre otros. Para una visión a la vez concreta e inspiradora de esta nueva sociedad vibrante y liberadora, recomendamos mucho la Constitución para la nueva república socialista en América del Norte (Proyecto de texto) del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, (RCP Publications, Chicago, 2010). Si bien plantea una Constitución específicamente para una república socialista en lo que es ahora Estados Unidos, tiene muchos elementos universales.

  29. “Nuestra posición”, op. cit.

  30. Manifiesto del PCR, EU, op. cit., pp. 26-27.

  31.  Engels, Federico, “Prefacio a la edición inglesa de 1888”, en Marx y Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1965, p. 14.

  32. Lo BAsico, op. cit., p. 33.

  33. “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer y cambiar el mundo”, Obrero Revolucionario Nº 1262, disponible en revcom.us.

  34. Véase por ejemplo, Avakian, Dictadura y democracia, op. cit. p. 7-8.

  35.  Avakian, Bob, La base, las metas y los métodos de la revolución comunista, Primera parte, disponible en revcom.us.

  36.  “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer y cambiar el mundo”, Obrero Revolucionario Nº 1262, disponible en revcom.us.

  37.  “Por la nueva bandera”, Guerra popular en el Perú, El Pensamiento Gonzalo, Recopilación y Edición por Luís Arce Borja, Bruselas, 1989, p. 144. Además de la idea de predeterminación implícita en la formulación de que el desarrollo de la tierra necesariamente lleva al comunismo, la ciencia nos indica que la tierra solamente tiene 4 o 5 mil millones de años de existencia.

  38.  Ya existe bastante evidencia de que Abimael Guzmán/ Presidente Gonzalo efectivamente fue y es el autor de esta línea. Véase “Un serio análisis de la situación de la revolución del Perú y sus necesidades”, Un Mundo Que Ganar, Nº 32.

  39. “Bases de discusión” en Guerra popular en el Perú, El Pensamiento Gonzalo, op. cit. p. 370.

  40.  Chang Chun-chiao, “Acerca de la dictadura omnímoda sobre la burguesía”, Un Mundo Que Ganar, Nº 14, p. 47

  41. Ibídem, pp. 52-53.

  42.  Avakian, Bob, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung, RCP Publications, 1979, Liberation Distributors, 1991, Chicago, pp. 303-304

  43. “Bases de discusión”, op. cit., p. 313.

  44. Mao, citado en Las contribuciones inmortales de Mao, op. cit. p. 151.

  45. “Bases de discusión”, op. cit., p. 370.

  46. Ibídem, p. 310.

  47. Ibídem, p. 369.

  48.  Avakian, Bob, “El ‘paracaídas’” en La base, las metas y los métodos de la revolución comunista, disponible en revcom.us.

  49. “Carta del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) al Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos” del 1 de julio de 2006, disponible en revcom.us. El Partido Comunista de Nepal (Maoísta) posteriormente cambió su nombre al Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) al unificarse con Mashal, un agrupamiento que anteriormente habían identificado correctamente como revisionista.

  50. Bhattarai, Baburam, “The Question of Building a New Type of State” [“La cuestión de construir un Estado de nuevo tipo”], The Worker Nº 9, febrero de 2004. p. 34, nuestra traducción. Este artículo publicado en el órgano oficial del partido desarrolló varias de las tesis revisionistas adoptadas por el partido en 2005.

  51.  Lenin, ¿Qué hacer?, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975, p. 9

  52. “Carta”, op. cit.

  53. Avakian, Bob, “Democracia: ¡Más que nunca podemos y debemos lograr algo mejor!”, Un Mundo Qué Ganar, Nº 17, p. 64.

  54. Citado en Manifiesto del PCR, EU, op. cit., nota 15, p. 49.

  55. Ibídem, p. 33.

  56.  Estas cartas están disponibles en revcom.us con el título de “Sobre lo que pasa en Nepal y lo que está en juego para el movimiento comunista. Cartas del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, al Partido Comunista de Nepal (Maoísta), 2005-2008, (con una respuesta del PCN(M), 2006).

  57. Ibídem, Carta del PCR, EU, del 19 de marzo de 2008. Favor de ver el original para los pies de página del texto citado.

  58.  Mao Tsetung, “Sobre las negociaciones de Chungching”, Obras escogidas, Tomo IV, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1971, p. 54.

  59. Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán)/UCIS, “¡Se justifica la rebelión!”, Un Mundo Que Ganar, Nº 21. La UCIS posteriormente jugó un papel clave en la formación del actual Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta).

  60. Manifiesto del PCR, EU, op. cit. p. 30.

  61.  “Declaración internacionalista por el 1º mayo del 2011”, en www.kaosenlared.net/noticia/declaracioninternacionalista-1-mayo-2011. Los otros signatarios son el Partido Comunista del Bhután (MLM); Partido Comunista de India (maoísta); Partido Comunista maoísta, Francia; Partido Comunista Revolucionario, Canadá; y Comité de Loita Popular “Manolo Bello”, Galiza- España.

  62. Esto es evidente, por ejemplo, en algunos artículos reimpresos de Nepal en la revista Maoist Road/Vía Maoísta Nº 1 de junio de 2011.

  63. Vía Maoísta, op. cit., p. 34, nuestra traducción.

  64. Lenin, ¿Qué hacer?, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1975, p. 29.

  65. “Resolución Nº 1 – Reunión Especial de partidos del MRI por una Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones mlm del mundo – 1º de Mayo 2012”, disponible en dazibaorojo.com.

  66. Maoist Road/Vía Maoísta, op. cit., p. 44, nuestra traducción.

  67.  Cabe agregar que el PCA(M) también critica como “post-MLM” al Pensamiento Gonzalo en sus artículos, mientras el PCm-Italia se ha presentado como el gran defensor del Pensamiento Gonzalo, que es otra muestra de que este proyecto no se basa en principios más allá de su oposición a la nueva síntesis.

  68.  Mao Tsetung, citado en Documentos del Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista de China, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1973, p. 19.

  69.  Como el “argumento” del PCA(M) en “Nuestra posición”, op. cit., de que el PCR, EU, es “pacifista” porque, según, es vaga su formulación de la necesidad de la lucha armada en su Constitución al decir que “Para tomar el poder, el pueblo revolucionario tiene que enfrentar y derrotar al enemigo” y “En esta lucha por el cambio revolucionario, al pueblo revolucionario y a aquellos que lo dirigen los confrontará la fuerza violenta y represiva de la maquinaria del estado que encarna e impone el sistema existente de explotación y opresión, y para que la lucha revolucionaria triunfe, tendrá que enfrentarse y derrotar esa fuerza violenta y represiva del viejo orden explotador y opresivo”. (Constitución del PCR, EU, p. 10). Es difícil creer que el PCA(M) realmente piense que el PCR, EU, propone “tomar el poder”, “derrotar al enemigo” y “derrotar esa fuerza violenta y represiva” con medios pacíficos, o que eso sea el sentido de otra formulación de la misma Constitución: “La revolución tendría que derrocar la maquinaria estatal de estos capitalistas imperialistas y dar origen a un nuevo poder estatal que sirva los intereses revolucionarios de la clase antes explotada, el proletariado, de emancipar a toda la humanidad — de llevar la sociedad, y el mundo, hacia la abolición de las divisiones de clases y de las relaciones explotadoras y opresivas en conjunto. Este estado revolucionario sería la dictadura del proletariado — un estado que sería radicalmente distinto a todas las formas anteriores del estado”. (p. 5, énfasis en el original). Esta cita también ilustra que es otra tergiversación cuando el PCA(M) dice que existe ““falta de énfasis en el principio de la dictadura del proletariado”” en este documento. Por otra parte, el PCA(M) se queja de que no se mencione la ““insurrección armada en general”, haciendo caso omiso del análisis del PCR, EU, al hablar del probable desarrollo de la lucha armada en ese país cuando surja una situación revolucionaria: “lo que se requeriría, de parte de los revolucionarios en un país imperialista, para tener la posibilidad de ganar, sería librar una lucha más prolongada que la clase de insurrecciones populares que Lenin dirigió en Rusia en 1917”. Uno podría discrepar con esta posición, pero un mínimo de integridad intelectual requeriría por lo menos citar la verdadera posición del PCR, EU, en vez de tergiversarla. Ver “Sobre la posibilidad de la revolución” en Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (p. 85), documento explícitamente citado en el Manifiesto del PCR, EU, (p. 29) que el PCA(M) está comentando. Disponible en revcom.us.

  70. Manifiesto del PCR, EU, op. cit., p. 32

  71. Maoist Road/Vía Maoísta, pp. 47-48, nuestra traducción.

  72. Lo BAsico, op. cit., p. 118.

  73. “Declaración internacionalista por el 1º mayo del 2011”, op. cit.

  74. “Resolución Nº 1”, op. cit.

  75. Avakian, Bob, “Egipto 2011: Millones se han puesto de pie con heroísmo… El futuro está por escribirse”, Revolución No. 225.

  76. Avakian, “Una reflexión sobre el movimiento ‘ocupar’: un comienzo inspirador, y la necesidad de ir más allá”, Revolución No. 251, 27 de noviembre de 2011.

  77. Lo BAsico, op. cit., p. 20-21.

  78. Lo BAsico, op. cit., p. 118-119.

  79. Manifiesto del PCR, EU, p. 11.

  80. “Bases de discusión”, op. cit., p. 313.

  81. Lo BAsico, op. cit., p. 43.

  82. Cabe clarificar que el proletariado puede y debe unirse con fuerzas que representan el nacionalismo revolucionario sin desviarse de la ideología proletaria del internacionalismo hacia el nacionalismo, algo que es complejo y difícil pero necesario para lograr la victoria en la revolución de nueva democracia, romper con el sistema capitalista-imperialista mundial y emprender la transición socialista hacia el comunismo junto con el avance de la revolución comunista en el mundo.

  83. “Nuestra posición”, op. cit.

  84. Manifiesto del PCR, EU, op. cit., p. 26.