Bob Avakian REVOLUCIÓN #137 Unas razones más profundas por las que no existe ninguna versión de Charlie Kirk en la “izquierda” — y por qué el Partido Demócrata no hará, y no podrá hacer lo que hay que hacer para expulsar al régimen fascista de Trump — Segunda parte

21 de septiembre de 2025

El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los mensajes mediáticos de @BobAvakianOfficial

Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN— número 137.

En mi mensaje anterior (número 136), dije claramente que el asesinato de Charlie Kirk estuvo muy mal y en ningún sentido debe justificarse, ni mucho menos se debe vitorear, y que este asesinato ha implicado mucho daño — lo que incluye la forma en que Trump y otros fascistas lo han aprovechado para intensificar aún más los ataques contra sus “enemigos”.

Como lo demuestran sus propias palabras y acciones, el propio Kirk era un fascista y un organizador clave del Hitler estadounidense, Donald Trump.

Así que, en un nivel, debería ser obvio por qué no hay —y no puede haber— ninguna “versión” de Charlie Kirk en la “izquierda”, dado que “izquierda” debería significar mantenerse firme contra la opresión monstruosa y literalmente asesina de la que Kirk fue un defensor y organizador agresivo. Pero, si la noción de una versión “izquierdista” de Kirk pretende sugerir a alguien que sea un defensor y organizador tan eficaz para la “izquierda” como Kirk lo fue para la derecha (fascista), pues tenemos que adentrarnos más a fondo para responder a esto.

Primero, está el hecho de que, como dice el refrán, se necesitan diez páginas de la verdad para responder a una sola oración de mentiras. Alguien como Kirk podría lanzar “golpes bajos” y viles descalificaciones, manipulando los prejuicios populares y la ignorancia, en lugar de hacer un análisis serio de grandes preguntas como por qué hay un serio problema con la delincuencia violenta en las comunidades pobres urbanas. Pero para ir más allá de las “frases con gancho”, y proporcionar una verdadera explicación para este fenómeno de la delincuencia violenta, es necesario adentrarse más completa y profundamente en las condiciones —económicas, políticas, sociales y culturales— que han dado origen a esta delincuencia y cuál es la solución concreta a esto, en contraposición a lo que insisten los fascistas: una racha de represión aún más brutal, y literalmente asesina, contra las masas de personas en las comunidades pobres urbanas.

En todo esto, los fascistas tienen varias ventajas, a corto plazo. Primero, la “cultura popular”, y las “inclinaciones espontáneas” de demasiadas personas, en estos días, implican una preferencia por lo superficial (rozar la superficie) y los ataques bajos, en lugar de un intercambio serio con preguntas serias, lo cual es necesario para llegar a las raíces de los fenómenos sociales como la delincuencia — raíces que se derivan de la propia naturaleza, las relaciones y dinámicas del sistema del capitalismo-imperialismo que impera en Estados Unidos (y domina en el mundo en general).

Junto con esto, lo que comúnmente se conoce como “la izquierda” consta en gran medida de fuerzas que forman parte del Partido Demócrata, dependen de dicho partido, o en cualquier caso no han hecho una ruptura que vaya más allá de los límites representados por dicho partido, el que es un instrumento de este sistema del capitalismo-imperialismo.

Bajo este sistema, no existe ninguna buena solución para la delincuencia, y no existe ninguna solución para otras cosas muy negativas —las relaciones opresivas, la destrucción del clima y la guerra— que de hecho son una parte integral de este sistema. La esencia de este sistema no es la “democracia” — una vez más, es el capitalismo-imperialismo. Bajo los términos de este sistema, el fascismo es una posible “solución” a la crisis que enfrentan Estados Unidos y el mundo — mientras que, bajo los términos de este sistema, no existe ninguna resolución posible que elimine las cosas terribles a las que la “gente progresista” se opone y aborrece. Por eso: existe un sector de la clase dominante de este sistema —representado por el Partido Republicano y que abarca a otras fuerzas poderosas— que está a favor del fascismo y da un apoyo activo a las fuerzas fascistas en la población, pero no existe ningún sector de la clase dominante que esté a favor y apoyaría a una alternativa auténticamente revolucionaria y liberadora a este sistema.

Una “izquierda” que está ligada al Partido Demócrata, depende de dicho partido o, en cualquier caso, no puede romper completamente con lo que representa dicho partido, está enredada en esta contradicción de que el Partido Demócrata en lo fundamental no es un partido de la “democracia”, sino que más bien es un partido del imperio. Una expresión aguda de esto, en estos tiempos, es el hecho de que la gran masa de personas “progresistas” que el Partido Demócrata necesita acorralar para que lo apoyen, se oponen firmemente al genocidio que Israel está llevando a cabo contra el pueblo palestino, pero el Partido Demócrata sigue respaldando este genocidio. ¿Por qué? Como he señalado antes: “Se debe al ‘papel especial’ de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el ‘Medio Oriente’). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo”.

Todo esto se debe a que, como he dejado claro antes, políticos particulares del Partido Demócrata pueden contribuir a la lucha contra el fascismo de Trump y MAGA, pero el Partido Demócrata, como una institución, no desencadenará y no dirigirá —ni puede desencadenar y dirigir— el tipo de agitación política no violenta y masiva pero decidida que es necesaria para tener una verdadera oportunidad de expulsar al régimen fascista de Trump: tal agitación política por necesidad irá más allá de “los procedimientos y procesos normales de este sistema” y podría socavar significativamente la “estabilidad” de este sistema, con el que el Partido Demócrata, como una institución, está firmemente comprometido. Pero la verdad es que la continua escalada de las atrocidades del régimen fascista de Trump, y la forma en que está cerrando velozmente la perspectiva de un futuro decente, es un horror mucho mayor para la humanidad que la agitación que es necesaria para expulsar a este régimen.

La respuesta fundamental a todo esto es la revolución emancipadora por la que los revcom (comunistas revolucionarios) estamos trabajando activamente — como se expone en la Declaración Necesitamos y Exigimos: Una forma de vivir completamente nueva, un sistema fundamentalmente diferente, que está disponible en revcom.us.

En este momento, la necesidad urgente —lo cual es crucial para que haya un camino adelante hacia cualquier mundo en el que las masas de la humanidad puedan tener la base para una vida decente— es que millones de personas estén adoptando activamente el Llamado de RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), y abierto a todos, para movilizarse y converger en Washington, D.C., a partir del 5 de noviembre, como una fuerza no violenta pero poderosa, decidida a crear el tipo de “terremoto político desde abajo” que, en combinación con el aumento de las escisiones al interior de las instituciones dominantes y gobernantes, podría conducir a la destitución del régimen fascista de Trump.

Terminaré este mensaje repitiendo el siguiente punto crucial de orientación:

Muchos individuos, organizaciones y grupos tendrán diferentes puntos de vista sobre lo que ha dado lugar a este fascismo, y lo que debería reemplazarlo, y nosotros, los revcom (comunistas revolucionarios) continuaremos exponiendo y defendiendo francamente nuestros puntos de vista al respecto, y animaremos a otros a presentar de manera similar sus propias perspectivas. Pero esto debe tener lugar en el contexto y la atmósfera en que todos estemos trabajando juntos para superar todos los obstáculos —incluidos los esquemas de “dividir para vencer”; de cualquier fuente y bajo cualquier disfraz— uniendo a todos los que se pueda unir, a muchos millones de personas, para lograr el objetivo verdaderamente histórico de expulsar a este régimen fascista.